JUEVES Ť 20 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Mariclaire Acosta dejará el cargo, se ofreció a los legisladores
Acuerdo cupular entre líderes senatoriales y la cancillería
Ť ''Se respetarán'' principios básicos de la política exterior de México
ANDREA BECERRIL
Como parte de un acuerdo con las cúpulas parlamentarias del Senado, encaminado a terminar con el clima de confrontación y desacuerdo permanente con ese órgano del Legislativo, el secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, se comprometió a resolver el diferendo en torno a Mariclaire Acosta, a la que en breve retirará de sus funciones como embajadora especial de Derechos Humanos.
Igualmente, de acuerdo con integrantes de las fracciones del PRI y del PAN, Castañeda cedió también a la exigencia de que se respeten los principios básicos de la política exterior nacional, lo que se concretó ya, dicen, en el pronunciamiento de México ante la Organización de Estados Americanos, en torno a los atentados terroristas en Estados Unidos, cuyo texto fue previamente consultado con los coordinadores parlamentarios del Senado.
Por separado, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, Silvia Hernández, consideró muy positivo que ese comunicado ante la OEA ''elimine completamente la ambigüedad que había de parte del gobierno federal unas horas antes, y que se diga con todas sus palabras que se actuará de acuerdo a lo que manda la Constitución".
Una de las partes más positivas de ese pronunciamiento, agregó, es que se precisa que la ayuda que preste el Estado mexicano para contribuir a la lucha contra el terrorismo tendrá carácter diplomático y político, alejando así la preocupación de que pudiera ofrecerse respaldo militar.
Igualmente, el también senador del PRI Fidel Herrera dijo que se retoma la ruta correcta en política exterior, al postular los principios constitucionales de no intervención y solución pacífica de los conflictos, en lugar de "los apoyos no regateados, de las represalias y los apoyos irrestrictos" que el canciller Castañeda había comprometido.
Herrera resaltó, sin embargo, que independientemente de la importancia de esa declaración en la OEA, consultar exclusivamente con el Senado no es suficiente, toda vez que lo delicado de la coyuntura mundial, con Estados Unidos a punto de atacar Afganistán, requiere que esas determinaciones sean sometidas al pleno de esa cámara.
Algunos senadores se quejaron de no haber sido consultados. En realidad, el asunto lo trató Castañeda directamente con los coordinadores del PRI, Enrique Jackson; del PAN, Diego Fernández de Cevallos, y del PRD, Jesús Ortega, en reuniones por separado. Integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores de la fracción priísta conocieron desde el viernes el proyecto de documento, al que hicieron cambios de fondo, según reconoció Silvia Hernández.
Ello fue producto de un acercamiento que Castañeda pidió una semana antes de su comparecencia. Se reunió con Jackson y Fernández de Cevallos, quienes le dijeron claramente que la relación seguiría tirante y en enfrentamiento permanente mientras insistiera en esa actitud de pasar por encima de las facultades del Senado, tanto en el nombramiento de embajadores especiales como en la negociación de acuerdos y convenios sin tomar en cuenta a esa cámara.
De manera concreta, los coordinadores parlamentarios dijeron al titular de la SRE que el asunto de Mariclaire Acosta era muestra de ese afán de ignorar las facultades que la Constitución otorga al Senado, y le hicieron notar que, de no corregir el problema, seguirían congeladas las ratificaciones de once nombramientos diplomáticos.
Castañeda, de acuerdo con la versión de los legisladores, no aceptó enviar al Senado la propuesta de ratificación de Mariclaire Acosta. Les pidió dejarle a él la solución del diferendo que, según se enteraron después, será a través de retirarla del cargo de embajadora especial de Derechos Humanos, ubicándola quizá en alguna función de la cancillería.
Fue por ello que ni el PRI ni el PAN plantearon el asunto de Mariclaire Acosta durante la comparencia del canciller, el pasado jueves 13. Un día después comenzaron a desahogarse los nombramientos diplomáticos congelados. Rindieron protesta Agustín Basave, José Ignacio Piña y Ricardo Villanueva Hallal a los cargos de embajadores en Irlanda, Panamá y Perú, respectivamente, que habían recibido desde julio.
Dos de los nombramientos más controvertidos, los de Miguel Angel Orozco Deza -al que impugnaba el PAN- y Julio Faesler, como embajadores en Egipto y la India, respectivamente, ya están en comisiones y es posible que hoy se aprueben.