MIERCOLES Ť 22 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Exitosos resultados de proyecto del arte del aerosol en Iztapalapa

El grafiti, constructor de la identidad colectiva, dice Erandi Villavicencio

Arte del aerosol, expresión de colorida rebeldía, forma pública de comunicación juvenil, constructor de identidad colectiva son definiciones del grafiti, por lo menos para la joven de 19 años Erandi Villavicencio y su tripulación de 15 artistas agrupados en el Crew Rx, que hace un año propuso al Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias el proyecto El grafiti como medio de educación popular y desde entonces trabaja en la Unidad Habitacional Vicente Guerrero, una de las más populosas y más grandes de la delegación Iztapalapa.

Los resultados: once talleres móviles en los cuales el papel kraft, las mantas, los gises y las crayolas sirvieron de soporte para la expresión de niños, principalmente; además de siete jornadas comunitarias en las que se pintaron las bardas de la unidad con temas como las drogas, la unión familiar, el medio ambiente, la violencia, mujer=fuerza, la deserción escolar.

"Consideramos al grafiti como parte de la búsqueda de identidad de nosotros los jóvenes, es una forma de mostrar inconformidad y un medio de educación para la comunidad porque la concientiza, al ser buzón de quejas y sugerencias", afirma la líder del proyecto, Erandi Villavicencio.

Fundadora hace tres años de un club de pintaparedes, Villavicencio defiende las razones del proyecto: "Surgió ante las preguntas Ƒqué le puede dar el grafiti a la comunidad? Ƒqué propuestas se pueden aportar mediante él? Porque el grafiti también habla y dice šEstoy aquí! šVivo aquí! šLucho aquí! šSoy joven y quiero ser escuchado!".

Elemento distintivo de la cultura del hip-hop, conformada por los diyéis, los break dancers y los cantantes del beat, el grafiti es de los ingredientes que más influyen en la vestimenta, música y colores que usa la juventud mexicana. Prueba de este atractivo son los 500 jóvenes que se acercaron a las actividades del proyecto y que conformaron la Red de Grafiteros de la Unidad Vicente Guerrero.

"Se me cuestiona el hecho que estemos adoptando un estilo de expresión gabacho, pero cuando te das cuenta que no sólo es de ellos, que es una expresión mundial, lo que vale es que en México le imprimimos nuestro sello", defiende la joven estudiante de relaciones internacionales en la UNAM.

Considerado por la Ley de Justicia Cívica del DF como vandalismo y prohibido bajo pena de sanciones administrativas que incluyen la reparación del daño y una multa de tres salarios mínimos, el grafiti es más que un fruto prohibido para la rebeldía juvenil de la capital.

Para Villavicencio el grafiti es un medio de educación porque la impulsa a actuar y a mejorar cada día. En busca de una ética de la pinta, que no le interesa si se mantiene ilegal o no, y con el objetivo de no perder la ideología de comunidad, el grafiti se inscribe como herramienta para solucionar, o por lo menos llenar un poco, el vacío del futuro de la juventud mexicana.