Ť Alma Rosa Alva de la Selva
El tablero de las noticias
Una vez más el dial gira. Hay movimientos en un ámbito de considerable valor financiero para la radio comercial: el noticioso.
Las piezas se mueven como si estuvieran en un tablero de ajedrez, a la búsqueda de una jugada maestra. El premio se llama rating, que en la lógica de los medios lucrativos constituye razón de ser, pues es traducible en inversión publicitaria, y por tanto, en rentabilidad económica para el sector. De ahí la importancia de las jugadas y de los jugadores en los espacios radiofónicos de noticias, cuyo repunte, que ya dura, ha llevado a los micrófonos a personalidades que otrora sólo aspiraban a aparecer en la pantalla casera.
En esta ocasión, la pieza central que entra al juego se llama Jacobo Zabludovsky, afamado periodista cuya larga trayectoria corrió aparejada al desarrollo del emporio televisivo de los Azcárraga (Televicentro primero, hoy Televisa). Regresa así Zabludovsky a su medio originario, la radio, con su aura de fama para hacer una franja informativa con Nino Canún, errante permanente del dial, para llegar al tablero de las noticias, donde campean los programas de larga duración con los conductores como el elemento de mayor peso.
Llega Zabludovsky en un momento en el que la industria, luego del 2000 -año político para el país que aportó sustanciosos ingresos a los medios electrónicos vía las campañas y el auge de los programas informativos y de comentario político-, busca salidas ante la recesión publicitaria.
Pero también Zabludovsky llega a una industria radiofónica donde las fusiones, compras accionarias y convenios son el pan de cada día, al igual que los cambios de formato y de personas, salidas del aire de emisiones y conductores sobre cuyas posibles aportaciones o destrezas ha imperado el mencionado criterio de la rentabilidad.
Así, desde hace varios meses, los cambios en la radio comercial se han acelerado. Algunos tienen que ver con los movimientos empresariales del sector y la propiedad de las concesiones; en otros, responden a la búsqueda de esquemas que aseguren la tan mencionada rentabilidad, como ocurre con el regreso a una radio más musical, con cierto desplazamiento de la radio hablada.
Desde luego, el momento por el que atraviesa la radio ha afectado a diversos conductores y comentaristas del tablero noticioso, sujetos a los cambios que conlleva estar en pos del rating. En tal orden de cosas se ubican, por ejemplo, la salida hace meses de Ricardo Rocha de Grupo ACIR y la llegada al mismo de Guillermo Ochoa; el paso de José Cárdenas de Radio Fórmula a MVS, con el arribo y pronta salida de Ciro Gómez Leyva al primero; las negociaciones y/o desacuerdos de la mancuerna Aristegui-Solórzano con Pedro Ferriz de Con o la llegada de José Ramón Fernández y sus espacios de información deportiva a Radio Red, como parte de los servicios de Infored, entre otros de los numerosos movimientos de jugadas y jugadores en el dial debidos más a la imperiosa búsqueda del rating que a los intereses de los escuchas.
Ello ocurre mientras que en un ámbito distinto, el de la radiodifusión cultural, también se dan movimientos: Ricardo Rocha ingresa al tablero de las noticias con una refrescante producción periodística para Radio UNAM.
Así, con la entrada al terreno de juego de su nueva pieza, GRC pudiera lograr captar una parte de la audiencia de los espacios noticiosos del mediodía, que se reparte entre los diversos programas.
De ser así, el grupo ganaría por partida doble. No obstante, para ello existen factores en contra, como el escaso conocimiento que amplios sectores de la audiencia, de menos de 30 años, tienen del otrora conductor de 24 Horas, y la persistencia de la imagen de éste como la "voz única" de los tiempos del monopolio televisivo y de su cercanía con el priísmo. Como sea, la ausencia de Zabludovsky de la pantalla casera por largo tiempo puede significar una muerte pública.
Su retorno, en un ambiente radiofónico tan competido y de mayor pluralidad, puede ser un "regreso sin gloria", pues volver a las viejas glorias del periodismo televisivo para que ocupen un espacio en el cuadrante no es suficiente hoy en día, con una sociedad que se caracteriza por una diversidad y exigencia producto de las transformaciones sociales de un país que don Jacobo no conoció en tiempos pasados ante los micrófonos.
Un factor más que parece rodear la llegada de Zabludovsky y Canún al cuadrante noticioso pareciera tener que ver, además del atractivo financiero que permite suponer la presencia en el día del conocido periodista, con un posible ejercicio de poder por parte del Grupo Radio Centro, hoy por hoy uno de los de mayor peso económico y político en la industria radial.
En lo que aparentemente viene a ser una decisión contradictoria -ya que, como se sabe, GRC cuenta entre sus emisoras a Radio Red, que difunde en condiciones de exclusividad el espacio informativo matutino de mayor rating y con una audiencia cautiva, Monitor, bajo la conducción de José Gutiérrez Vivó?, el consorcio lleva a los micrófonos de otra de sus estaciones, la 690, a Zabludovsky y a Canún.
Sabidos los conflictos comerciales y empresariales entre la empresa Infored, productora de Monitor, y GRC (que en el 98 llegaron a su punto más álgido, pero que redundaron en un acuerdo económico favorable para la empresa productora de dicho programa informativo), puede suponerse que, sumado a la posibilidad de contar con dos cartas fuertes en el dial noticioso, de paso, GRC podría estar buscando desestimular el proyecto de las empresas informativas independientes (hasta ahora tres, Infored, Detrás de la Noticia, de Ricardo Rocha, e Imagen, de Aristegui y Solórzano, encabezadas por la primera), proyecto que propone un esquema que se aleja de la modalidad tradicional, la de los noticieros producidos por los grupos radiofónicos, que de ese modo tienen por completo bajo su control la línea editorial de dichos espacios y al personal que labora en ellos, incluidos los conductores, que en ese caso pueden ser relevados a conveniencia de los intereses, incluso de inversión publicitaria, de las empresas radiofónicas.
Además, los programas informativos que son el producto que ofrecen dichas empresas están respaldados por una producción más amplia, que implica la oferta de elementos o servicios adicionales que son presentados por periodistas reconocidos, acompañados de todo un equipo e infraestructura que difícilmente estarían dispuestos a costear por su propia iniciativa buena parte de las radiodifusoras.
Habrá que ver si esta jugada, que parece ser la única que ofrecen algunos capitales de empresas radiofónicas frente a una época de cambio social, logra prender en una radio que se ha transformado, y captar a una audiencia cuyos intereses son muy diferentes de los del ayer.