VIERNES Ť 14 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Tercer año sin consenso para planear negociaciones globales, dice Roberto Betancourt

Conferencia sobre desarme condena terrorismo

Ť Postergan para 2002 la aspiración de países no nucleares sobre diálogo entre potencias

 KYRA NUÑEZ CORRESPONSAL

Ginebra, 13 de septiembre. La Conferencia sobre Desarme expresó su "fuerte condena a los ataques terroristas" perpetrados el martes pasado contra Estados Unidos y aseguró que "hará todo lo posible por ayudar en la búsqueda de los criminales". Sus 66 representaciones diplomáticas guardaron un minuto de silencio por las víctimas de los atentados.
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Con el terrorismo, que ya entró por la puerta grande, resulta difícil imaginarse cómo podrá la Conferencia de Desarme ayudar a otros cuando no puede ayudarse a sí misma. En la sala de asambleas del Palacio de las Naciones Unidas, el presidente en turno de este foro de negociaciones sobre desarme, Roberto Betancourt Ruales (Ecuador), reconoció esta mañana en la clausura de su segunda sesión anual, que es el tercer año consecutivo de fracaso en adoptar un programa temático que permita negociaciones multilaterales sobre desarme mundial, mientras que la fenomenología del panorama estratégico y la escalada de violencia y terror "han alcanzado niveles sin precedentes", como lo prueba el terrorismo que ha asolado a la primera potencia del mundo.

Unico foro legítimo para el examen y acuerdos sobre desarme, la conferencia,  creada en 1946, sigue en una parálisis que ha contribuido a debilitar el régimen de desarme y de no proliferación armamentista.

"El temor evidente es que será mucho más irrelevante y las negociaciones serán llevadas a otros foros", consideró el representante de Estados Unidos, Roberto Grey.

Quedó postergada para el año entrante la aspiración de los países no nucleares de que las grandes potencias acuerden comenzar una nueva ronda de negociaciones multilaterales sobre desarme mundial.

La sesión de hoy fue particularmente patética. Discurso tras discurso se habló sobre la urgencia de trabajar la temática cada vez más controvertida y compleja del desarme atómico y el cese de la carrera armamentista nuclear; prevención de guerra tanto de tipo atómico como en el espacio extraterrestre, acuerdos internacionales efectivos para garantizar la protección de los Estados no nucleares de la amenaza o uso de tales armas; la transparencia en el régimen de desarme, los nuevos tipos y sistemas de armas de destrucción masiva; el armamentismo radiológico y bacteriológico. Un necesario programa de desarme global.