SABADO Ť Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Antidoping y Rastrillos acompañaron al grupo el jueves

Lleno total en la actuación de Alpha Blondy en el teatro Metropólitan

JUAN JOSE OLIVARES

18af2.jpgLos corazones mexicanos que laten a la cadencia de la música reggae, aceleraron su ritmo cardiaco la noche del jueves pasado con la presentación en el teatro Metropólitan de uno de los máximos representantes no jamaicanos llamado Alpha Blondy, quien cumplió con su cometido constante de emanar una "convocatoria, una reivindicación y una denuncia" por medio de sus canciones, que de tan seguidas y sin descanso se volvieron como un popurrí de una hora y 45 minutos, sin contar con el preludio detonante de la explosión colectiva de las bandas locales Rastrillos y Antidoping, que también pusieron a danzar a los presentes en el céntrico recinto, que registró un lleno total.

La fiesta se coloreó de amarillo, rojo, negro y verde, pero no de la llamada ganja-yerba-grass-mota-pat-mariguana, que corrió furtiva por varios rincones del edificio art decó sin que los fríos agentes de seguridad pudieran evitarlo.

Rolas en varios idiomas

Es que Seydou, como se llama en realidad Alpha Blondy, oriundo de Costa de Marfil, y su banda Sistema Solar -compuesta por diez músicos y dos coristas- conmocionaron a la banda reggaecera -enfundada en ropas holgadas y con pelos enmarañados simulando los dreadlocks de los rasta jamaicanos- con lo mejor de su repertorio en inglés, francés, algo de español y hasta en dioula, lengua natal de Blondy, que nunca dejó de observar impávido a las gradas, retacadas de seguidores, que corearon rolas como Apartheid is nazism, Jerusalem, París Bercy y la más aclamada y conocida, Cocody rock.

Alpha se mostró incansable. Desde que apareció con Biblia en mano no cesaban sus movimientos, y su voz, íntegra como hace 20 años, era una andanada con jiribilla que rozaba todas las almas raztecas.

Luego de una hora y 20 minutos se fugó del proscenio, pero la gritería provocó el encore. Su corista, que habla español, presentó a cada uno de los músicos, y la cadencia regresó al recinto para beneplácito de la muchedumbre que no podía dejar de moverse. Seydou regresó vestido de diferente forma pero con la misma entrega, para regalar otras piezas que volatizaron aún más a la gente, que ya de por sí se había volcado con las diez buenas rolas que interpretaron dos de las mejores bandas de reggae mexicano: Rastrillos y Antidoping.