Leonardo García Tsao
San Sebastián estrena director
No obstante las amenazas bélicas de Estados Unidos y la paranoia que eso ha generado en todo el mundo, el 49 festival de cine de San Sebastián se ha iniciado a todo vapor, bajo el mando de un nuevo director, Mikel Olaciregui, otrora director administrativo.
Hasta el momento, el ataque terrorista de la semana pasada en Estados Unidos no parece poner en peligro el buen funcionamiento del festival, aunque será notoria la ausencia de personalidades estadunidenses. Por lo pronto, los recipientes del premio Donostia de este año no estarán presentes. Los actores Julie Andrews y Warren Beatty ya han cancelado su viaje al festival, aduciendo que un festejo no sería apropiado en estos días de duelo (en el fondo, la verdadera razón es quizá que el miedo no anda en burro); mientras que Francisco Rabal, como se sabe, falleció pocos días después de ser homenajeado en el festival de Montreal. O sea, las ceremonias de esta ocasión será todas in absentia.
Otras figuras de Hollywood con películas en concurso ?Mira Sorvino, Anthony LaPaglia, Glenn Close? han hecho lo propio. Aunque sí estuvo presente la realizadora estadunidense Rose Troche para presentar su tercer largometraje The safety of objects (La seguridad de los objetos), en la función inaugural. La película se inscribe en la moda actual de describir varias neurosis suburbanas de manera simultánea, en este caso, cuatro típicas familias gringas de clase media con problemas que van de lo trágico a lo trivial.
Un cumplidor reparto y una interesante estructuración del relato promete algo que finalmente no alcanza la complejidad pretendida. El drama puntuado por algunos detalles reveladores de esas neurosis -un niño enamorado de la muñeca Barbie de su hermana, por ejemplo-, acaba por disolverse en una resolución poco satisfactoria.
Mientras, la sección Zabaltegi ha sido inaugurada con la popular comedia francesa Amelie, un giro de su realizador Jean-Pierre Jeunet a un tono menos oscuro que el de su filmografía previa. La cinta ha sido un éxito de taquilla en su propio país y hace unos días recibió el Premio del Público en el festival de Toronto. Quien esto escribe es algo reacio al humor francés en plan caprichoso, pero cabe reconocer el ingenio de algunas situaciones y la presencia muy simpática de la novel actriz Audrey Tautou.
Las retrospectivas siempre han sido la carta fuerte de San Sebastián y este año se antojan particularmente atractivas. Frank Borzage es un director hollywoodense casi olvidado que merece revalorarse; por ello resulta inapreciable la oportunidad de revisar su obra en pantalla. Los líos con las líneas aéreas podrían afectar el orden de la programación original, pero los organizadores calculan que sí llegarán todas las copias provenientes de Los Angeles y Londres.
Otras dos retrospectivas se han dedicado al georgiano Otar Iosseliani -también desconocido en México, no faltaba más- y a la historia del siglo XX, en un ingenioso programa llamado Sucedió ayer, que reúne versiones cinematográficas de los principales hechos históricos del siglo pasado. La Revolución mexicana, por ejemplo, está representada por Reed: México insurgente, de Paul Leduc.
Las otras muestras de cine nacional más reciente son De la calle, de Gerardo Tort, y El sueño del caimán, de Beto Gómez, que compiten por el premio a Nuevos directores. Mientras que El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro; Seres humanos, de Jorge Aguilera e Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón, han sido programadas en la sección de cine iberoamericano llamada Made in Spanish. Esta vez no hay cintas mexicanas en la competencia oficial, ganada el año pasado por La perdición de los hombres, de Arturo Ripstein (y aún no estrenada en nuestra cartelera).