JUEVES Ť 23 Ť AGOSTO Ť 2001
Termina el Polyforum en salón de fiestas
Los murales de Siqueiros, en creciente deterioro; su actual dueño renta todo espacio
MARIA ESTHER IBARRA
Convertido en salón para debates políticos y en escenario habilitado como discoteca, bar o para cualquier otro encuentro social a capricho del cliente -bodas, quinceaños, cocteles y desfiles de modas- La marcha de la humanidad, el mural esculto-pictórico de David Alfaro Siqueiros en el Polyforum, contempla -día tras día- su deterioro, acicateado por la indolencia de sus dueños.
Declarado patrimonio de la nación, el mural más grande del mundo (incluso que los frescos de la Capilla Sixtina) podría acabar en pedazos por falta de mantenimiento. Igual ocurre con los 12 paneles exteriores que conforman los muros del otrora Polyforum Cultural Siqueiros. Cinco fueron restaurados en 1994; para los otros siete no alcanzó el presupuesto.
Desde su inauguración, hace 32 años, la portentosa obra, ubicada en el llamado Foro Universal, no ha sido restaurada. El techo de la cúpula muestra ya los efectos de las goteras y es la parte más deteriorada. La colocación de un plafón exterior de acrílico, lejos de protegerlo, lo dañó aún más. Los rayos solares resquebrajaron la plancha protectora, lo que produjo más fracturas y cuarteaduras. Las filtraciones por la lluvia se han incrementado y ampliado hacia los muros de La marcha de la humanidad.
Concebido como centro cultural por Siqueiros y Manuel Suárez y Suárez, el Polyforum y su Foro Universal han sido puestos al servicio de la mercadotecnia. No hay espacio que no haya comercializado su actual presidente, Alfredo Suárez Ruiz, uno de los 21 hijos del fallecido empresario hotelero, mecenas del muralista y ex dueño del ahora World Trade Center y el Casino de la Selva.
La comercialización comenzó poco a poco luego de la muerte de Manuel Suárez. Dio comienzo con la renta de la planta del inmueble circular, originalmente destinada a salas de exposiciones de arte. Con ello se perdió la imagen visual y de conjunto ideada por Siqueiros.
Ahora alberga una sucursal de Banamex, un restaurante y un piano-bar, además de un estacionamiento al aire libre en la entrada, espacio que fue ideado para que la gente pudiera observar la fachada. Ahí se han hecho exposiciones... pero de automóviles. El teatro aún se conserva, pero se utiliza también para cualquier evento y puesta en escena, sin importar que sea comercial.
Adriana Siqueiros muestra su indignación: "es inconcebible lo que ha hecho Adolfo Suárez, y al parecer no hay quien lo detenga. Ha matado el sueño de mi padre, lo ha convertido en un salón de fiestas. A pesar de sacar mucho dinero, se niega a destinar recursos para la restauración. No sé por qué las autoridades del INBA se han abstenido de intervenir. Me parece increíble que en México no cuidemos a nuestros artistas''.
"Es despreciable lo que han hecho; en el Polyforum nada tiene ya relación con la obra de Siqueiros ni con él. Todo ha sido pervertido por la comercialización y el desconocimiento sobre su obra de quienes lo administran", dice Irene Herner, autora del libro Siqueiros, del paraíso a la utopía, próximo a publicarse, coeditado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
La "perversión" del espacio de La marcha de la humanidad fue idea de Teresa Márquez, directora del Polyforum entre 1993 y 1997. "Bajo su administración, la ex esposa de Jesús Silva Herzog realizaba dos o tres veces al año el baile de las máscaras para conseguir recursos", comenta la pintora Rosario Giovannini, quien laboró 11 años en el otrora centro cultural.
"Muchas veces me negué a vender boletos cuando me lo pedía. El colmo fue que Tere negoció la colocación de un espectacular de Coca Cola en el Polyforum. De vivir, no sé lo que hubieran sentido Siqueiros y Suárez, el padre por supuesto, porque al hijo sólo le interesa explotar comercialmente el centro y la obra del maestro". Con la siguiente directora, Raquel Besudo, la comercialización continuó.
Y en efecto, la capilla siqueirana, con capacidad para mil 200 personas, tiene todo tipo de usos. Se alquila para actos políticos -ahí hicieron casi todos los candidatos presidenciales actos en la campaña pasada-, cenas, comidas, cocteles, fiestas, desfiles de modas. Al gusto del cliente, hay variedad de menús y precios. Por ejemplo, un coctel para 300 personas cuesta 22 mil pesos más IVA por cinco horas, informa Cecilia Juárez, asistente comercial del área de mercadotecnia del Polyforum.
