SABADO Ť 22 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť La isla rechazó firmar resolución antiterrorista iberoamericana

El mundo, rehén de los poderosos si se acepta el discurso de Bush: Cuba

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 21 de septiembre. A menos de dos meses de que se realice la undécima Cumbre Iberoamericana en Lima, Cuba reabrió un debate sobre terrorismo que el año pasado produjo la primera división pública de ese foro y desembocó en un agrio choque verbal entre el presidente Fidel Castro y el entonces mandatario mexicano Ernesto Zedillo.

La televisión cubana (estatal) anunció anoche que el gobierno de La Habana rechazó firmar un proyecto de resolución de los países iberoamericanos (España, Portugal y América Latina) sobre los ataques de la semana pasada en Estados Unidos.

La discrepancia cubana reabrió el debate que marcó la décima Cumbre Iberoamericana, celebrada en Panamá el año pasado, originado por el intento de España de obtener en el cónclave una condena al grupo separatista vasco ETA. Castro replicó con la demanda de que el texto condenara todo tipo de terrorismo, incluso el que Cuba ha padecido en forma de ataques directos y atentados contra sus dirigentes.

El choque diplomático quedó sin solución. El acuerdo fue adoptado por la mayoría de los 21 gobiernos reunidos, aunque no hubo votación. Cuba evitó manifestarse en contra o definir su postura como abstención y en cambio empleó una fórmula por la cual se "excusaba" de "no acompañar" a los demás países.

Todo parecía concluido, cuando Zedillo, en las postrimerías de su mandato, compró el pleito y se lanzó contra Castro. Ambos se enfrascaron en una agria discusión pública, que llevó las relaciones cubano-mexicanas a su más bajo nivel en cuatro décadas.

El comunicado de La Habana dijo esta vez que "suscribir el documento propuesto en nombre del grupo iberoamericano, donde hay países que se han negado a condenar los execrables actos terroristas cometidos contra nuestro país durante más de 40 años, no sería para Cuba honorable ni deseable. Por una cuestión de honor y de principios, rogamos por tanto se nos excuse de incluir la firma de Cuba en la declaración propuesta".

En la declaración de la víspera, Cuba refrendó su condena a los ataques en Estados Unidos y su solidaridad con el pueblo estadunidense, pero precisó que "preferimos hacerlo y así lo hemos hecho, con nuestras palabras y por nuestra cuenta".

En tanto, el diario oficialista Juventud Rebelde comentó con recelo el discurso pronunciado anoche por George W. Bush, y dijo que provocó "incertidumbre y también rechazo mayor entre muchos y en latitudes bien diversas". Esto "quedó patente al advertir el presidente estadunidense que o 'están con nosotros o están con los terroristas'".

Estas amenazas "contra un enemigo sin rostro dan mucho que pensar, pues cualquiera que disiente de la política de Washington pudiera ser tildado de terrorista: los pacifistas, los antiglobalización, los gobiernos que no sigan sus dictados políticos o económicos".

En ese sentido, el periódico señala que si Naciones Unidas llega a circunscribirse a las definiciones de terrorismo hechas por la Casa Blanca, "el mundo se habrá transformando, en rehén de los poderosos, que pintarán en las puertas de otros una marca que indique 'éste debe ser destruido y atacado'".

Cuba, que condenó los ataques a Nueva York y Washington y ofreció ayuda humanitaria, es uno de los siete países que figuran en la lista elaborada por Estados Unidos, de naciones que apoyan el terrorismo.