LUNES Ť 27 Ť AGOSTO Ť 2001

REPORTAJE

Ť Vence hoy el plazo para apelar de la sentencia de reintegrarlas

La negativa de una madre complica el caso de las niñas cambiadas en Sinaloa

Ť Lo mejor, que seamos comadres y veamos por las dos, propone la que ganó el juicio

JUDITH CALDERON GOMEZ

Culiacan, Sin., 26 de agosto. El 21 de marzo de 1999 nacieron en el mismo hospital Gabriela y Sarahí. Días después salieron del nosocomio en brazos de las que no eran sus madres, pues una enfermera les intercambió las pulseras de identificación.

Ambas han crecido lejos de sus progenitoras mientras el litigio que inició una de las dos sinaloenses llegó al Poder Judicial.

El juez Isidro Nájar Núñez acaba de dictar una sentencia inédita en la justicia mexicana: que las niñas, de dos años y medio, retornen con sus respectivas mamás. Sin embargo, una de las madres se niega a cumplir el veredicto, emitido el 15 de agosto de 2001.

La historia, que inició en el Hospital Regional Número uno del IMSS de Culiacán Sinaloa, parece no tener fin, y desde entonces ambas mujeres viven en permanente zozobra.

En los dos partos auxilió la enfermera Adriana Avena Nájar, quien colocó correctamente las pulseras a las bebés pero se equivocó al entregarlas a sus respectivas madres.

Entregó a Carmen Olimpia Montaño, de 19 años, la niña que le nació a Caridad Gutiérrez Peinado, de 43.

La enfermera del segundo turno, Elia Ramírez Zepeda, se percató del error. "La niña peloncita que estaba en el cunero tenía en su pulsera el nombre de Carmen Olimpia", recordó Elia.

Intranquila, consultó el hecho con el pediatra de turno que atendió ambos partos, Raúl Torres Beltrán.

Llevaron a la niña con su verdadera madre. Carmen Olimpia abrazaba a Sarahí cuando le dijeron: "Disculpe, señora, hay un error, esa niña no es suya, su hija es ésta", y le mostraron a la peloncita.

Carmen Olimpia miró a la bebé que tenía y respondió: "šNo puede ser, la que tengo conmigo es igualita a su papá!"

Se retiraron pensando que había habido un error al colocar los nombres y, para "arreglarlo", la enfermera Elia Ramírez intercambió las pulseras de identificación.

Ese acto no sólo marcó la vida de las dos pequeñas, sino también involucró en el drama a las dos familias.

Más tarde, Caridad Gutiérrez Peinado, de 43 años, recibió a una pequeña que en realidad era la hija de Carmen Olimpia Montaño, y le puso el nombre de Gabriela.

El 22 de marzo de 1999, cuando las niñas estaban aún dentrocunero_2ok del hospital, la enfermera que las recibió, Adriana Avena, aseguró al personal del IMSS y a las madres que las niñas estaban cambiadas, porque "una es mechuda y otra es pelona, y yo sé de quién es cada una".

Funcionarios del IMSS insistieron en que se intercambiaran las pequeñas, pero se encontraron ante la negativa de las madres.

Ambas partes decidieron practicar la prueba de ADN, que tardaría dos meses en llegar.

Las mujeres firmaron un documento en el que aceptaban llevarse a las niñas que recibieron, pese a la advertencia del personal de enfermería, y se comprometieron a que no las llevarían al Registro Civil hasta conocer la prueba genética.

El IMSS tiene una demanda interpuesta por ese hecho.

Su director general, Santiago Levi Algaci, declaró en marzo de 2001 que es el primer caso de ese tipo que ocurre en la historia de ese instituto.

La enfermera que intercambió las pulseras, Elia Ramírez, fue despedida, y Adriana Avena, que entregó a una bebé equivocada, fue sancionada.

Todo parecía normal en la vida de las familias sinaloenses.

Pruebas del ADN

En mayo de 1999, durante una reunión realizada entre funcionarios del IMSS y las mamás, se dio a conocer el resultado de la prueba de ADN efectuada en la ciudad de México: las niñas están cambiadas.

Renuente, Caridad Gutiérrez pidió que la dejaran realizar otros estudios, y mientras tanto continuar conviviendo con la niña que recibió al nacer, Gabriela.

La madre más joven, Carmen Olimpia, aceptó ese trato y reiteró que las pequeñas no serían registradas.

La aparente cordialidad entre ellas se rompió días después, cuando Caridad Gutiérrez, pese a que en otra prueba de ADN confirmó que la bebé que tenía no era de ella, la registró.

Gutiérrez compareció acompañada de su pareja, Gabriel Bastidas Covarrubias, con quien ya había procreado a otro niño, que actualmente tiene diez años.

Desesperada, Carmen Olimpia buscó en su trabajo a Caridad. Acudió al tercer piso de Palacio de Gobierno, el mismo donde despacha el gobernador Juan S. Millán. Le dijo: "Quiero hablar contigo".