"Si el cliente se pasa del horario fijado -precisa-, se le cobran 3 mil pesos por hora extra y, en caso de que haya obra en el teatro (un piso abajo del mural), sólo deben disminuir un poquito el volumen, pero si no, puede usted poner música a reventar las bocinas. Por lo demás, no hay restricción".
Con tal de hacerlo rentable, se ofrecen diversos paquetes. Desde el básico hasta el de "todo incluido". De optar por el primero, sin alimentos, el cliente puede pagar 20 pesos por persona, de descorche, y contratar aparte los servicios gastronómicos de Grupo Studio Gourmet. La renta del foro Universal cuesta 29 mil pesos más IVA. Incluye equipo de iluminación básico, aire acondicionado, limpieza, personal asistente para montaje, un elemento de seguridad y audio.
Aparte se ofrece el espectáculo de luz y sonido, "suceso cultural que dota de originalidad a cualquier evento que se realice en el foro Universal. Estamos a su disposición en caso de estar interesado en contratarlo", menciona el catálogo de servicios.
En el interior se permite fumar, beber, bailar, poner música a "reventar" las bocinas, luces de discoteca, tomar fotografías, con todo y los dañinos flashazos. Se dice que no ha faltado quien haya intentado dejar huella y poner "aquí estuve yo" en uno de los muros. Esta situación los especialistas plásticos la consideran agresiva para cualquier pintura y en especial para la obra de Siqueiros, por los materiales que utilizó: tableros de asbesto-cemento reforzados con bastidores angulares de hierro. Las esculto-pinturas fueron realizadas en láminas de acero troqueladas, moldeadas y soldadas.
Alarmada, la pintora Giovannini, quien logró presionar a Adolfo Suárez para destinar recursos para la restauración, en 1994, de los paneles exteriores, explica: "El humo del cigarro es sumamente nocivo, pues se adhiere a la pintura y es difícil de limpiar, mientras que la música en altos decibeles provoca vibraciones, y en el caso del mural se agudizan por el material con que está realizado".
Roberto Ramírez Vega, participante en el equipo de restauración de los paneles exteriores, no está seguro de que la música dañe el mural. "Hasta el momento no hay una evaluación", dice, pero concede que se deben poner restricciones al uso del Polyforum; recuerda que la única restauración se hizo en 1994 y fue en los cinco paneles.
Desde ese año Giovannini lanzó la voz de alerta. La restauración comprendía toda la obra escultopictórica. Previamente se hizo un estudio exhaustivo, valoración de conservación y un proyecto. El restaurador Ramírez Vega confirma que en ese entonces la cúpula del mural era lo más dañado.
De la indolencia de Suárez Ruiz hay evidencia. Una nota en el presupuesto de alquiler de servicios indica: "El cliente se hace responsable del ciento por ciento sobre daños y pérdidas que pudiera sufrir cualquier parte o pieza del equipo del Polyforum por causas imputables a los asistentes o invitados". Pero no se especifica cómo se "cobrará" al causante de una avería, ni tampoco se pide depósito para tal efecto.
Con tal de hacerlo rentable, no hay restricción alguna, ni vigilancia. Como ese domingo, cuando a un grupo de japoneses se les ofreció el espectáculo de luz y sonido luego de la inauguración de la exposición Siqueiros en vivo, del fotógrafo Yoshiaki Mitsui. Los nipones adultos, con bebidas y comida, se daban vuelo en la charla durante el espectáculo. Ni por aludidos se dieron ante las tropelías de sus hijos, que gritaban y corrían en la enorme plataforma giratoria. La escena ocurrió a los ojos de la actual directora, Miriam Kaisser.
Irene Herner no se opone a que en el foro Universal se lleve a cabo un espectáculo, pero "totalmente distinto a los que se hacen ahora. Es horrendo, es una grosería, no sé a quién se le ocurrió. Es absurdo que a la gente se le siente enfrente del mural para verlo, o a través de la plataforma giratoria. El mural debe verse caminando, de otra manera no se entiende nada". Resulta como ver un elefante de cerca, escribió el pintor Antonio Rodríguez.
"Siqueiros pensó al Polyforum como un todo que tuviera que ver con las artes e incluso con el propio jardín del Parque de La Lama. Ahora hasta eso se ha acabado y desafortunadamente cayó en manos de Adolfo (Suárez), a quien lo único que le interesa es sacarle el mayor dinero posible", se duele Irene Herner.