SABADO Ť 15 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Confirman su participación en la marcha del 12 de octubre convocada por el CNI

Acuerdan indígenas guerrerenses suplir a militares y agentes judiciales con ''policías comunitarios''

Ť Concluyen la convención del Consejo Quinientos Años de Resistencia con el rechazo

a la reforma del Congreso y la exigencia de incluir a pueblos en procesos de desarrollo

ROSA ROJAS ENVIADA

Chilpancingo, Gro., 14 de septiembre. Mujeres y hombres nahuas, mixtecos, amuzgos y tlapanecos integrantes del Consejo Guerrerense Quinientos Años de Resistencia Indígena resolvieron impulsar la creación de regiones o municipios autónomos, en los cuales ?como ocurre ahora con la policía comunitaria de San Luis Acatlán? sea el propio pueblo el que organice y se haga cargo de la seguridad, sin la intervención "de soldados ni (agentes) judiciales, porque no somos niños para que nos tengan que andar cuidando".

Al término del cuarto Congreso Estatal de Pueblos Indígenas, que reunió en esta ciudad a unos 500 delegados comunitarios, se acordó también participar en la marcha nacional convocada por el Congreso Nacional Indígena (CNI) para el 12 de octubre, "para decirle a (Vicente) Fox que no estamos de acuerdo con la reforma de derechos indígenas que se aprobó". El contingente del congreso guerrerense partiría desde el 1o. de octubre rumbo a la ciudad de México.
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En la tercera Declaración de Chilpancingo, los participantes en el encuentro, con el cual se celebraron los 10 años del congreso guerrerense, se planteó también la necesidad de una estrategia a mediano y largo plazos para la lucha por los derechos de los indígenas en el ámbito nacional, así como elaborar el plan de autodesarrollo de los pueblos indios de Guerrero para que esa lucha "corra sobre dos rieles: el político y el económico".

Por la mañana los trabajos se dividieron en cuatro mesas, una por cada pueblo, que discutió en su propia lengua. Por la tarde, las conclusiones de las mesas se leyeron en español y posteriormente marcharon de la alameda hasta el zócalo de la capital guerrerense.

Entre las conclusiones se subrayó la necesidad de construir la unidad de los pueblos indios, no cejar en la lucha, votar no por una cantidad monetaria ni por una despensa, "sino que se fijen en quienes nos han hecho daño"; organizarse "sin mirar partidos ni religiones", elegir a las autoridades "como dice la asamblea, no como dicen los partidos"; promover el trabajo con las mujeres indígenas para que se unan al trabajo de la organización y "que sean ellas las que decidan sobre sí mismas en qué trabajar y cuántos hijos tener", y proponer en los municipios a un regidor indígena "que defienda nuestras propuestas en cada municipio".

Se planteó también intensificar las gestiones ante las autoridades municipales, estatales y federales para exigir servicios para las comunidades (caminos, agua, luz, energía eléctrica, centros de salud y escuelas) de las 11 microrregiones; gestionar apoyos para proyectos de grupos productivos de jóvenes y mujeres, y exigir que los gobernantes cumplan sus promesas de campaña

Asimismo, protestar por la construcción de grandes obras a favor de capitalistas en el contexto del Plan Puebla-Panamá, "exigir a las dependencias correspondientes castigar a los delincuentes sin excepción alguna", buscar la construcción de una sociedad multicultural, trabajar en el respeto a los derechos humanos y reconocimiento pleno de los derechos de los pueblos indígenas.

Durante el acto se hizo la presentación del libro que recoge la experiencia de 10 años de lucha del congreso guerrerense, en la cual participaron el director del Instituto Nacional Indigenista, Marcos Matías; el director del Instituto Indigenista Interamericano, José del Val; la dirigente de la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía, Margarita Gutiérrez, y los investigadores de la UNAM, Sergio Sarmiento, y de la UAM, Joaquín Flores, así como dirigentes del congreso.