Lunes en la Ciencia, 20 de agosto del 2001
Educarse, antídoto contra la desnutrición Esther Pérez Torrero Los términos desnutrición o malnutrición se utilizan en la literatura científica cuando se hace referencia a las poblaciones de humanos o un grupo de animales que se someten a un régimen inadecuado de nutrición. Los dos términos no se refieren al mismo estado nutricional. La desnutrición se refiere a la deficiencia de todos los nutrimentos (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales). Esto se debe a la ingesta de una dieta inadecuada o no balanceada. Por otro lado, durante la malnutrición la cantidad de alimento es suficiente pero el contenido de nutrimentos es desbalanceado. La dieta puede por ejemplo, ser rica en carbohidratos pero baja en proteínas (como es caso de la poblaciones de las áreas de pobreza en el mundo) o puede ser rica en grasa y proteínas (como es el caso de los países industrializados). Las deficiencias específicas de ciertos elementos como vitaminas y minerales son también casos de malnutrición. Los efectos de la desnutrición sobre el desarrollo de los tejidos del cuerpo son de grado más drástico, que los de la malnutrición. Durante la gestación el organismo en desarrollo recibe de la madre a través de las paredes de la placenta los nutrimentos necesarios para su desarrollo normal. La hembra gestante desnutrida, presenta dificultades para reunir la demanda de nutrimentos para el crecimiento tan rápido del feto. Como resultado, las crías nacen con peso corporal y cerebral bajos debido al retraso en el crecimiento que produce la deficiencia de nutrimentos requeridos para el desarrollo normal, en los humanos causa alteraciones conductuales, cognitivas y en las funciones intelectuales. En los países pobres la desnutrición pluricarencial o nutrición insuficiente es un problema grave de salud; sin embargo, los países industrializados presentan un problema semejante con la malnutrición, debido a que sus dietas son ricas en carbohidratos y bajas en proteínas, por lo cual lo importante radica en la calidad de lo que se come. El acceder a una dieta balanceada es cuestión de educación y no necesariamente se relaciona con la pobreza. No obstante las alteraciones producidas por la privación de alimento en las poblaciones humanas tienen un origen complejo, a causa de la interacción de la privación de alimento con ciertas condiciones políticas y económicas adversas, así como a factores socioculturales. El recién nacido expuesto a desnutrición prenatal presenta dificultades para succionar la leche de la madre, que es el medio por el cual obtiene los elementos necesarios para su nutrición hasta el destete. Los principales movimientos de los labios durante la succión son regulados por células nerviosas conocidas como neuronas, posteriormente estas mismas neuronas modulan otros procesos más complejos, como la masticación, la deglución y la ingesta de líquidos. El grupo de neuronas que modula los movimientos más importantes durante la succión se conoce como núcleo del nervio facial que, como su nombre lo indica, controla los movimientos de la cara.
Partiendo de este conocimiento obtenido por varios científicos en el mundo, en la UNAM se han realizado estudios en un modelo experimental de ratas desnutridas por disminución de la dieta a un 50 por ciento, desde el día 6 de la gestación hasta el día 21 (día del nacimiento) y se continuó la desnutrición de las ratas neonatas hasta el destete, por intercambio de un par de hembras lactantes cada 12 horas, una madre lactante normal y otra madre lactante ligada de las glándulas mamarias. Posteriormente se llevó a cabo un análisis de la morfología de las neuronas del núcleo del nervio facial y resultaron ser de menor tamaño, lo cual se relaciona con alteraciones funcionales, otro estudio mostró que la restitución de alimento o rehabilitación nutricional después del nacimiento aumenta el tamaño de dichas neuronas, lo que se puede relacionar con un mejoramiento parcial de la funcionalidad. Por razones obvias no es posible obtener información directa de la composición del cerebro de los humanos expuestos a una nutrición inadecuada; sin embargo, los datos obtenidos indirectamente por las dimensiones de la circunferencia de la cabeza, como un índice de las dimensiones del cerebro y algunos estudios conductuales permiten pensar en una situación similar. Los hallazgos de estas investigaciones dan la pauta para la puesta en marcha de programas de rehabilitación nutricional en las poblaciones humanas. Esto se puede llevar a cabo por medio del suministro de dietas balanceadas a grupos de infantes desnutridos. Para llevar a cabo a gran escala esta estrategia se requiere disponer de recursos económicos y humanos suficientes, además de un programa integral de educación de la población, quien daría continuidad al programa sin la necesidad de invertir recursos humanos a largo plazo.
La autora es investigadora del Departamento de Biología Celular y Fisiología del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM
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