MIERCOLES Ť 19 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
 
Ť El tiradero de Santa Catarina, como vivir en la cárcel, afirman

Cansados de su liderazgo de terror, pepenadores desafían a De la Torre

Ť Aprovecharon que La Doña festejaba el Grito para tomar la instalaciones y pertrecharse

Ť Deja la basura 450 millones de pesos anuales; la tercera parte se reparte entre la familia

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

En una extensión de aproximadamente 60 hectáreas sobre la sierra de Santa Catarina, en los límites de la delegación Iztapalapa y el municipio mexiquense de Chalco, se erige el depósito de basura controlado por Guillermina de la Torre Malváez, cuyo estilo de ejercer el mando sobre las más de 400 familias que lo habitan se resume en una sola palabra: "caciquil".
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Así lo definen quienes el sábado pasado decidieron desafiar su autoridad y aprovechando su ausencia por la celebración del día de la Independencia, con un "Fuera Guille y su gobierno de terror" como consigna, tomaron en su poder las instalaciones y se pertrecharon de piedras y palos en las entradas para impedir el regreso de La Doña, conocida también como La Maestra.

La derrota del PRI, aseguran los inconformes dirigidos por Mario Vergara, Florencia Pantoja y Rafael Martín Mata, entre otros, fue el preludio de su caída 14 años después de haber heredado de su esposo, Rafael Gutiérrez Moreno, El zar de la basura, el control de un negocio que genera ingresos por 450 millones de pesos al año, más de un millon al día, de los cuales la tercera parte le corresponde a ella y a sus hijos Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, diputado a la Asamblea Legislativa y coordinador del Movimiento Territorial del PRI; Norma, quien controla a su gente en la colonia Renovación; Christopher, presunto golpeador que se pasea en un auto de lujo Mercedes Benz; Guadalupe, controladora de las tiendas en el tiradero; Rafael, encargado del tiradero, así como sus hermanos Eduardo y Carlos de la Torre Malváez.

Viviendas precarias e insalubres; tiendas que venden a préstamo pero con precios por arriba del mercado; jornadas de siete horas diarias con 25 minutos de descanso para los alimentos, durante seis días a la semana por un salario de 300 pesos; faenas de "trabajo comunitario" sin goce de sueldo; grupos de gol-peadores para someter a los disidentes; desalojos por "improductividad" y hasta una iglesia de la que ha llegado a correr al sacerdote por tratar de "sublevar" a la gente con sus homilías, son habituales en el tiradero rebautizado por los mismos pepenadores con el nombre de Almoloyita, pues "es como vivir en una cárcel".

Ellos son, además, "la carne de cañón" de la actividad política de Gutiérrez Malváez y familia al abrigo del PRI. Se registraban fraudulentamente ante el IFE en lugares como la colonia Renovación, en Iztapalapa, con fines electorales; acudían a mítines en apoyo de Guillermina u otro miembro de su familia al disputarse los puestos de elección popular, o ejecutaban tomas de predios u oficinas de gobierno por órdenes de la lideresa.

Por todo esto las mujeres dicen: "ya se habían tardado", refiriéndose a los varones. Pero tampoco olvidan que estuvieron atrás de ellos arrojando piedras para repeler la noche del domingo el intento de Guillermina por recuperar el tiradero con un grupo de "matones". Ahora se ocupan de conseguir alimentos en Chalco, como el café y los cigarros para quienes harán las guardias nocturnas.

Porque "como en los tiempos de antes de la Revolución, el tiradero se convirtió en una gran hacienda con capataces y tiendas de raya. Las dos tiendas de abarrotes son de Norma Gutiérrez, hija de Guillermina. Los capataces, llamados 'cabos', se encargan de reportar a las personas que no participan en las actividades, entre ellos Gregorio Uribe, El Goyo. Ese es el perro fiel de La Maestra y su principal gol-peador en el tiradero".
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En línea, las construcciones de ladrillo con techo de lámina, de 10 metros de largo por seis de ancho ?en cuyo interior se distribuyen dos recámaras y una sala que hace también de cocina- comedor, aunque no haya más muebles que la estufa, una mesa y las sillas en la mayoría de ellas?, contrastan con la casa de tres niveles de Rafael Gutiérrez de la Torre, con aire acondicionado, grandes ventanales de cristal ahumado, con un amplio patio bardeado que resguarda en su interior un trascavo Caterpillar, una camioneta Dodge matrícula 884KRA, una Chevy placas 722KRF, otra camioneta Ford con número de placa 438HKM, y otra más pintada como Unidad de Emergencia y Protección Civil "Equipo de Extracción" con número 0029, una más como ambulancia también del ERYEM, número 0017, otra unidad de Rescate, 0018, una motocicleta Honda, un ganso y un perro San Bernardo.

El equipo del GDF

En la clínica los estudios para los pepenadores cuestan 40 pesos y las medicinas se descuentan del sueldo, mientras que la cuota "de recuperación" en la estancia infantil es de 15 pesos.

En las bodegas, junto a las compactadoras que son propiedad del gobierno de la ciudad, según las placas de inventario foliadas por Servicios Urbanos del Departamento del Distrito Federal, aunque "Guillermina dice a todo mundo que ella las compró", se acumulan toneladas de desperdicio listo para salir a la venta: plástico, cartón, vidrio, lámina, trapo, hueso y algunas chácharas listas para encontrar lugar en los tianguis.

Es la riqueza de quien se inició como jefa del departamento de limpia en la delegación Iztapalapa, donde conoció a quien sería su marido, Rafael Gutiérrez, dirigente entonces de los pepenadores de los tiraderos de Santa Cruz Meyehualco.

El viernes, alrededor de las 20 horas, un rumor recorrió el tiradero: "mañana tomamos las armas". Tres horas después algunos comenzaron a organizarse mientras los que tuvieron miedo sacaron sus pocas pertenencias y se fueron. Así comenzó lo que aseguran "es el fin del cacicazgo" de La Maestra