LUNES Ť 10 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Primera muestra individual

Isadora Cuéllar convierte el barro en figuras míticas

En las manos de Isadora Cuéllar García se sincretizan "impulsos sensuales e intuitivos" que transforman el barro en figuras míticas y fantásticas, como es el caso de las 21 piezas que integran su exposición La ciu-dad-de-la-sin-ra-zón, inaugurada anoche en la Casa de la Primera Imprenta de América (Licenciado Primo Verdad 10, esquina con Moneda, Centro Histórico).

En esta muestra, la primera que presenta en forma individual, la joven ceramista (ciudad de México, 1978) refleja reminiscencias de lugares que ha conocido durante sus viajes, así como del mundo que bulle en su imaginación, la historia y sus lecturas.

"Mis ciudades me permiten soñar, volar, recorrer otros mundos, otras tierras, otros rincones que no son reales pero que vuelan hacía mi interior, mis deseos, miedos, sueños y necesidades", señala.

Isadora Cuéllar concibió las obras de su exposición, en su mayoría de pequeño formato, con el objetivo de que el espectador entrara en contacto con ellas no sólo a través de la mirada, sino del "reto que significa descifrarlas mediante el tacto".

Es así que, a diferencia de otras exposiciones de cerámica, La ciu-dad-de-la-sin-ra-zón se distingue por ser una muestra interactiva, a manera de "un gran salón de juegos para todo tipo de personas" .

Luego de cursar estudios de pintura y escultura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, la artista decidió dedicarse a la cerámica, dice, tras advertir "el gran disfrute y compromiso" que significa trabajar con barro, porque éste "te arraiga a la tierra".

Esta, su primera exposición individual, le dejó como legado, según comenta, "aprender que para nadie existen destinos predeterminados. Cada quien puede realizar su ciudad y su mundo".