MIERCOLES Ť 22 Ť AGOSTO Ť 2001
MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
A LAS INQUIETUDES, dudas y temores de una sociedad que exige información veraz ante el ritmo de deterioro económico que observa México, el presidente Fox respondió, una vez más, con su campirano diccionario de campaña: timoratos, apáticos, achicados, faltos de audacia y de visión.
QUEDA LA IMPRESION, pues, de que al inquilino de Los Pinos le gana la nostalgia de la campaña electoral que lo llevó a la Presidencia de la República, cuando el enemigo a vencer tenía nombre y apellido, y para hacerlo, como lo hizo, utilizó su muy particular estilo retórico que terminó por convencer a la mayoría de los votantes. Eso fue en la etapa proselitista, una ecuación ya resuelta, porque ahora su obligación es responder claramente, con hechos y no con calificativos, todas las dudas ciudadanas.
POR ELLO, NO SERIA descabellado pensar que las inquietudes, dudas y temores de los mexicanos sobre el entorno económico -especialistas en el tema o simples ciudadanos de a pie- se retroalimentan, en buena medida, por los encontrados enfoques que sobre un mismo problema se dan en el seno del propio equipo de gobierno, circunstancia que se vive desde el arranque mismo de la administración del cambio. En este sentido, justo es recordar que el primer "desencuentro" se dio entre el Presidente de la República y el gobernador del Banco de México, cuando el primero sostenía que el producto interno bruto crecería a una tasa de 4.5 por ciento en 2001 (y el que no estuviera de acuerdo era un timorato y en sus ratos libres ladraba), mientras que el segundo decía que no, que sería de 3 por ciento.
LA REALIDAD, SIN DUDA, tiró al bote de basura las dos proyecciones, como tantas otras que se han venido difundiendo a lo largo de los últimos meses. Esa ha sido la trayectoria, y el evento más reciente no hace más que ratificar la tendencia y, todo indica, la nula disposición a corregirla. Ante el desagradable resultado económico del segundo trimestre del año (un rotundo cero por ciento de crecimiento), difundido por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, surgieron cinco enfoques distintos de igual número de funcionarios públicos, todos ellos integrantes del oasis del cambio:
EL PRESIDENTE FOX desestimó el resultado del segundo trimestre: "qué importa; no es recesión, es falta de crecimiento" (también le llama atorón), pero un avance de casi uno por ciento de enero a junio de este año "no está nada mal"; el coordinador de Políticas Públicas, Eduardo Sojo, dijo que "México está en recesión, si se toma la definición de Estados Unidos en la materia, sería correcto decir que estamos en recesión... será difícil crecer 1.8 por ciento en el año"; Francisco Gil, secretario de Hacienda, preguntó: "Ƒde cuál recesión está usted hablando?, porque ni allá, en Estados Unidos, la han calificado como recesión... no soy especialista en economía estadunidense" (el lunes pasado, el funcionario utilizó el término "atonía" para definir la situación); Luis Ernesto Derbez, secretario de Economía, aseguró que "un crecimiento de cero por ciento no es bueno para nadie, nadie lo quiere para el país... no es satisfactorio"; Jorge Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores, se inscribió en el equipo de los "optimistas" y en español dijo: "somos la admiración de América Latina... nuestra economía es inmejorable". (Si faltó alguno por relacionar, se agradecerían sus generosas aportaciones.)
EN ESTE CONTEXTO, el inquilino de Los Pinos habló ayer en tres eventos temáticamente distintos sobre la problemática económica nacional. En cada una de ellos expuso su visión de las cosas y defendió su tesis sobre la situación económica imperante en el país. En una reunión con el sector turismo, el presidente Fox aseguró que "la economía está fuerte" e instó "a no equivocarse en el diagnóstico económico de México: no se vale sólo apanicarse, sólo hablar de crisis, cuando la realidad es diferente; la situación que hoy se vive no se compara en nada con las anteriores de crisis que hubo en el país y por eso es importante diferenciar para distinguir las oportunidades, para encontrar los problemas y atenderlos".
TAL COMO LO HIZO en su gira trabajo por Chile, dijo que de abril a junio de este año se registró una tasa cero de crecimiento, pero "el sector primario (agropecuario, silvícola y pesca) creció 4.5 por ciento, cuando se habla por otro lado de una gigantesca crisis en el campo". En realidad, de acuerdo con la información del INEGI, dicho avance fue de 4.2 por ciento en el periodo, no de 4.5 por ciento. Pero eso fue en el segundo trimestre, porque de enero a marzo la caída en dicho renglón fue de 5.5 por ciento, lo que, en términos prácticos, arroja un resultado negativo para los seis primeros meses de 2001.
POSTERIORMENTE EL PRESIDENTE Fox encabezó un acto del sector educativo y, sin consideraciones, abrió su diccionario: "este país da pa mucho" y no requiere de "apáticos, ni de timoratos, de faltos de audacia, de faltos de visión, que se achican... lo que se reporta es una desaceleración y México la va a enfrentar bien parado... la suerte de un país no puede depender de un Presidente, por más brillante que sea..."
LAMENTABLEMENTE LAS DOCTAS palabras del inquilino de Los Pinos no a todos convencen: "El debilitamiento de la economía de Estados Unidos ha provocado una recesión en México, menoscabando las propuestas económicas y las aspiraciones políticas del presidente Fox; una retracción en la economía de Estados Unidos significa cierres y despidos en México, donde las compañías tratan de reducir costos", señaló en su edición de ayer el timorato y falto de visión The New York Times, citando al economista en jefe de J.P. Morgan en la ciudad de México, Alfredo Thorne, quien anotó que "Fox mantiene un optimismo notable, pese a esas cifras severas, pero ahora reconoce lo innegable: México se encuentra desde hace meses en recesión y la causa primaria es su gran dependencia del comercio con Estados Unidos; resulta difícil calcular el dolor económico en un país donde casi la mitad de la población es pobre, y es probable que muchos millones tengan menos dinero y quizá coman menos que un año atrás".
Las rebanadas del pastel:
DEL ACERVO GUBERNAMENTAL: "la ampliación de la banda de fluctuación cambiaria, que no devaluación, pretende hacer flexible la cotización del peso frente al dólar y ello no tendrá impacto en la inflación esperada para 1995, que es de 4 por ciento, ni en las estrategias de estabilidad y crecimiento para el año próximo" (Frase célebre del futurólogo Jaime Serra Puche, efímero secretario de Hacienda, pronunciada el 20 de diciembre de 1994)...
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