Ť Las piezas no vendidas regresarán a las bodegas de los siete bancos propietarios
Muchas obras, buenos precios y pocos adquirentes en la cuarta subasta del IPAB
Ť El total de lo recaudado alcanzó un millón 226 mil pesos, informó el organismo
Ť Los tahúres, óleo sobre tela de Manuel Serrano, alcanzó la puja más alta
ARTURO JIMENEZ
En la cuarta subasta del IPAB (Instituto para la Protección del Ahorro Bancario), la noche del jueves, salieron dos de las más importantes obras de las 488 ofrecidas por siete bancos mediante los servicios de Galerías Louis C. Morton, en las Lomas de Chapultepec. El óleo sobre tela Los tahúres, de Manuel Serrano, fue vendido en 405 mil pesos, mientras Ruinas de Uxmal, de A. Boch, en 190 mil pesos.
No obstante la indiferencia por varias piezas importantes, entre ellas algunas series de Rufino Tamayo, como una litografía de El hombre rojo, con precio de salida de 29 mil pesos, sí fueron vendidas sus mixografías Hombre con los brazos en alto, en 29 mil pesos, y Diamantes, en 32 mil, así como la litografía en blanco y negro La coqueta, en 21 mil pesos.
El total de lo vendido en esta ocasión fue de un millón 226 mil pesos, según información del IPAB, mientras que la semana pasada, durante la tercera subasta, el monto fue inferior a 400 mil pesos. Antenoche se vendieron 111 lotes y se registraron 54 postores.
La espina, de Anguiano, retirada
El panorama general de la subasta fue de muchas obras, buenos precios y relativamente pocos compradores, quienes en su mayoría iban por cuadros baratos y autores desconocidos y hasta ''anónimos".
Pudieron salir dos obras de pintores nacionalistas, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, pero uno en ''reproducciones" y otro en ''offset".
De Rivera se vendió un lote conformado por las obras Mujeres platicando, Niña jugando con trompo y Mujer con canasto, todas por 2 mil 200 pesos tras una puja y un precio de salida de mil 200 pesos.
Del pintor Siqueiros de vendió Sin título en mil 800 pesos, con precio de salida de 800 pesos. En esa obra aparece un niño de espaldas, vestido con un blusón rojo y en un espacio rural como páramo rulfiano.
No pudo venderse la reproducción de la conocida obra La espina, de Raúl Anguiano, ''retirada" sin que nadie levantara su paleta numerada.
La generación de la ruptura salió más o menos airosa, pues aunque se retiraron algunos Felguérez, de este pintor se vendieron cuadros como la serigrafía Armonía modificada, en 3 mil pesos y sin puja.
"Ni de cabeza"
A paso rápido, a veces sin tiempo para dar seguimiento en el catálogo, el tedio del desfile de obras y de ''se retira" sólo era roto por esporádicas compras y por algún error en la secuencia de los lotes, lo que provocaba chascarrillos de los dos martilleros.
''Dénle la vueltecita", indicó uno cuando los asistentes mostraron invertido un grabado de Luis de la Torre. Y luego que lo enderezaron: ''¿No lo quieren, ni de cabeza?" Nadie levantó su paleta.
Pero, quiénes eran los compradores. Muchos se presentaron enviados por el comprador real y otros bajo la modalidad de ''en ausencia". Todos se escondían en el anonimato de sus paletas y poco podía saberse de ellos. El ''39", un hombre regordete y con chamarra de gamuza, compraba obras de calidad pero a precios bajos, aunque fue quien se llevó Ruinas de Uxmal. El ''20" llegó, prácticamente, por Los tahúres; la ''174", mujer de traje azul rey y cabello corto, compró un paisaje de mil 300 pesos.
La ''92", señora madura, delgada y blazer oscuro, adquirió varias obras pero de las más baratas, muchas de autores ''anónimos" y de estilo costumbrista. En cambio, ya en la revisión final, la ''40", una joven tímida y modales sencillos, compró la mixta sobre madera Sin título, de Mario Montero, en 18 mil pesos.
Para Jaime Cruz, director adjunto de Bienes Muebles del IPAB, el resultado de esta cuarta subasta fue positivo y no descartó la realización de otra, pero sin mencionar fecha posible. Dijo además que las obras no vendidas regresarán a las bodegas de los siete bancos propietarios.