MIERCOLES Ť 22 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť La decisión privó a Miami de ingresos por unos 40 millones de dólares

En Los Angeles, la entrega de los Grammy Latinos por temor a protestas anticastristas

DPA, REUTERS Y AFP

Miami, 21 de agosto. Por temor a las protestas planeadas por el exilio cubano, los organizadores decidieron finalmente que la segunda fiesta de entrega de los Grammy Latinos no se celebre, como estaba previsto, en la American Airlines Arena de Miami, sino en Los Angeles.

Después de que los funcionarios de la ciudad de Miami acordaran ayer permitir las protestas contra la presencia de artistas cubanos a una distancia de tres cuadras del estadio donde se iba a realizar la ceremonia el próximo 11 de septiembre, los organizadores tomaron la decisión de trasladar el evento a California.

Michael Greene, presidente de la Academia de las Artes y Ciencias de la Grabación, argumentó que en esas condiciones no podría garantizarse la "seguridad de nuestra gente" y de las personas de todo el mundo que se esperan para la entrega de los Grammy Latinos.

En este contexto Greene se refirió a los incidentes registrados en 1999 cuando actuó en Miami el grupo Los Van Van, oportunidad en la que se arrojaron huevos y otros objetos sobre los espectadores.

Funcionarios de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Grabación planeaban realizar ya la primera entrega de los Grammy Latinos en Miami, pero las autoridades rechazaron la idea por la presencia de artistas de Cuba, citando una ordenanza que prohíbe al condado hacer negocios con los que establecen acuerdos con la isla.

Esa ley se revocó y el alcalde Alex Penelas, del condado de Miami Dade, instó, junto con la Fundación Nacional Cubana Estadunidense, a que la segunda entrega de premios Grammy Latinos se celebre en esa ciudad.

El presidente de esa fundación, Jorge Mas Santos, formó parte el mes pasado de la ceremonia de postulación para los premios, lo que aparentemente desencadenó una violenta oposición dentro de la agrupación, a la cual renunció una veintena de directivos.

Casi 60 grupos de exiliados cubanos planeaban protestas contra la presencia de artistas de la isla en la ceremonia.

Pese a su interés de que la entrega se realizara en Miami, el alcalde Penelas también subrayó que consideraba que era necesariomiami_HIP_HOP proteger "el derecho de los manifestantes". Sin embargo, el área de seguridad que proponía para mantenerlos alejados no fue aceptada por los organizadores.Greene también desechó la idea de llevar la ceremonia hasta el condado de Broward, al norte de Miami, o sea a la arena de las Panteras de Florida. Según él allí las autoridades tampoco podrían darle las garantías de seguridad que exigía.

Mas Santos afirmó que "esto mancha la imagen de la ciudad de Miami. Si hay alguien a quien culpar es a Michael Greene porque no había amenazas de violencia, y no nos ha dado oportunidad de negociar",

Dijo: "Es una oportunidad perdida para que la comunidad cubana exprese su mensaje, que no es de protesta, sino sobre la falta de libertad de expresión en Cuba".

Mas Santos, que encabezó una campaña para dar a los exiliados una mejor imagen que la del caso del niño balsero Elián González, se había esforzado para que los Grammy Latinos se entregaran en Miami y demostrar que la oposición a Castro no significaba que la ciudad tenía que ignorar eventos que incluían cubanos.

Motivos políticos, dicen

El alcalde cubano de Miami, Joe Carollo, que apoyó la petición de los exiliados de acercar el perímetro de seguridad a unos 60 metros de la entrada, es ahora el blanco de las críticas. Lo acusan de haber actuado por motivos políticos, ya que un gran porcentaje de los manifestantes son también potenciales votantes para su relección de noviembre.

Carollo argumentó que simplemente defiende el derecho a la libertad de expresión.

La decisión, que privó a Miami de ingresos por unos 40 millones de dólares, en un golpe duro para la ciudad, donde las pasiones de los cerca de un millón de cubanoestadunidenses que se oponen al presidente Fidel Castro han dominado a menudo la política local y dado a la ciudad fama de fanatismo.

Por último, el compositor y productor Emilio Estefan declaró al Miami Herald: "No tengo palabras para expresar lo que siento".