CIUDAD PERDIDA
Ť Miguel Angel Velázquez
Ť La descortesía de Gobernación
Ť Aeropuerto: ¿decisión tomada?
COMO SUCEDE con frecuencia y como casi se ha vuelto una constante en el gobierno federal actual, a un acto de buena fe, de inocencia, le sigue otro de prepotencia, de burla, de perversidad.
EL MIERCOLES pasado, como ya se sabía, los principales actores políticos de la ciudad acudirían a la Secretaría de Gobernación para entregar en propia mano a Santiago Creel y al secretario de Comunicaciones, Pedro Cerisola, un documento mediante el cual manifestaban su rechazo a la posibilidad de construir en terrenos del ex vaso de Texcoco el aeropuerto alterno al de la ciudad de México.
PARA LOGRAR la entrevista, hasta donde se sabe, el secretario de Gobierno de la ciudad, José Agustín Ortiz Pinchetti, hizo constar que hubo un acuerdo firme y serio de Vicente Fox con la jefatura de Gobierno del Distrito Federal para establecer los términos del encuentro.
CREEL Y Cerisola no nada más recibirían el documento; escucharían de boca de los representantes de las fracciones en la ALDF o de los líderes partidistas en la capital las razones de su rechazo a la opción Texcoco.
HASTA LAS cinco de la tarde todo marchaba conforme al guión. En el tradicional café La Habana, a unos pasos de la Secretaría de Gobernación, los actores de aquel significativo encuentro hablaban, hacían bromas, seguros de la entrevista.
POCO DESPUES, en la Secretaría de Gobernación, los reporteros asignados a la fuente miraban a Pedro Cerisola bajar de su camioneta y lo escuchaban decir que ya se le había hecho tarde y que no podía dar declaraciones. Corrió, cuentan, al despacho del secretario Santiago Creel.
TIEMPO MAS tarde, los políticos partidistas y el secretario de Gobierno del Distrito Federal arribaron al antiguo Palacio de Covián, donde luego de casi una hora se les avisó que los funcionarios del gobierno de Fox no los podrían recibir porque una reunión de urgencia los había hecho abandonar el edificio.
LOS REPORTEROS insistían: "allí está la camioneta del secretario de Comunicaciones y nadie ha visto salir a Creel", decían con cierto enfado los comunicadores. La reunión de "alto nivel" se había derrumbado.
LA LECTURA del asunto se dio de inmediato. Los funcionarios de Fox no quisieron comprometerse porque prefieren Texcoco como lugar para la construcción del aeropuerto, y un gesto como el que se proponía pudiera lastimar la decisión que, todo hace suponer, ya está tomada.
PERO ALLI mismo, en el Salón Juárez, se anunció al subsecretario Martín Huerta que todas las fuerzas políticas de la ciudad lucharán unidas para evitar que la decisión perjudique al Distrito Federal.
Y COMO primer paso anunciaron que se convocará a un foro o encuentro, a más tardar en los próximos 15 días, para señalar desde todas las instancias los inconvenientes de optar por el espacio del estado de México.
FUE LA priísta María de los Angeles Moreno quien explicó que desde hace tres décadas se ha desechado a Texcoco como el lugar donde se pueda asentar el puerto aéreo para la ciudad y que esa discusión, desde entonces, ha impedido la construcción de la nueva terminal.
EL MISMO Ortiz Pinchetti fue quien se encargó de hacer notar la molestia de los asistentes por la descortesía de Santiago Creel y Pedro Cerisola, y advirtió que el encuentro había sido acordado en el más alto nivel de los gobiernos federal y local.
LA EXPLICACION reiterada por Martín Huerta daba como excusa una reunión urgente a la que había citado la Presidencia de la República con motivo de los sucesos en Nueva York, que sin duda son importantes, pero no suficientes para destruir un acuerdo.
LA VERDAD, si es como la dicen los reporteros de la fuente y los funcionarios se negaron a dar la cara, es la reiterada falta de seriedad de un gobierno donde el Presidente ordena y sus funcionarios hace lo que les viene en gana.
NI MODO, tras el incumplimiento de Creel y Cerisola está la debilidad del Ejecutivo federal, a quien no es la primera, y como se ve no será la última, vez que contradigan los miembros de su gabinete.
ESTE ASUNTO hasta ahora no ha tenido mayores repercusiones, pero cada vez se hace más notorio y pesa más en el ánimo de quienes deberán juzgar este periodo de gobierno, que día con día se complica más.
Jubilo belico