SABADO Ť 18 Ť AGOSTO Ť 2001
Carlos Montemayor
Las FARP y la educación superior
Muchos piensan que las acciones armadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) inician la violencia social. No es así. Los actos de las FARP son la fase final de un largo proceso de violencia. Llamamos estabilidad y paz social a la desnutrición, al desempleo, a la marginación, al analfabetismo, a la falta de vivienda, a la pobreza absoluta. Los movimientos guerrilleros son la fase final de este largo proceso de deterioro social previo, de esta violencia social institucionalizada que confundimos con la paz social. Las autoridades tienden a reducir el movimiento guerrillero a solamente el núcleo armado mismo y hacen abstracción de estos elementos sociales.
Me parece un contrasentido, por ello, no entender el mensaje de los operativos de las FARP y creer que éstas sí merecen un castigo ejemplar, y no los banqueros, los empresarios y los políticos que saquearon el país con el Fobaproa y el IPAB. La estrategia de guerra que se ha aplicado en Chiapas de 1995 a nuestros días, ahora consumada con la promulgación de la reforma indígena, será suficiente para la prolongación indefinida de la resistencia del EZLN o para la recurrencia de otro movimiento armado. ƑPor qué un conflicto cuyo origen es social debe destruirse militarmente? ƑPor qué no resolverlo con cambios sociales?
Las FARP enviaron mensajes políticos claros: no al neoliberalismo, no a la impunidad de banqueros y empresarios, no a la pobreza de los campesinos de México, no al terrorismo para la sociedad civil. El mismo día que se festejaba el natalicio de Emiliano Zapata y se manifestaban contingentes de campesinos en varias ciudades, recordaron a todos que hay jornaleros inconformes dispuestos a bloquear pacíficamente carreteras y avenidas, pero que también podría crecer el número de los que están dispuestos a tomar las armas si no hay cambios sociales de fondo en el país.
En otro momento expondré las contradicciones que afloraron ahora en el modus operandi de Seguridad Nacional. Hoy me referiré sólo a dos de las consecuencias que parecen tomar forma con la aprehensión de los presuntos miembros de las FARP. La primera, como apuntaron los comunicados del EPR, que las autoridades posiblemente estén echando a andar una estrategia ya conocida; capturar a familiares de militantes, en lugar de los militantes mismos. La segunda, querer considerar a la UNAM como un semillero de guerrilleros y, por tanto, justificar que se tengan como sospechosos a estudiantes de esa institución.
No hace mucho decíamos que en México hay cerca de 2 millones de estudiantes de educación superior. Pero estos jóvenes universitarios son tan sólo 18 por ciento de la población en edad de prepararse en escuelas de este nivel de enseñanza. Por otro lado, y esto es fundamental, 72 por ciento de los estudiantes mexicanos se encuentra en universidades públicas, no en privadas. En las primeras, el costo anualizado por alumno en promedio oscila entre 20 y 30 mil pesos al año; en las segundas, en cambio, los gastos en promedio por alumno varían entre 45 mil y, en algunos casos, 100 mil pesos anuales. Por tanto, la educación en México no se solucionará sólo con el otorgamiento de becas a los estudiantes. Por tanto, también, la educación superior en el país debe reconocerse como una responsabilidad del Estado y no como un fenómeno de mercado. Igualmente, el apoyo a la educación superior debe ser mayor en instituciones públicas, no en privadas, pues las públicas cargan con una mayor responsabilidad social. Así las cosas, flaco favor hace la PGR a la universidad pública señalando como sospechosos de subversión a los alumnos de la UNAM.
Y aquí retomo este absurdo: se promete castigo ejemplar para los guerrilleros de las FARP, no para los banqueros, los empresarios y los políticos que saquearon el país con los rescates bancarios, carreteros y azucareros. Autoridades de la PGR llegaron al extremo de afirmar que de no poder procesar a los presuntos miembros de las FARP por los petardos estallados en las sucursales de Banamex, se les procesaría por los miles de dólares encontrados en una presunta casa de seguridad.
Siguiendo esa lógica y, sobre todo, con gran preocupación, podríamos decir que los banqueros, los empresarios y los políticos que saquearon el país con los rescates bancarios, carreteros y azucareros se formaron en instituciones de educación superior como el ITAM, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Anáhuac y la Universidad Iberoamericana, y que, por lo tanto, esas escuelas deben verse como los semilleros de los grandes ladrones y defraudadores de la nación.
ƑPor qué sospechar de la UNAM a partir de dos presuntos miembros de las FARP que sólo contaban con unos cuantos petardos y unos cuantos miles de dólares? ƑPor qué no sospechar del ITAM, del Tecnológico de Monterrey y de las universidades Anáhuac e Iberoamericana si varios de sus egresados han defraudado al país con millones de dólares y cuentan con total libertad, amparos, escoltas privadas y autos blindados? Por razones de seguridad nacional, no confundamos las cosas.