SABADO Ť 22 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Analistas
Difícil, prever la duración de crisis económica en EU
AFP
Washington, 21 de septiembre. La recesión en Estados Unidos parece inevitable pero su amplitud y duración son imposibles de prever, debido a la naturaleza sin precedentes de la crisis provocada por los atentados del pasado 11 de septiembre, advierten los analistas.
Señal de estas incertidumbres, los mercados financieros estadunidenses no han dejado de caer desde su reapertura el lunes, a pesar de los llamados incesantes a la calma lanzados por las autoridades políticas o monetarias. Wall Street, barómetro de la confianza de los inversores, que temen a los elementos imprevistos más que a cualquier otra cosa, se hundió casi 15 por ciento esta semana.
La única certeza es que Estados Unidos, primera economía del planeta, ha entrado en recesión, mientras que antes de los ataques terroristas contra Nueva York y Washington muchos economistas pensaban que se podía evitar una baja de la actividad.
La recesión ya se instaló, según un centenar de economistas estadunidenses consultados por la revista financiera Blue Chip- Economic Indicators. Tres cuartos de ellos piensan en una recesión bastante moderada, similar a la última que afectó a Estados Unidos en 1990-1991, pero el resto cree que será una caída de la actividad más fuerte y más persistente.
El producto interno bruto (PIB) estadunidense, que marchaba con un bajo rendimiento de abril a junio (0.2 en el ritmo anual), bajaría 0.5 por ciento en el tercer trimestre y 0.75 por ciento en el cuarto, antes de una recuperación a comienzos de 2002, pronostican economistas.
Optimismo
Estas previsiones de una recesión corta y mesurada se fundan en una serie de hipótesis optimistas que son, en especial, una ligera baja de la confianza de los consumidores, una corta intervención militar ante los atentados y una estabilidad de los precios del petróleo, advirtieron.
Pero estas hipótesis de trabajo podrían ser desmentidas en los hechos.
La confianza de los consumidores, que se reducía incluso antes de la crisis de los ataques terroristas debido a la desaceleración del crecimiento, fue afectada por las terribles imágenes de los atentados y debería serlo aún más por la caída de Wall Street -donde muchos ahorradores estadunidenses han invertido su dinero- y las olas de despidos presentes o futuras.
Los economistas aguardan para ver si la respuesta militar resulta exitosa y si ella causará un alza en los precios del petróleo.
Un eventual "shock petrolero", siempre es posible puesto que los soldados estadunidenses se batirán en una región cercana al Golfo Pérsico.
Para intentar detener esta creciente ola de inquietud y pesimismo, el gobierno y el banco central estadunidense (Fed) han brindado numerosos mensajes de confianza, pero hasta el momento en vano.
"Los atentados del 11 de septiembre sin duda alguna, a corto plazo, tendrán un impacto importante sobre la economía... pero no debemos perder de vista que las perspectivas económicas a largo plazo no han disminuido de manera significativa por estos terribles hechos", afirmó el presidente de la Fed, Alan Greenspan.