Apresurada, Caridad Gutiérrez salió y mandó llamar a un hombre, entonces "llegó mucha gente de su trabajo y nos rodearon", recuerda Carmen Olimpia.

Ante todos ellos Caridad Gutiérrez le dijo: "Yo ya no quiero saber nada de ti. No quiero que te metas conmigo; si quieres arreglar algo hazlo legalmente. Si me quieres quitar a la niña pon un licenciado y que la justicia me la quite".

Versión de las madres

En entrevista con La Jornada Caridad fue breve. Estaba en la oficina 302 de Palacio de Gobierno cuando respondió: "El asunto ya está en el juzgado".

Advirtió que no acatará el fallo del juez si éste le pide que devuelva a Gabriela.

"Yo seguiré luchando", y cuando se le indica que las pruebas de ADN realizadas por la Procuraduría General de la República (PGR) y el IMSS indican que no es su hija, responde molesta: "šAh!, Ƒsí? ƑQuién dice?". Y concluye: "A mí no me gustan las entrevistas; no quiero hablar con los periodistas".

Por su parte, Carmen Olimpia acudió a la entrevista con la pequeña Sarahí.

Morena, de ojos negros, la mujer de 21 años dice que ha subido 25 kilos desde que empezó el pleito judicial. "Es que me agarra por comer y comer. šUna ansiedad...!".

Sin trabajo fijo porque no ha registrado a la pequeña y por tanto no la reciben en la guardería, acude a ayudarle a una hermana en los quehaceres de la casa, y a cambio recibe 400 pesos a la semana.

Opina de cómo se arreglaría el caso: "Lo justo es que cada niña esté con su mamá y mantener una comunicación, estar en contacto si fuera posible. Que yo fuera la madrina de esta niña (Sarahí) y Caridad de la mía. Tener una amistad como hermanas, no vernos como enemigas, vernos como familia. En realidad nos unen las niñas y ese es el gran problema. Pase lo que pase las dos van a sufrir. Si se cambian o si no se cambian".

Las abuelas maternas coinciden

En este conflicto las abuelas maternas coinciden. Ambas han aconsejado a sus hijas que devuelvan a la niña que no es de ellas y recuperen la propia.

De la restitución de las criaturas han hablado expertos. "Esto no sólo tiene fundamentación ética en el reclamo de justicia, es también el más sano de los destinos que la sociedad puede ofrecerles (a los niños)", cita en el libro Identidad el ex director de la División de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Teho Van Boven.

Sobre el tema, el gobernador Juan S. Millán se pronunció respetuoso de la autoridad judicial. "Yo tengo que ser absolutamente respetuoso del Poder Judicial, de las resoluciones que tome. Mi posición debe ser de absoluta imparcialidad y reiterar mi confianza en que la resolución a la que llegue el juzgador se apegará estrictamente a derecho."

-ƑPor qué no recibió a la señora Carmen Olimpia, quien le pidió audiencia hace más de un año?

-Cualquier intervención de mi parte, el sólo hecho de recibir a una de las partes, podría mandar una señal distorsionante. En ningún caso lo hacemos y mucho menos cuando hay un problema de un fondo humano tan delicado -indicó el mendatario.

Para Ricardo Arnulfo Mendoza, defensor de Carmen, "lo mejor tanto para las madres como para las niñas es resolver el conflicto de acuerdo con la pericial genética. Los abogados deben comprender que es un asunto humano, no un negocio".

La demanda interpuesta en septiembre de 1999 fue asumida por él en abril de 2001, cuando Carmen, inconforme por los retrasos del juicio, retiró la defensa de manos del DIF y aceptó la ayuda que el litigante le ofreció sin cobrarle ningún honorario.

El defensor reconoce que este es hecho inédito en la historia de nuestro país y se dificulta porque "el Código Civil tiene un rezago de 60 años".

Optimista, el también coordinador estatal de la organización no gubernamental Frente Contra la Impunidad dice que habiendo buena voluntad el asunto terminaría en 15 días.

Opina que la intervención del gobernador Juan S. Millán podría agilizar el caso.

Aunque "la única persona en el mundo que puede resolver esto es el juez Isidro Nájar Núñez", declaró días antes de que saliera el fallo.

Entrevistado, Nájar Núñez adelantó: "El caso se puede resolver, tenemos las armas para resolverlo jurídicamente. Sí hay manera de dilucidar si la niña (Gabriela) es hija de la parte actora (Carmen), la misma que reclama, o de la demandada (Caridad)".

Fue él quien sentenció que las niñas sean devueltas a sus verdaderas madres, y declaró nula el acta de nacimiento de quien hoy lleva el nombre de Gabriela.

Hoy, 27 de agosto, se sabrá si Caridad Gutiérrez apela de la resolución o no.