JUEVES Ť 20 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Un ataque a Afganistán sería el detonante: expertos

EU, en riesgo de enfrentar a mil 300 millones de musulmanes

Ť Minaría a los reformistas del gobierno iraní, consideran

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 19 de septiembre. La respuesta de Estados Unidos a los ataques terroristas de la semana pasada podría provocar la desestabilidad del mundo islámico si el intento por capturar a Osama Bin Laden y sus aliados se convierte en una guerra que genere mayor oposición entre los mil 300 millones de musulmanes en el mundo contra Washington y sus regímenes aliados en Medio Oriente, advierten varios expertos y funcionarios.

Los líderes de Pakistán, Emiratos Arabes Unidos y Egipto, según fuentes del gobierno estadunidense, han abordado este peligro con estrategas del gobierno de George W. Bush, y ese temor es uno de los factores que ha demorado las acciones militares consideradas como primera reacción a los atentados contra Nueva York y Washington.

El problema no mencionado en público para el gobierno de Bush es que muchos de sus aliados en el mundo islámico -Arabia Saudita, Pakistán y Egipto, entre otros- son regímenes no democráticos que mantienen reprimidos a amplios sectores de su población, los cuales simpatizan con las corrientes radicales islámicas.

"Esta es la pregunta del momento: Ƒserá una campaña contra la gente que atacó a Estados Unidos, o será tan indiscriminada que llevará a gente que antes no apoyaba esos ataques a sumarse al 'enemigo'?", consideró Rashid I. Khalidi, profesor de historia y director del Centro de Estudios peace_protest_c7lInternacionales de la Universidad de Chicago. "Mi gran preocupación es que en lugar de aislar a los criminales que hicieron esto, Estados Unidos actuará de tal manera que sólo generará más reclutas para ellos", declaró a La Jornada.

Un ataque contra Afganistán, agregó Zia Mian, profesor de la Universidad de Princeton y nacional paquistaní, podría resultar en el colapso total del gobierno militar que ha gobernado Pakistán desde 1999.

En entrevista con La Jornada, Mian señaló que a principios de esta semana una coalición de 35 grupos islámicos en Pakistán advirtió que Estados Unidos se enfrentaría a "todo el mundo musulmán" si lanza ataques contra Afganistán, y convocó a una huelga general este viernes para demostrar su oposición a las promesas de cooperación de Islamabad con la campaña militar estadunidense.

Ya se han realizado varias manifestaciones contra la cooperación con Estados Unidos frente a la embajada de Washington en Karachi, incluyendo una en la que se quemó la bandera estadunidense. Esta semana, Maulana Sami-ul-haq, jefe del Consejo de Defensa de Pakistán, declaró al diario The Washington Post que si Estados Unidos decide atacar a Afganistán, esto implicaría un enfrentamiento con todo el mundo musulmán. "Existen mil 300 millones de musulmanes en el mundo. ƑEstados Unidos se enfrentará a todos ellos para perseguir a un solo árabe?", preguntó.

Es poco probable, consideró el profesor Khalidi, y señaló que la mayoría de los musulmanes no apoya las políticas de Osama Bin Laden, pero sí hay un amplio sector que considera a Estados Unidos como enemigo. "Lo importante es que la gente que está en desacuerdo con la política estadunidense en Medio Oriente no sea empujada al bando de Bin Laden por una acción militar precipitada", dijo.

Khalidi cree que la forma más efectiva de aislar a Bin Laden sería que el gobierno estadunidense cambie su política hacia Irán y Palestina, y levante las sanciones contra Irak. "Algunas de estas son políticas que universalmente son consideradas como dañinas, a las que la mayoría de la Asamblea General de la ONU se ha opuesto en forma consistente", agregó. Pero pocos analistas creen que se logrará un giro de esta magnitud.

No obstante, algunos funcionarios, particularmente en el Departamento de Estado, están preocupados de que los principales aliados árabes de Estados Unidos podrían ser desestabilizados por las acciones militares estadunidenses en la región.

En una conversación que sostuvieron el pasado lunes, el presidente Sheik Zayed bin Sultan Nahyan, de los Emiratos Arabes, advirtió de manera explícita a Bush que un ataque militar indiscriminado podría endurecer las actitudes antiestadunidenses en el mundo musulmán y provocar un ciclo de violencia religiosa, según funcionarios estadunidenses.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, comentó a un rotativo estadunidense que un ataque militar masivo contra Afganistán "sería percibido en el mundo musulmán como prueba para apoyar las peores sospechas paranoicas de los extremistas fundamentalistas".

Para otros, una preocupación central es la situación de Irán. Aunque el gobierno de ese país ha condenado los ataques en Nueva York y Washington, y hasta llamó a guardar un minuto de silencio al inicio de un partido de futbol esta semana, ha rehusado apoyar cualquier acción militar contra Afganistán.

Pero varios ex funcionarios estadunidenses expertos en la región advierten que si el gobierno de Bush se atreve a criticar a Irán por esta posición, minaría a los reformistas del gobierno iraní que han logrado distanciar la política de ese país de las posiciones fundamentalistas adoptadas por el ayatola Jomeini.

El secretario de Estado Colin Powell, en una entrevista televisiva transmitida en Medio Oriente esta semana, declaró que la nueva campaña antiterrorista de Estados Unidos "no está dirigida en contra de los árabes ni de nadie de la fe islámica. Es contra el terrorismo". Pero estos comentarios fueron puestos en duda cuando el presidente Bush afirmó que su país está planeando una nueva "cruzada" contra terroristas.

Aunque más tarde los funcionarios de la Casa Blanca comentaron que el presidente no tenía la intención de expresarse en el sentido histórico de la palabra, con toda la carga simbólica de las "cruzadas" cristianas contra los "infieles" musulmanes en otros tiempos, sin duda este planteamiento fue un regalo a Bin Laden.