LUNES Ť 27 Ť AGOSTO Ť 2001

Marcos Roitman Rosenmann

Gregorio Selser, una vida ejemplar

Diez años se cumplen de la muerte de Gregorio Selser, periodista y militante socialista, cuya vida constituye un ejemplo de compromiso con las luchas democráticas en América Latina. Su vida sufrió los avatares de los exilios y las migraciones forzadas. Argentino de nacionalidad y latinoamericano de vocación, no abandonó nunca los principios éticos y con ellos vivió toda su vida. Afrontó con orgullo su definición de socialista y antiimperialista. No claudicó y desempeñó una labor insustituible en el descubrimiento de las tramas, extorsiones, provocaciones, intervenciones y golpes de Estado en los cuales el poder político de Estados Unidos estaba involucrado.

Su labor es fundamentalmente una obra de vidas ejemplares. Todas sus investigaciones y sus artículos tenían tras de sí horas de estudio y trabajo. Gregorio Selser no improvisaba. La noticia debía ser construida con honestidad dando todos los datos y favoreciendo la interpretación del lector, con el fin de crear conciencia y alertar de las maniobras que tenían como objetivo desestabilizar los procesos democráticos y de cambio social en el continente.

Durante toda su vida no cejó en esta dirección. Su obra está impregnada de esta filosofía de vida y trabajo profesional. Sus artículos cumplían la función de abrir brecha. Se adelantaba a los acontecimientos y las noticias en él eran siempre una primicia. Nunca escondió su posición política. Nunca aceptó que sus trabajos fueran cercenados por la censura. Escribió con el corazón, la cabeza y los intestinos. Formó generaciones y nunca ocultó ni desvirtuó una noticia.

En una vida ejemplar proyectó su ser hacia los otros y dejó su huella. No abandonó la tarea formativa y su actividad académica le llevó a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde dictaba esas irrepetibles clases de Historia de América Latina. También en ellas impuso su nobleza. No se podía decir nada sin antes corroborar los datos, las fuentes, las informaciones. Siempre buscó la transparencia informativa, la verdad sobre el interés personal. No se dejó avasallar y mantuvo su dignidad y profesionalidad por encima de cualquier vicisitud o coyuntura. Obras como Sandino, general de hombres libres; El Guatemalazo; El onganiato; Las intervenciones norteamericanas en América Latina; La dictadura de los cocadólares, entre otras, son hoy una referencia obligada para cualquier alumno que desee estudiar nuestra América, nuestra historia y nuestro siglo XX.

Una vida ejemplar no se hace de actos aislados, se proyecta en lo cotidiano y se ejercita. No se trata de mostrar un héroe, sino una actitud ante la vida, dar ejemplo de grandeza, dignidad y fuerza ética. Gregorio Selser reúne esos requisitos que le proyectan como una de las grandes vidas ejemplares de nuestro continente. Por ello no será posible nunca olvidarlo. Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo sólo nos cabe dar las gracias por su total entrega y su amistad sincera. En él no cabían los frustrados, los mentirosos ni los aduladores. Tenía grandes amigos y grandes enemigos. Pero en esa grandeza de vida ejemplar no humilló nunca ni desacreditó, al contrario. Los realzaba y buscaba el enfrentamiento dialéctico. No hizo uso de lo personal para descalificar y en las raras ocasiones en que el carácter le podía, esa grandeza de alma que le caracterizaba lo obligaba a disculparse y reconocer sus excesos. Ese es el Gregorio Selser que debemos recordar, aquél que no perdió el norte, supo mantenerse digno y fiel a una filosofía de vida incluso en su muerte.

Por sus enseñanzas y su obra Gregorio Selser es uno de esos hombres libres en los cuales el desánimo no hizo mella proyectando en otros esa fuerza y ese carácter fundado en actos de contenido ético de los cuales no se desprendió jamás.