MARTES Ť 4 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

EXPROPIACION AZUCARERA

Ť En esa cifra no se consideran impuestos atrasados y pago de cuotas al IMSS y CNA

Registra el país una pérdida de 25 mil millones de pesos por adeudos de la industria azucarera

Ť Los 27 ingenios expropiados deben alrededor de 19 mil millones a Finasa Ť De inicio, la privatización estuvo viciada; empresarios obtuvieron créditos con recursos públicos

VICTOR CARDOSO

La industria azucarera nacional representa hasta ahora una pérdida para el país que asciende a unos 25 mil millones de pesos sólo por los adeudos que tiene con la banca de desarrollo, sin contar impuestos atrasados, uso de agua de la CNA y cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Tan sólo los 27 ingenios expropiados deben alrededor de 19 mil millones de pesos a Financiera Nacional Azucarera, adeudo cuya mayor parte está catalogada por las autoridades de ese organismo como cartera vencida y una parte menor como créditos vigentes.

Con la privatización de los ingenios nacionalizados por Luis Echeverría Alvarez, realizada entre 1989 y 1993, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, el gobierno federal obtuvo poco más de 639 mil millones de viejos pesos (unos 6 mil 390 millones de pesos actuales), pero con la crisis de 1995 hubo necesidad de inyectarles más de 3 mil 500 millones de pesos (actuales) para evitar su quiebra y realizar transferencias de deuda al Instituto de Protección al Ahorro Banmexico_sugarcario (IPAB) por unos 18 mil millones de pesos adicionales.

Además, aunque los industriales entregaron azúcar en garantía, todavía tienen vigente un crédito global por 220 millones de dólares con el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), correspondiente a financiamientos otorgados en 2000, más los créditos liberados por ese mismo organismo este año a través del denominado Ficaña, por 2 mil 700 millones de pesos.

Empresarios consentidos

De inicio, la privatización de los ingenios cañeros estuvo viciada, ya que el gobierno federal autorizó créditos para que los empresarios interesados pudieran adquirir los bienes con recursos públicos.

Así, grupos como la Unión Nacional de Cañeros y la Confederación Nacional de Pequeños Propietarios (CNPP, del PRI), que obtuvieron en principio las empresas Alianza Popular, Compañía Azucarera del Ingenio Bellavista y el Ingenio Pedernales, casi de inmediato se deshicieron de ellos y los vendieron a Alberto Santos de Hoyos, ex senador priísta e impulsor del fracasado proyecto agroindustrial Vaquerías, en el estado de Nuevo León.

Pero no sólo eso. En un viciado y enmarañado sistema de producción-comercialización, los empresarios azucareros ocultaron el deterioro de los activos, la falta de inversiones y el aprovechamiento de facilidades para la exportación y obtuvieron del gobierno federal importantes apoyos y respaldo para conseguir líneas de crédito.

Al mencionado proceso ya se le conoce como Fobazúcar, del que Enrique Molina Sobrino, presidente del Grupo Escorpión y principal accionista de Caze, fue uno de los más beneficiados. A sus ingenios se les inyectaron alrededor de 700 millones de dólares y se le otorgaron facilidades para realizar incluso exportaciones fantasma, por las cuales la Contraloría de la Federación ya solicitó la intervención de la Procuraduría General de la República para iniciar un proceso penal.

Durante los últimos dos años el gobierno federal autorizó que el FIRA, organismo del Banco de México, abriera líneas de crédito para avío al campo cañero por 32 millones de dólares. Pero además, por medio de Finasa (Financiera Nacional Azucarera), se otorgaron cartas de garantía a la banca extranjera para respaldar créditos para pignoración de inventarios y de avío por 438 millones de dólares.

Restructura de apoyo

Por acuerdo del gobierno federal, en 1995 Finasa restructuró la deuda de 46 ingenios por 6 mil 709 millones de unidades de inversión (Udi); un año después se instrumentó un programa de prepagos con quitas de hasta 22 por ciento en el monto de los intereses. En 1998, esa misma dependencia volvió a restructurar la deuda de otros nueve ingenios por un total de 6 mil 409 millones de pesos e inició negociaciones para hacer lo mismo con otros seis por mil 812 millones.

Expropiación de rescate

Y ahora, como sucedió con las autopistas concesionadas, para no seguirle inyectando recursos a la industria azucarera se recurrió a la expropiación, que no ''al rescate.'' En el caso de los ingenios expropiados, según dio a conocer el propio secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, los activos tienen un valor ''tremendamente'' menor al monto de sus adeudos, por lo que difícilmente habría que pagar algo a los accionistas por la expropiación.

Por el contrario, apuntó, se buscará recuperar adeudos con esa dependencia, con el IMSS, la Comisión Nacional del Agua, el FIRA, haciendo valer ''algunas'' garantías personales que dieron los mismos industriales azucareros para respaldar sus adeudos.

CONSORCIOS AZUCAREROS EXPROPIADOS
consorcios azucareros