Ť Este problema no se combate con declaraciones hechas en términos "odiosos": Powell
EU e Israel se retiran de la conferencia de la ONU contra el racismo en Durban
Ť El encuentro, "festival de desprecio y gritos de guerra", dice Shimon Peres desde Jerusalén
Ť La atención, en Medio Oriente; otras víctimas han sido ignoradas, sostienen delegaciones
AFP, AP Y DPA
Durban, 3 de septiembre. Aunque esperada, la retirada de Estados Unidos este lunes de la Conferencia de la ONU contra el Racismo que se realiza en esta ciudad sudaficana, seguida poco después por la retirada de la delegación de Israel, podría provocar el fracaso de este foro, al igual que dos reuniones similares.
La decisión ocurrió luego que fallaron los intentos de llegar a un acuerdo sobre el lenguaje utilizado en la declaración final de la conferencia, que ambos países consideran antisraelí, explicaron fuentes de ambas delegaciones.
Desde el inicio de esta conferencia, hace cuatro días, el tema de Medio Oriente y los términos a utilizar para condenar o no a Israel por la actuación de sus fuerzas militares en los territorios palestinos, agitaron la asamblea más que cualquier otro tema.
La Unión Europea, por su lado, permanecerá unida tanto en la forma como en el contenido, sea cual fuere el final de la conferencia, dijo el ministro belga de Asuntos Exteriores, Louis Michel, cuyo país ejerce la presidencia de turno de la UE. Añadió que Los Quince buscarán "redactar un texto totalmente nuevo, susceptible de lograr el consenso".
Otras naciones abandonarían
Según una fuente estadunidense, Australia, Canadá y Gran Bretaña consideran retirarse de la conferencia si se acusa a Israel en el documento final. No obstante, Canadá anunció oficialmente que permanecerá mientras sea posible llegar a un resultado satisfactorio.
El esbozo de documento final actualmente en discusión, en el cual Israel sería el único país mencionado específicamente, reconoce con "profunda preocupación el incremento de las prácticas racistas del sionismo", al que considera "basado en la superioridad racial".
La confirmación del retiro estadunidense vino desde Washington, donde el secretario de Estado, Colin Powell, anunció que dio la instrucción a la delegación de su país de volver a casa.
"Después de discutir hoy con nuestro equipo en Durban y con otros (representantes) que están trabajando en pos de una conferencia exitosa, estoy convencido que ello no será posible", dijo Powell en un comunicado, agregando que "no se combate al racismo a través de una conferencia que emite declaraciones conteniendo términos odiosos que constituyen un regreso a la época en la que el sionismo era igualado al racismo".
Inicialmente, Powell iba a encabezar la delegación, pero envió luego a una delegación de rango medio en protesta por lo que consideró una actitud hostil hacia Israel en los trabajos preparatorios.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo en Kigali que la decisión estadunidense era un hecho "lamentable" y "desafortunado". "En estas circunstancias, cada país debe estar en la mesa de discusiones", añadió Annan.
Sudáfrica, anfitriona de la conferencia, y la alta comisionada de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, también lamentaron la decisión estadunidense en sendos comunicados. "A pesar de ello, creo que la jornada que hemos emprendido debe continuar hasta el fin de la conferencia", djio Robinson.
El reverendo Jesse Jackson, activista por los derechos civiles en Estados Unidos, se dijo decepcionado de que el gobierno de George W. Bush permitiera que el debate sobre Israel deteminara la participación de Estados Unidos.
Tras el anuncio estadunidense, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, anunciaba a su vez desde Jerusalén que ordenó a su delegación abandonar Durban, pues la conferencia "resultó ser un festival de desprecio y gritos de guerra".
Delegaciones de organismos judíos anunciaron también que abandonarán el encuentro, al tiempo que la Unión Mundial para el Judaísmo Progresivo señaló a Annan que la conferencia de Durban es utilizada para preparar una "Guerra Santa contra Israel", y que Naciones Unidas "está pasando por su más vergonzaosa metamorfosis" desde su creación en 1945.
La reacción palestina no se hizo esperar, y desde Gaza, el secretario del gobierno palestino, Ahmad Adbel Irahman, se felicitó por la decisión del gobierno israelí, pero denunció la similar decisión de Estados Unidos: "Al actuar de esa forma, avaló las agresiones contra el pueblo palestino", sostuvo.
Esta es la tercera conferencia mundial sobre el racismo, pero la primera a la que asistían tanto Estados Unidos e Israel. Ambos países boicotearon los encuentros de 1978 y 1983, por discrepancias similares. En aquella ocasión, el tema de la política de Israel hacia los palestinos, así como el del régimen de segregación racial o apartheid en Sudáfrica, que imperó hasta 1990, fueron el eje de la polémica, y muchos países occidentales votaron contra la declaración final y se abstuvieron de condenar a esos países.
La delegación de Noruega, encargada el domingo de proponer un proyecto de texto de resolución final, ya había advertido esta mañana, que "si cada uno de nosotros insiste en mantener su propia proposición de lenguaje, esta conferencia fracasará".
Numerosas organizaciones no gubernamentales advirtieron también que la conferencia, que tiene fecha de cierre el próximo viernes, puede fracasar, al igual que las dos anteriores.
Temor por falta de resultados
Amnistía Internacional manifestó su temor de que el encuentro no llegue a ningún resultado debido a la atención que se le está concediendo a Medio Oriente, y recordó que hay racismo en los sistemas judiciales de muchos países, mencionando como ejemplo el hecho de que muchos negros son condenados a muerte en Estados Unidos mientras que blancos culpables de iguales delitos son condenados a penas menos severas.
A su vez, varios delegados lamentaron que la atención pública se centrara en unos cuantos pasajes de la declaración final, "en vez del restante 89 por ciento", que refleja las voces de otras víctimas, como los refugiados, las mujeres discriminadas o los perjudicados por el sistema de castas de India.
Otro tema polémico en la reunión, aunque no tanto como el de Medio Oriente, es el de la trata de esclavos y el colonialismo. Los países africanos mantienen su posición de exigir "disculpas" y "compensaciones", según fuentes de la Organización de la Unidad Africana, mientras que los países occidentales temen que el ofrecer "disculpas" abra la puerta a reclamos financieros enormes.
La discusión entre los europeos giraba hoy entre si se debe "lamentar" u ofrecer "disculpas" por la trata de negros: mientras Gran Bretaña, Holanda, España y Portugal prefieren el primer término, Alemania e Italia están a favor del segundo, y Francia aún no decide.