Preocupa a la cumbre el aumento de la islamofobia y el antisemitismo en el orbe
Ť El proyecto de declaración final sudafricano busca reducir las discrepancias entre árabes y la UE
Ť Reconoce el texto el derecho de los palestinos a la autodeterminación y el de Israel a su seguridad
AFP, AP Y REUTERS
Durban, 6 de septiembre. A sólo un día del cierre de la Cumbre de Naciones Unidas contra el Racismo, los países árabes y la delegación palestina buscaban esta noche enmendar un nuevo proyecto de declaración final presentado por Sudáfrica, el país anfitrión, el cual reconoce el "derecho inalienable de los palestinos a la autodeterminación" y el "derecho a la seguridad de todos los estados de la región".
La búsqueda de consenso sobre el conflicto en Medio Oriente ha ensombrecido el encuentro de ocho días realizado en esta ciudad costera sudafricana, pero también continuaba estancada otra iniciativa que pide que Occidente se disculpe por la trata de esclavos y el colonialismo.
La nueva propuesta sudafricana buscaba reducir la discrepancia entre la demanda árabe, de que la conferencia condene las prácticas israelíes en territorios palestinos como "racistas", y la negativa de la Unión Europea de señalar a Is-rael como culpable.
Las discusiones entre europeos, africanos y árabes sobre la declaración se iniciaron el lunes, luego de la partida de Estados Unidos y de Israel en protesta contra el "lenguaje de odio" hacia el Estado is-raelí en el proyecto inicial de de-claración final.
"Todas las partes están en contacto permanente y las discusiones continúan", indicó esta noche un portavoz de la cancillería sudafricana, y si no se puede lograr un acuerdo en torno a la proposición sudafricana se creará un grupo de trabajo "para hacer avanzar el proceso", añadieron diversas fuentes.
El proyecto en discusión reconoce el "derecho inalienable" de los palestinos a la autodeterminación, pero también el derecho a la seguridad de todos los estados de la región, "incluyendo a Israel".
Intentan detener el retiro europeo
Este documento, presentado para evitar una retirada de los europeos de la conferencia, menciona igualmente a los palestinos que viven "bajo ocupación extranjera", reconoce el derecho al regreso voluntario de los refugiados y se declara "muy preocupado por el aumento del antisemitismo y la islamofobia en diversas partes del mundo".
Lanza asimismo un llamado para que "se ponga fin a la violencia" en Medio Oriente, al "reinicio rápido de las negociaciones y al respeto de la legislación internacional sobre derechos humanos", según la copia obtenida por Afp, y sostiene que "el Holocausto no de-be ser jamás olvidado".
Aunque el texto no satisface completamente a los europeos, fuentes próximas a las negociaciones indicaron que constituye un "mínimo aceptable".
El embajador palestino en Sudáfrica, Suleiman al Herfi, indicó a su vez que los árabes no han re-chazado el texto, sino que desean consultarlo con otras regiones.
"No se trata de decir si nos conviene o no, la conferencia aún no ha terminado. Estamos estudiándolo, y es parte de un conjunto. Mientras los europeos y los occidentales no den sus respuestas sobre los otros puntos, como por ejemplo las reparaciones (por la trata de esclavos), no nos comprometemos", añadió.
Los representantes árabes aquí estarían divididos en "duros" y "moderados", y cada grupo trata de constituir un frente común con los países africanos, estableciendo un lazo con el tema de las reparaciones por la esclavitud, precisaron varias fuentes.
En el sector duro se encuentra Siria, cuya cancillería comunicó que insistirá para que la reunión cimera denuncie las actuaciones "racistas de Israel".
A pesar de una mediación adelantada por Brasil y Kenya, los países del norte y del sur siguen enfrentándose alrededor de este problema, pues los del primeros se niegan a presentar excusas por temor a consecuencias judiciales y financieras que podrían acarrear.
A su vez, los africanos proponen que el tráfico transatlántico de es-clavos sea declarado un crimen contra la humanidad, pero los eu-ropeos proponen que sólo la esclavitud contemporánea sea declarada un crimen, que la conferencia exprese su pesar por el legado del comercio de esclavos y que la co-munidad mundial contribuya al desarrollo sustentable de los pueblos que han sufrido esclavitud.
Hasta el momento, la conferencia adoptó la mayor parte de los 185 párrafos contenidos en la declaración, y pero 33 de los 63 que están siendo discutidos están sujetos a "dificultades", dijeron las fuentes encargadas de la redacción del texto final.
Si las negociaciones sobre los temas más delicados continúan el viernes, la junta podría prolongarse hasta el sábado, dijo Sue Markham, vocera de la conferencia.
Como ya ocurrió en las anteriores conferencias de 1978 y 1983, en las que Estados Unidos ni si-quiera participó, la cuestión de Medio Oriente ha amenazado con hacer fracasar el encuentro.
Sin embargo, para la secretaria general de la misma, la alta comisionada para los derechos humanos Mary Robinson, el sólo hecho de haber llamado la atención sobre estos temas polémicos es un éxito.
Mientras los delegados en la conferencia de Naciones Unidas contra el Racismo en Durban se enfocan en Medio Oriente y las compensaciones por la esclavitud, algunas de las víctimas de la discriminación denuncian que sus casos no han sido atendidos.
"Esta conferencia, en lo referente a la situación de los kurdos (minoría a la que Turquía no re-conoce) y muchos otros, es en sí misma una cumbre discriminatoria", dijo Bajtiar Amir, un kurdo que ha intentado en vano que su pueblo sea mencionado en la declaración final.
De su lado, la llamada casta intocable de India teme que un párrafo que se refiere a la discriminación "sobre la base del trabajo y descendencia", eufemismo de Naciones Unidas para el término casta, sea eliminado por mandato de la delegación oficial india, que sostiene que el problema de castas no tiene que ver con el racismo.
Unos 60 miembros de la casta de los intocables, o dalits, em-pezaron ayer una huelga de hambre de nueve horas, para exigir que la conferencia se pronuncie sobre su caso. Unos 250 millones de personas son víctimas en el mundo de discriminación según su casta, de acuerdo con Human Rights Watch.
Así las cosas, "muchas delegaciones asistentes a la cumbre quieren incluir otras formas (de discriminación), como edad, orientación sexual, VIH/sida y estrato socioeconómico", reveló el diplomático mexicano Arturo Fernández Basave. (AP)