MIERCOLES Ť 12 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
EU, BAJO EL FUEGO
Ť Ohio, Texas, Idaho, Florida y Arizona, donde hay mayor actividad de milicias
Identificados, 602 grupos de odio en EU
Ť Casi todos son integrados por hombres blancos con fuerte apego a alguna religión
DE LA REDACCION
En 1995 el entonces presidente estadunidense, Bill Clinton, calificó como "cobardes diabólicos" a los autores del atentado contra el edificio federal Alfred P. Murrah en Oklahoma, en lo que fue el peor atentado terrorista cometido en Estados Unidos hasta entonces.
No imaginaba que esos cobardes no eran árabes, como se creyó en un principio, sino estadunidenses y blancos, características únicas de los miembros de las milicias que operan en todo Estados Unidos y que representan uno de los principales focos rojos en la lucha antiterrorista estadunidense.
La mayoría de los integrantes de las milicias son hombres blancos de entre 20 y 55 años con un fuerte apego a la religión, principalmente cristiana, que se oponen a las leyes de control de armas y que consideran que existe una conspiración gubernamental que va desde desarmar a la población hasta abolir las garantías individuales, de acuerdo con un informe del FBI dado a conocer en 1997 que advierte que los milicianos "representan una amenaza al respeto de las leyes y al público en general".
El centro Southern Poverty Law, que monitorea el racismo dentro de Estados Unidos, indicó en su informe del año 2000 que en Estados Unidos existen 602 "grupos de odio" activos divididos en Ku Klux Klan, neonazis, skinheads, de identidad cristiana, segregacionistas y neoconfederados, cuyo campo de acción se encuentra principalmente en los estados del sur.
El listado incluye a todas aquellas organizaciones que realizan actos criminales o manifestaciones, que dan discursos o que publican libros, pero no abarca a aquellos cuyas acciones se limitan a publicar páginas en Internet, ya que al parecer se trata de individuos que simulan ser grupos poderosos y bien organizados.
El documento identificó a 194 grupos de "patriotas" que se definen como opositores al "Nuevo Orden Mundial", aunque no necesariamente están involucrados en actos de violencia o racistas.
En 1998 el número de grupos antigubernamentales era de 523, incluyendo 221 organizaciones de "milicias armadas". Los principales estados con este tipo de actividad eran Michigan, California, Ohio, Texas, Idaho, Florida y Arizona.
En mayo pasado, el director del FBI, Louis J. Freeh, declaró en su informe ante el Senado que existían tres tipos de amenazas terroristas domésticas: ultraderechistas, ultraizquierdistas y extremistas puertorriqueños, y extremistas de "intereses especiales".
Los de extrema derecha son aquellos que predican el supremacismo de la raza blanca y realizan sus acciones argumentando las garantías individuales y la libertad de expresión y asociación. Este grupo representa "una seria amenaza terrorista", ya que su objetivo es crear el caos y forzar al gobierno a declarar la ley marcial para encabezar un movimiento violento para derrocar al gobierno, expuso Freeh.
Los grupos ultraizquierdistas y los extremistas de Puerto Rico se adhieren a la doctrina de la revolución socialista y se ven como protectores de la gente contra los efectos deshumanizadores del capitalismo y del imperialismo, y buscan la independencia puertorriqueña.
Los grupos de "intereses especiales" incluyen tanto a "terroristas" de derecha como de izquierda que defienden los derechos de los animales y el medio ambiente y se oponen a la tecnología nuclear. En los últimos años, afirmó Freeh, estas organizaciones se han radicalizado y sus actos han derivado en vandalismo y terrorismo.
En su informe, el director del FBI advirtió además que los grupos terroristas, tanto nacionales como internacionales, tienden a adquirir cada vez más armamento de destrucción masiva -químicas, biológicas o radiactivas-, aunque señaló que no hay evidencias de que este tipo de armas vaya a ser empleada dentro de Estados Unidos.
Asimismo, llamó la atención sobre el creciente empleo de las nuevas tecnologías e Internet para planear sus actividades, reclutar y comunicarse con sus miembros, colectar fondos y hacer propaganda.
Ya en ese entonces Freeh reconoció que el FBI "nunca será capaz de prevenir todos los actos terroristas".
El atentado en Oklahoma, el primero de este tipo dentro de territorio estadunidense, ocurrido el 19 de abril de 1995, fue el que encendió la alarma de las autoridades sobre la gravedad del terrorismo interno, ya que hasta ese momento los ataques de los extremistas estaban dirigidos contra las minorías étnicas y, en algunos casos, contra clínicas donde se practican abortos o laboratorios en los que se experimenta con animales.
Timothy McVeigh, un ex militar, fue acusado de ser el autor del atentado y murió por inyección letal el pasado 11 de junio. Las autoridades consideraron a McVeigh como un fanático de extrema derecha -en un principio se le vinculó a la Milicia de Michigan- que buscaba vengarse del gobierno por el asalto que realizó el FBI en Waco, Texas, contra la secta davidiana, dirigida por David Koresh.
El atentado contra el edificio federal Alfred Murrah ocurrió exactamente dos años después del operativo del FBI contra los davidianos.
Otro de los ejemplos de terrorismo interno fue el atentado con explosivos ocurrido durante los Juegos Olímpicos en Atlanta, Georgia, en 1996.
En los últimos meses de 1999 Estados Unidos aumentó su seguridad después de que las milicias ciudadanas se prepararon para un eventual colapso de la civilización, para lo que almacenaron alimentos y otras cosas básicas entre las que incluyeron armas y municiones, como refirieron en ese entonces los corresponsales de La Jornada Jim Cason y David Brooks.
Esto hizo temer inminentes atentados después de que la policía detuvo en Sacramento, California, a dos hombres que habían almacenado 50 armas, 50 mil municiones y 30 libras de fertilizante (empleado para fabricar bombas, como la de Oklahoma). Unos días antes las autoridades detuvieron en Nevada a varios integrantes de una organización supremacista blanca que pretendía atacar a judíos y negros.
El 24 de julio de 1998 un ultraderechista asesinó a dos policías en el Capitolio, en lo que representó el ataque más serio contra el Congreso desde 1983, cuando un pequeño artefacto estalló en la sala de debates del Senado.