MARTES Ť 18 Ť AGOSTO Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

EL GRAN PROBLEMA de Osama Bin Laden es que no lo están juzgando en México. De ser aquí donde fuesen valorados los indicios que hasta hoy se tienen en su contra, por la presunta autoría intelectual de los atentados terroristas de hace una semana en Nueva York y Washington, lo más seguro es que andaría tranquilo por las calles (o en prisiones habilitadas como hoteles de gran turismo) en espera de que dentro de algunos meses o años se le declarara plena y formalmente inocente.

AL MENOS ESO está pasando con Carlos Cabal Peniche, un malabarista de dineros públicos y privados al que, a pesar de la fama pública y de las evidencias en su contra, se le han ido cayendo las acusaciones como castillos de naipes. Ayer, para no ir tan lejos, le dictaron sentencia absolutoria en tres procesos judiciales. Antes había logrado idéntica declaración de inocencia en otros tres expedientes. El marcador le es muy favorable: seis absoluciones contra dos autos de formal prisión.

NO SE TRATA de suerte, ni es que su sujeción a proceso judicial hubiera sido una arbitrariedad palmaria y ahora se estuviese haciendo justicia. Es, en primer lugar, que Cabal Peniche goza de los beneficios del círculo no vicioso, sino virtuoso, que en México permite, a quienes se enriquecen cometiendo delitos, contar con la solvencia económica suficiente para contratar a los más caros abogados posibles para que por medio de sus artes litigiosas legítimas, y de otras artimañas naturales en el mundo de la alta corrupción institucional en que se mueven, consigan la libertad y la exoneración de esos personajes que suelen quedarse con enormes fortunas, a costo de algún descrédito pasajero y de algunos incidentes incómodos.

HOY ES CABAL PENICHE, como antes Oscar Espinosa Villarreal, y más atrás Isidoro Rodríguez, autodenominado El Divino. Todos defendidos por miembros de la gran elite de la abogacía mexicana, por los despachos dorados en los que confluyen las relaciones económicas, políticas, sociales y familiares de máxima altura. Todos aprovechando al tope las posibilidades de defensa y maniobra que les ofrece la letra legal pero que sólo unos cuantos, los poseedores de grandes riquezas, pueden encontrar y mover a su favor. Tal uso privilegiado de las armas del derecho abofetea a una sociedad en general, y a los marginados en especial, que diariamente conocen de los casos menores en que presuntos o reales delincuentes son hundidos, vejados y estigmatizados sin defensa jurídica real a causa de su poca o nula capacidad de pago a los doctos y caros (carísimos) profesionistas del derecho.

SABIDA ES, ADEMAS, la creciente práctica de acomodar expedientes judiciales al gusto del cliente. Los abogados especialistas en asuntos de narcotráfico, de lavado de dinero y de alta corrupción, suelen sembrar en los legajos de sus clientes, con toda anticipación, las pifias que luego habrán de invocar, llegado el momento, para deslegitimar acusaciones no porque éstas sean falsas, sino porque tuvieron errores procesales. En uno de los casos de absolución de Cabal Peniche, por ejemplo, no se determinó que éste fuera inocente, en sí, sino que la Secretaría de Hacienda presentó a destiempo pruebas en contra del ex dueño de Banco Unión, por lo cual era improcedente la acusación.

HAY OTROS ELEMENTOS que han ayudado extraordinariamente al banquero en problemas a salir adelante. Dos de sus principales socios políticos gozan de especial estimación en el presente régimen, Ernesto Zedillo Ponce de León y Roberto Madrazo Pintado. El primero, a quien Cabal ayudó con decenas de millones de dólares para su campaña presidencial, ha recibido homenajes claros de parte del presidente Fox, quien le considera pieza central, única, definitoria, en la transición del poder priísta hacia el proyecto Coca-Cola. El segundo (tambien beneficiado para gastos de campañas) ha forjado una sólida alianza política que implicó el reconocimiento de la victoria de Manuel Andrade en Tabasco y el posicionamiento del propio Madrazo para buscar la presidencia nacional del PRI y, desde allí, apoyar proyectos foxistas como el Plan Puebla-Panamá. En tan buenas condiciones políticas cree Madrazo Pintado que quedará Cabal Peniche luego de este incidente judicial, que le ha extendido el brazo sin restricciones, confirmando amistades y abriendo el camino para que el gran beneficiario del salinismo pueda ser el jefe de finanzas de su campaña por la directiva nacional priísta.

MENOS FACIL LA tiene el citado Bin Laden (a quien el sheriff del mundo quiere capturar vivo o muerto, al mejor estilo del viejo oeste). A juicio de una de las partes de un proceso judicial que no se ha instaurado (ni se instaurará), él es el responsable de los atentados terroristas de una semana atrás. No parece haber, de acuerdo con la información que sobre el tema se ha hecho circular, duda de que el mencionado personaje ha actuado con extrema violencia contra los intereses estadunidenses y, según dicen los dirigentes de la nación agraviada el pasado martes, hay suficientes indicios de que él sería quien estaría tras los conmocionantes ataques suicidas referidos.

NO HAY, SIN embargo, ni siquiera la intención de someter a un mínimo proceso de enjuiciamiento lo que hoy sólo es convicción de la parte ofendida. El presidente Bush y su equipo de trabajo están construyendo el andamiaje de las represalias ejemplares sobre la convicción plena de que el terrorismo desatado en su contra proviene de una división natural de la humanidad entre buenos y malos, y que a él y a su gobierno les corresponde hacer prevalecer la noción positiva sobre la negativa. A esa visión subjetiva, maniquea y de breve alcance histórico, se están plegando no sólo naciones como la mexicana (ávida de mostrar, en las malas, su condición de amigo verdadero) sino también los órganos internacionales encargados de preservar el orden jurídico internacional y la convivencia armoniosa entre los hombres. A propuesta oportuna y diligente del afanoso país llamado México, la OEA está por reunirse de emergencia para fijar una postura frente al terrorismo, que sin duda estará alineada con la política estadunidense. La ONU, por su parte, atendiendo las circunstancias delicadas que vive la máxima potencia mundial, está por anunciar que pospondrá su reunión plenaria hasta que haya mejores condiciones de seguridad en el suelo estadunidense en que normalmente sesiona (mientras tanto, claro está, la Casa Blanca y el Pentágono habrán cumplido la fase primaria de las represalias programadas).

EN OTRAS FACETAS del acontecer nacional (note el lector los ricos y originales giros idiomáticos aquí usados) el pejelagartismo avanza en la ciudad de México (según se desprende del parte de guerra leído ayer bajo el nombre en clave de "Informe de Gobierno"), el foxismo insiste en que es posible bajar a México el cielo y las estrellas pero dándole un poco más de tiempo (Ƒuna relección consecutiva sería suficiente, don Vi), y manifestantes varios (entre ellos zapatistas) intentan tomar la Secretaría de Gobernación en protesta por arbitrariedades en Chiapas.

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