JUEVES Ť 6 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
La apertura económica afectará a la industria textil
De ganadoras a perdedoras. Las empresas de la industria textil, de las principales beneficiadas en principio con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora deberán sacrificarse.
No lo dice dirigente de los industriales del ramo, Adolfo Kalach, sino el director del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), José Luis Romero Hicks, quien advierte que dada la apertura económica, las variables relacionadas con este sector en el ámbito internacional ''inevitablemente afectarán toda la cadena fibras-textiles-vestido''.
Explicó que las modificaciones en las reglas del juego a nivel internacional ''indudablemente van a seguir impactando de manera significativa a las empresas mexicanas''.
Puntualizó que la desaceleración económica de Estados Unidos; la paridad TLCAN que los estadunidenses concedieron a las naciones miembros de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe; el calendario de liberación de cuotas del tratado; el desmantelamiento de las cuotas textiles a nivel mundial dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y el eventual ingreso de China a este organismo serán factores decisivos en esta tendencia decreciente.
Por tanto, a los empresarios -cuyo rostro se ensombreció en el acto inaugural de la Exhibición Internacional México Textil 2001- les recomendó integrarse y flexibilizar su producción para adecuar sus tiempos a los de los clientes y sacrificar las utilidades a corto plazo para priorizar la productividad, además de voltear hacia el mercado europeo.
Del lado positivo, Romero Hicks destacó apoyos financieros por 780 millones de dólares al sector textil y confección durante 2000, monto equivalente a 18 por ciento del financiamiento total, y confió en que estas cifras sean superadas en 2001.
No obstante, consideró imperativo impulsar la sustitución eficiente de importaciones textileras, buscando incrementar el abasto de telas fabricadas en México a la industria maquiladora de exportación, y respaldando a compañías mexicanas para que vendan al exterior productos con mayor valor agregado.
En este punto se detuvo para explicar que cada uno de los eslabones de la cadena textil tiene una problemática particular y los intereses de unos, no necesariamente corresponden con los de los demás participantes.
Tomando en cuenta lo anterior, junto con los cambios en el entorno externo que afectan a la industria y las oportunidades de negocios existentes, ''consideramos que la estrategia a seguir'' por parte de los actores de este segmento fabril ''deberá estar enfocada principalmente hacia el logro de una mayor integración entre los productores de fibras, telas y confección''.
A juicio del funcionario, el sector textil deberá trabajar para flexibilizar su producción, adecuar sus tiempos a los de los clientes y estar en posibilidades de ofrecer mayor disponibilidad de hilados, tejidos y acabados, de acuerdo con los diseños elaborados por los compradores.
HUMBERTO ORTIZ MORENO