MARTES Ť 4 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Bienvenida a la UCM
Ť Nueva alternativa para jóvenes

PESE A los hombres y los tiempos, por fin se inauguró la Universidad de la Ciudad de México y con ello se salda una deuda que contrajo con los ciudadanos Cuauhtémoc Cárdenas desde su campaña por el gobierno de la capital.

Y ES verdad: aunque usted no lo crea hubo quienes, de una u otra manera, pretendieron acabar con el proyecto que por noble, por necesario, hoy al fin se pone la servicio de la población del Distrito Federal.

CUENTAN LOS panistas, por ejemplo, que en su agenda estaba pendiente y en rojo el tema de la educación en el DF, y desde luego, la crítica a la creación de la universidad. Se querían ir con todo en contra de la idea, pero desde la Secretaría de Gobernación se dijo no a la estrategia de ataque que ya tenían montada los azules.

ALGUNOS OTROS fuera del ámbito político decidieron hacer la guerra al proyecto porque no estaban incluidos dentro del plan y elevaron sus críticas sin más argumento que el despecho y el coraje.

PERO SOBRE todo estaba la idea de Cárdenas y el compromiso de Andrés Manuel López Obrador por echar a un lado el discurso y acrisolar el anhelo del primer gobierno perredista que, con acciones como ésta, nos hace entender por qué era tan importante refrendar el gobierno del mismo signo.

EL PROYECTO educativo de la UCM tiene facetas novedosas para hacer mucho más participativa y por lo tanto interesante la presencia de los estudiantes en la casa de estudios que, por otro lado tuvo un costo de 28 millones de pesos.

UNA DE esas innovaciones es la que permitirá que durante lo que resta del año el programa de estudios sufra las modificaciones necesarias para empezar el 2002, después de afinar los conocimientos de sus estudiantes, con una línea de estudios real, concreta y de verdaderos valores del conocimiento.

LAS DUDAS sobre los fines partidistas a los que podría servir la universidad que dependerá del gobierno capitalino tendrán que ser borradas aprisa, y de esa tarea estará a cargo la Asamblea Legislativa del DF, que deberá otorgar a la UCM la autonomía necesaria para evitar cualquier malentendido.

EN ESTE punto de seguro se presentarán las resistencias normales. Para el PAN la autonomía es una libertad que no debe concederse a las universidades, aunque uno de sus principales ideólogos haya sido quien la propuso y la insertó en el mundo universitario para crear lo que hoy se conoce como UNAM.

DE CUALQUIER forma, los tiempos no son los mismos. Hoy, para Acción Nacional y digan lo que digan, la educación confesional es la buena porque hace de los estudiantes masa acrítica de seguidores de los mandatos del mercado.

PERO LO más importante de todo esto es, sin duda, la creación misma de una alternativa universitaria pública donde los jóvenes podrán ejercer su vocación sin necesidad de cumplir con cuotas económicas inalcanzables para muchos habitantes de la ciudad.

POR LO pronto habrá 600 estudiantes y medio centenar de profesores. La libertad de cátedra, que ha sido tan atacada en estos tiempos del neoliberalismo, será la esencia de esta casa de estudios que debe enorgullecer a todos los capitalinos.

Y TODO ese orgullo no debe convertirse en fatuidad que ignore el verdadero punto de partida, porque el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas ideó esta universidad y puso en el anhelo de la gente esta opción que, además, deberá ser muy bien cuidada por los ciudadanos que entienden lo que significa y saben de los esfuerzos para crearla.

TAMPOCO PODRA ignorarse el tesón del jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, quien a menos de un año de trabajo fundó la escuela a contracorriente de hombres y tiempos que le aconsejaban abandonar el proyecto.

DESDE AYER la ciudad de México tiene otra universidad. Allí habrán de formarse quienes puedan servir con honestidad e idea a una ciudadanía que se la jugó por un gobierno diferente a las opciones que el neoliberalismo le presentó.

LA VALENTIA de los defeños empieza a ser recompensada en esta obra que, sin duda, forma parte del camino que no se desvía aunque tiempos y hombres digan otra cosa. Bienvenida la Universidad de la Ciudad de México.

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