VIERNES Ť 14 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Aire doctoral del canciller en las respuestas a los cuestionamientos de PRI y PRD

Evasiva comparecencia de Castañeda en el Senado

Ť Reprochan al titular de Relaciones Exteriores declaraciones acerca del ''derecho de Estados Unidos a buscar represalias'' y la intención de México de no regatear apoyo para ese fin

JENARO VILLAMIL RODRIGUEZ

Entre una definición de la nueva política exterior mexicana como una "enchilada completa" y la supuesta defensa post mortem de diplomáticos como Alfonso García Robles y Jorge Castañeda padre a la integración de México al Consejo de Seguridad de la ONU, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, sostuvo una comparecencia que fue calificada de "evasiva" por la fracción priísta en el Senado, y tuvo como constante la crítica del PRD y del PRI a la posición de apoyar el "derecho a la represalia" de Estados Unidos tras los atentados de Nueva York y Washington.

gamboa_borrego_ajsLa maledicencia que ya lo ha hecho objeto de polémica en la prensa no se escuchó en un canciller cuidadoso de las formas, pero el aire de superioridad doctoral no lo abandonó en ningún momento. Hasta se dio el lujo de recordarles que él es hijo de un ex canciller: "creo que me encuentro bien colocado" para saber la posición de su padre frente al tema del Consejo de Seguridad.

Ante los cuestionamientos del PRD y del PRI, Castañeda repitió una decena de veces que "el tratado de libre comercio no está a negociación" y leyó tres veces el acuerdo suscrito ayer por el Consejo de Seguridad de la ONU para justificar lo que él denominó "el apoyo irrestricto" de México a las medidas que adopte Estados Unidos en represalia a los atentados terroristas del martes.

En cinco ocasiones evadió las respuestas y remitió a los senadores a consultar con el secretario de Gobernación, Santiago Creel, el tema de la invitación a las giras internacionales de Vicente Fox y la situación de los migrantes centroamericanos, o con el titular de Agricultura, Javier Usabiaga, la crítica situación del agro mexicano a raíz de los acuerdos del TLC.

Castañeda teorizó sobre el "aprendizaje" de los funcionarios del gobierno del cambio. Autosuficiente, reconoció que "nosotros no podemos reinventar el mundo", y ante dudas concretas sobre las negociaciones de migrantes con Estados Unidos y del Plan Plueba-Panamá, el canciller prefirió responder con algunas pullas a sus interlocutores.

Al abordar el plan intercontinental, Castañeda respondió que "lo que faltaba era la lana" para impulsar el plan y que éste "no es diabólico, concebido por un deux ex machina".

Contenidos también en el tono de sus cuestionamientos, los legisladores del PRI no escatimaron adjetivos para descalificar la nueva política exterior. "Insuficiente", "confusa", "decepcionante" y "sin rumbo claro", resumió el senador mexiquense César Camacho Quiroz.

El fuego lo abrió la senadora Silvia Hernández, quien definió la política exterior mexicana como "activa, pero incoherente", "con iniciativa, pero sin rumbo"; se planteó realista, y "a la luz de nueve meses resulta decepcionante".

Frente a las declaraciones de Castañeda tras los atentados terroristas de Nueva York, la ex secretaria de Turismo advirtió: "Sus declaraciones en televisión ayer muestran hasta dónde se puede llegar en el afán de ganar el aplauso en los Estados Unidos, aun a costo de generar en México una total confusión. ¿De verdad está dispuesto el Ejecutivo a no regatear a los Estados Unidos, lo que usted llama el derecho a la represalia, contra los individuos?".

La senadora tamaulipeca Laura Alicia Garza Galindo le reprochó que sólo a través de los medios de comunicación los senadores se han enterado de las "cartas clandestinas" del TLCAN, y puntualizó: "queda clara la interrelación con Estados Unidos, lo que no queda claro es el inmenso menosprecio con los tratados comerciales en Europa... El Congreso sí ha estado pendiente de Europa, y no ha servido de nada precisamente porque la secretaría, la Subsecretaría de Asuntos Económicos, no ha hecho su trabajo".

Castañeda contestó altivo que el gobierno de Vicente Fox no tiene "negociaciones secretas", pero poco después tuvo que reconocer ante el cuestionamiento del senador panista Luis Alberto Rico Samaniego sobre el acta 307 de la negociación de CILA, conocida como de sequía, respecto de la "deuda" de 386 millones de metros cúbicos de agua que el país tiene con Estados Unidos, a raíz de un acuerdo no conocido por el Senado entre Bush y Fox. "Ojalá llueva, esa es la primera medida enérgica del gobierno, ojalá llueva", contestó el canciller.

