VIERNES Ť 17 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Retraso de al menos 40 vuelos en la terminal aérea por inundaciones en las pistas
Murió joven fulminado por un rayo durante el aguacero; serios trastornos en el aeropuerto
Ť Cayeron dos árboles, uno en el Centro Ť Caos vial por encharcamientos en avenidas
TRIUNFO ELIZALDE Y SUSANA GONZALEZ
Un torrencial aguacero ocurrido ayer por la tarde en la mayor parte del Distrito Federal dejó como saldo una persona fulminada por un rayo, el retraso de por los menos 40 vuelos en el aeropuerto internacional y el desvío de otros 20 a Guadalajara y Acapulco, así como la caída de dos árboles e inundaciones en avenidas importantes, que trastornaron el tránsito vehicular al anochecer.
Durante la lluvia, que comenzó desde las 15 horas en el norte y oriente de la capital, un rayo cayó sobre Delfino Ayala, de 24 años, quien se encontraba dentro de una bodega de madera en la colonia Santa María Aztahuacán, delegación Iztapalapa, mientras dos árboles de más de 10 metros de altura se desplomaron, uno en el Centro Histórico y otro en la colonia Agrícola Oriental.
Además hubo severos transtornos en las instalaciones y actividades del aeropuerto capitalino, pues de las 18:25 a las 22 horas se suspendieron las operaciones de despegue y aterrizaje de las aeronaves. Pese a que de inmediato se tomaron medidas para evitarlo, volvió a inundarse el área internacional, lo mismo en los corredores generales que en las zonas internas de migración, aduanas y estacionamiento internacional.
En algunas partes las goteras volvieron a aparecer con tal intensidad que pare-cían coladeras, y los lugares más afectados fueron las salas de espera y última espera, donde los pasajeros que aguardaban su salida no sabían qué hacer, en tanto que los trabajadores de la empresa Limpiajet iban de un lado para otro con trapeadores, escobas, cubetas y hasta cestos de basura para ponerlos debajo de las filtraciones del techo.
Desde las 19:15 horas en las pantallas que anuncian las salidas y llegadas de vuelos nacionales e internacionales comenzó a aparecer de manera repetida la palabra "demorado", hasta abarcar todos los vuelos que estaban programados para despegar o aterrizar, ante el desconcierto de pasajeros y otras personas que aguardaban la llegada de familiares y amistades. El agua alcanzó una altura de entre 25 y 30 centímetros en las plataformas donde se estacionan las aeronaves para recibir o dejar pasajeros, mientras que los aviones tuvieron que ser conducidos por carros especiales por las pistas de rodaje y el agua cubría hasta la mitad de sus llantas.
La comandancia del aeropuerto informó que las pistas se inundaron hasta casi medio metro de altura. Poco antes de las diez de la noche fueron reabiertas las pistas luego de haberse hecho las evaluaciones indispensables para garantizar la seguridad de las aeronaves.