LUNES Ť 10 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť El académico participó en la presentación del sexto volumen de Cuadernos de la cárcel

Gramsci, vigente, destaca Gabriel Vargas Lozano

Ť La concepción del teórico italiano, alternativa ante el neoliberalismo, afirma

ANGEL VARGAS

Con motivo de la aparición del sexto y último volumen en español de Cuadernos de la cárcel, considerada en su conjunto una de las obras más importantes del pensamiento político del siglo XX, el filósofo Gabriel Vargas Lozano enfatiza la vigencia de los postulados ahí vertidos por su autor, el pensador italiano Antonio Gramsci, no obstante que ha transcurrido medio siglo desde su escritura.

Subraya que la concepción gramsciana puede servir de opción para construir una alternativa viable que prefigure un horizonte promisorio para el mundo contemporáneo, donde "el neoliberalismo quiere privatizar hasta los sueños y desea incinerar el pensamiento crítico".

Aunque advierte que los razonamientos del estudioso italiano no deben "reproducirse mecánicamente, como se ha hecho con todas las teorías en México, e incurrir en un doctrinarismo", sino redescubrirlos y darles una nueva lectura a partir de tener presentes los problemas actuales.

 "Los seis volúmenes de Gramsci son una enorme lección de método; de conocimiento; de creación de conceptos pero sobre todo de voluntad de persistir y de valor moral e intelectual", abunda.

Vargas Lozano fue uno de los presentadores del sexto tomo de Cuadernos de la cárcel, publicado bajo el sello de Ediciones Era. El acto tuvo lugar anteanoche, en el Centro Cultural San Angel, y contó con la participación, también, de Enrique Dóger, Dora Kanoussi y Mariano Morales.

El filósofo, vicepresidente de la Asociación Filosófica de México, resaltó que la obra de Gramsci permite un análisis mucho más profundo en relación con la cultura, la política, la ideología, los modos de ser y de pensar de los individuos que va mas allá del planteamiento clásico señalado por Carlos Marx en El Capital.

El filósofo italiano "jamás pretendió reducir la realidad a un esquema, sino al contrario, buscó las categorías que permitieran repensar su entorno", explicó. "No se queda reducido al estudio del modo de producción sino que investiga la forma en que un bloque histórico llega al poder no sólo a partir del desarrollo económico o la estructuración de una fuerza política sino también por la implantación en las conciencias de las masas 'como un sólido prejuicio', diría Marx, de una concepción del mundo y de la vida que acompaña estrechamente a la estructuración económica y política".

Señaló que en México los Cuadernos de la cárcel no se han valorado adecuadamente, no obstante que se conocen desde hace varias décadas y que en la segunda mitad de los años setenta Gramsci incluso fue un teórico de moda entre la izquierda, la cual lo relegaría más tarde:

"Una ceguera ideológica impidió advertir su riqueza. Lo que dominó entre las fuerzas de izquierda fue el stalinismo, el trotskismo, el existencialismo sartreano o la influencia de la escuela de Frankfurt".