Entrevistada al final de la comparecencia, la senadora priísta Garza Galindo reiteró que "nunca como ahora un presidente de Estados Unidos nos había venido a reclamar agua de nuestros afluentes". Y en relación con las llamadas "cartas paralelas" del TLC, subrayó: "esto no es un asunto de semántica sino de hechos. Hemos cedido y la cancillería no ha consultado con el Senado".

De la doctrina Estrada a la metáfora de la enchilada

En su oportunidad, la senadora Silvia Hernández le reprochó al canciller que la política en materia migratoria "hace una semanas se definió como una enchilada de cuatro ingredientes".

Castañeda corrigió señalando que se trataba de una "enchilada completa", ya que debía incluir el tema de la regularización de los mexicanos sin papeles en Estados Unidos; los acuerdos para los trabajadores temporales, la seguridad en la frontera y la canalización de recursos a las zonas altamente expulsoras.

"Ese es el sentido, un poco coloquial, si usted quiere, de toda la enchilada entera ?respondió el titular de Relaciones Exteriores?, que en Estados Unidos nos permitió aclarar exactamente lo que queríamos decir. Y los americanos lo entendieron muy bien; a algunos les gustó y a otros no les gustó, como es lógico en una negociación".

La referencia le mereció un abucheo del llamado bronx priísta, mientras el senador Humberto Roque Villanueva luchaba contra el sueño y Manuel Bartlett se mantuvo ausente en la mayor parte de la comparecencia.

Otros ingredientes de "la enchilada" los puso el senador Genaro Borrego, quien, directo, finalmente le subrayó que existe suspicacia frente al "silencio deliberado" del tema energético en la reciente visita de Fox a Estados Unidos, a pesar de que Bush lo logró colocar en la agenda durante el encuentro anterior realizado en San Cristóbal. "México logró el interés de Estados Unidos en materia de migrantes, a cambio de colocar el tema de energía".

En su oportunidad, el senador del PRD Serafín Ríos Alvarez criticó "el nuevo presidencialismo" en materia de política exterior que ha marginado a la Cámara de Senadores y cuestionó la línea seguida en las otras comerciales: "¿qué tipo de integración económica está promoviendo el gobierno de Fox a través de las negociaciones del ALCA? ¿Una integración tipo TLCAN, que ha conducido a mayor injusticia en la distribución de la riqueza?"

La fracción panista no criticó ni expresó ninguno de los reclamos que antes de la comparecencia algunos legisladores del blanquiazul habían planteado. El senador Carlos Medina Plascencia optó por teorizar sobre el "bien común" en la doctrina de las relaciones internacionales, y volvió a citar a los clásicos panistas para recordar que desde 1965 su partido "propuso una revisión del principio de no intervención".

La senadora del PVEM, Gloria Lavara Mejía, fue la única legisladora que hizo uso de la palabra en tres ocasiones. Con la espada desenvainada, la joven legisladora le reprochó a Castañeda su "falta de tacto" como canciller, lo acusó de "inflar las expectativas" en relación con el tema migratorio, se quejó por la falta de invitación a su partido en la reciente gira por Estados Unidos y le lanzó el dardo: "parece que al hombre de libros se le olvidaron las ideas".

Desacuerdos en el PRD por la conducción del jefe Diego

El momento anticlimático de la comparecencia le correspondió a la fracción del PRD. Antes de que iniciara la intervención de Castañeda, el senador Demetrio Sodi expresó su desacuerdo ante la decisión tomada por la junta directiva, encabezada por Diego Fernández de Cevallos y avalada por Jesús Ortega, que limitaba el número de participaciones del PRD. Esta decisión, argumentó Sodi, "rompe con toda la tradición política y legislativa; ni en los peores tiempos del control priísta se limitaba la participación opositora".

El senador Fernández de Cevallos, dueño de la conducción del acto, frunció el ceño y no ocultó su enojo por el reproche de Sodi. Decretó un receso para que se reuniera la junta directiva, no sin antes recordar que "no se trata de un deseo sino de una propuesta", avalada por el coordinador de la fracción.

Los otros 15 legisladores del PRD apoyaron la moción de Sodi, en lo que representó un franco desacuerdo de los senadores del partido a la decisión tomada por su coordinador Jesús Ortega.

El diferendo provocó tensión en el momento inicial de la comparecencia y reveló las diferencias con el coordinador del PRD. El senador priísta Juan José Rodríguez Prats les gritó: "que se ponga de acuerdo el PRD". Los senadores tuvieron que salir del recinto. Y Jorge Castañeda, colaborador de este partido durante la campaña presidencial de 1994, inició su discurso ante la ausencia de quienes en otra época fueron sus colegas.