Lunes en la Ciencia, 20 de agosto del 2001
Alternativa accesible para tratar enfermedades incapacitantes en el Hospital General Neuromodulación Mirna Servín En pocos minutos, un dispositivo implantable que produce estimulación eléctrica en áreas muy precisas del cerebro permite mejorías notables en pacientes que sufren los efectos de enfermedades incapacitantes como el mal de Parkinson, la epilepsia y el dolor crónico. Este tipo de tratamiento se lleva a cabo en el servicio de neurología y neurocirugía del Hospital General de México, el cual recibió hace unos días -a través de Fun Salud- una donación de 250 mil dólares en fondos y en 10 dispositivos médicos por parte de Medtronic y Maypo, compañías de tecnología médica y de distribución de sus medicamentos e insumos, respectivamente. La donación será utilizada a partir de octubre para un proyecto de investigación sobre la enfermedad de Parkinson, cuyo propósito es estudiar un nuevo sitio de estimulación para controlar los efectos de la enfermedad, explicó el doctor Francisco Velasco, jefe del servicio de neurología y neurocirugía de la institución, aunque subrayó también que se tienen otros proyectos de neuromodulación que están en marcha desde 1985. La neuromodulación es un tratamiento que consiste en la aplicación de impulsos eléctricos localizados específicamente en distintas estructuras nerviosas del cerebro (dependiendo de la enfermedad). De esta manera se puede controlar "con una eficiencia de hasta en 85 por ciento" los efectos de los padecimientos estudiados, que en consideración del doctor Velasco presenta una efectividad superior a otras alternativas como los medicamentos o intervenciones quirúrgicas. El investigador reconoce que aun cuando ya se han implantado dispositivos de neuromodulación a más de 250 pacientes, se tiene una lista de espera que se alarga a casi tres años para poder acceder al tratamiento. Explicó que el uso de la corriente eléctrica como un método de tratamientos en problemas neurológicos se remite a la antigüedad, con el uso de algunos metales o sustancias con propiedades magnéticas para aliviar algunos síntomas, particularmente del dolor. A diferencia del método tradicional, con el cual se producía una pequeña lesión -permanente y sin posibilidad de modificación en la vía nerviosa en la que se quería incidir, actualmente estos sistemas de estimulación usan electrodos muy flexibles que no producen reacciones en el cerebro y se tiene la posibilidad de disminuir o aumentar la intensidad de corriente a un punto que se tenga el máximo beneficio sin efectos colaterales, "como un traje a la medida". No obstante que el dispositivo tiene un costo de entre 50 y 80 mil pesos, el doctor Velasco Campos señaló que ante la gama de opciones existentes, incluso hasta para los pacientes de bajos recursos -que es el tipo de población que comúnmente atiende el Hospital General de México- a largo plazo resulta más económico, si se compara con el consumo de medicamentos y con la recuperación física y ritmo de vida que pueden alcanzar. Parte del donativo también será usado para apoyar el establecimiento del primer Centro de Excelencia en América Latina para la práctica de Neurociencia Restaurativa, con el cual se busca capacitar a médicos mexicanos y latinoamericanos en esta área. Se espera que el primer curso internacional empiece a finales de este año.
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