Ť Culmina mañana exposición del pintor en El Aire Centro de Arte
Del desnudo me interesa la relación con el deseo por ser la parte más escandalosa, asegura Ulises García
MERRY MAC MASTERS
De cara a la añeja discusión acerca de la ''muerte'' de la pintura, Ulises García (DF, 1965) propone respuestas, pintando, claro. Si han matado a la pintura por su ''incapacidad'' de interactuar con los aspectos más contemporáneos de la vida cotidiana, para García el arte pictórico puede muy bien abordar problemas de interés general.
En su exposición que culmina mañana, en El Aire Centro de Arte (calle Reforma 17, Tizapán), se impone el desnudo femenino, una constante en la obra de Ulises García durante los últimos años.
Y como su trabajo tiene muchas ''salidas'', de pronto le gusta darle al desnudo femenino un sentido ''periodístico'' al relacionarlo con sucesos históricos, políticos o de la historia del arte. En un cuadro se retoma un motivo de la campaña de Vicente Fox, nada más que la mano de la victoria se ha sustituido por conejita de Playboy. El óleo La libertad viendo al pueblo se liga con la pasada huelga y ocupación de la UNAM. Además, sus desnudos ofrecen una fuerte carga de voyeurismo.
García se sirve del tema para ponderar el hecho de que ''el arte es el espacio donde se legitima el desnudo''. Desde el siglo XIX, el desnudo está de alguna manera ''limpiado'' o ''pasteurizado'' por el arte. Agrega: ''Lo que me interesaba era el desnudo, no tanto como un estudio anatómico, tratar con la naturaleza del cuerpo y la inocencia de la naturaleza en sí misma, sino más bien la parte que nos resulta más escandalosa: la relación con el deseo. La expresión del deseo de alguna manera siempre genera una provocación, una molestia y, también, la censura''.
Imagen ficticia
Para examinar la relación del desnudo con el deseo, Ulises García lo hace desde el punto de vista de la academia. Hay cuadros que son homenajes a los pintores Tiziano, Velázquez, Fragonard y Delacroix. El óleo Audición para el papel de madmoiselle O'Murphy hace honor al pintor dieciochesco Boucher, prácticamente ''desconocido'', pero autor de uno de los cuadros ''más eróticos'', el de una odalisca rubia y otra morena. Mientras de un pintor revolucionario, contestatario e innovador en muchos sentidos como Goya, hay abundancia de documentos. ¿Qué es lo debemos olvidar de Buocher? García contesta: ''precisamente que nos llevaba a esa relación con el deseo''. Esto contrasta con el ''perfectamente asimilable'' vínculo que tenía Goya con la muerte.
Desde hace un lustro el pintor también aborda el tema de la ficción. Al respecto apunta: ''El desnudo es una ficción porque se habla de él como algo de lo más natural y no es cierto. Siempre hay la aparición de una persona desnuda que tiene una intencionalidad y esa imagen a su vez es ficticia''.
A fin de ser consecuente con la idea que tiene de la imagen y las ficciones, García trabaja por medio de las fotografías que les toma a personas que no son modelos profesionales. Le interesa la relación personal que se establece porque trabaja con amigos o seres con los que interactúa:
''Esto tiene que ver con un acto simbólico que desde luego para el espectador no es claro: desnudar a alguien que no trabaja de esto, que lo hace por primera vez y que debe sortear toda una serie de relaciones con el pudor y otro tipo de aspectos que implican hasta cierto punto una violencia hacia una persona que lo permite pero que al mismo tiempo lo desea.''