DOMINGO Ť 23 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Ofrece 25 mdd a quien dé informes para capturarlo

Busca Washington congelar las cuentas de Osama Bin Laden

Ť Rehúsa el Pentágono hablar sobre la versión de que el régimen talibán derribó una nave espía estadunidense

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 22 de septiembre. El gobierno de Estados Unidos adoptó una de las tácticas de la lucha contra las drogas para lanzar su "nueva guerra" contra el terrorismo: congelaría los bienes financieros de Osama Bin Laden y su organización Al-Qaeda, mientras continúa elaborando los preparativos para la acción armada.

El presidente George W. Bush se reunió este sábado con el director de la CIA, George Tenent; su asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y otros altos funcionarios para continuar elaborando la campaña bélica y los esfuerzos diplomáticos dentro del esquema de esta nueva guerra contra el terrorismo.

Al hablar desde Campo David, Maryland, Bush afirmó: "deseo recordar al pueblo de Estados Unidos que aún somos la nación más grande en el mundo, y ningún terrorista podrá decidir jamás nuestro destino".

El gobierno también anunció una recompensa de 25 millones de dólares attacks_trade_centerpara cualquier persona u organización que presente información que conduzca a la captura del enemigo público número uno: Osama Bin Laden.

Mientras tanto, el Pentágono se negó a comentar sobre el anuncio del régimen talibán de que había derribado una nave espía no tripulada. Esta clase de aparato, que transmite vía satélite imágenes y otra información de inteligencia al sobrevolar territorio hostil, es utilizada frecuentemente para evaluar condiciones para acciones armadas. A fines del día, fuentes del Pentágono indicaron a CNN que el avión podría no haber pertenecido a las fuerzas armadas, sino a la CIA, pero nadie ofreció una confirmación oficial sobre el asunto.

Funcionarios de la Casa Blanca informaron que tienen la intención de usar la autoridad presidencial, según el Acta de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia, para congelar los bienes financieros y económicos de Osama Bin Laden, su organización Al-Qaeda y otras similares vinculadas con éstos. Una de las principales prioridades de las autoridades estadunidenses ha sido rastrear las fuentes de apoyo financiero del millonario saudita, con el propósito de cortar el flujo de fondos.

Nadie cree que existan cuentas a nombre de los "enemigos", pero aparentemente las autoridades estadunidenses suponen contar con suficiente información sobre las cuentas que estarían vinculadas con los terroristas y empezar así a congelar esos bienes.

Si ocurre lo esperado y el presidente Bush firma la orden para congelar estos bienes, los bancos tendrían que detectar todas las cuentas pertenecientes a los individuos u organizaciones señaladas y prevenir cualquier retiro o traslado de los fondos en éstas. Todo esto bajo una ley inicialmente diseñada y aplicada para la lucha antinarcóticos.

En el campo diplomático, Estados Unidos dio la bienvenida a la decisión de los Emiratos Arabes Unidos, uno de los tres países que han reconocido al régimen talibán, de romper relaciones con ese gobierno, y la decisión de Turquía de permitir que aeronaves estadunidenses utilicen bases en ese país para lanzar acciones militares contra el terrorismo.

En otro flanco, Bush habló hoy, por tercera ocasión desde el 11 de septiembre, con su contraparte ruso Vladimir Putin, supuestamente sobre la posibilidad de compartir inteligencia. La Casa Blanca está muy interesada en la información que Moscú recabó durante las campañas militares de la ex URSS, hace más de una década, en Afganistán.

Pero no todo este esfuerzo de construcción de una coalición internacional está funcionando, en particular por las consideraciones geopolíticas de la zona árabe. Esto se manifestó una vez más hoy con uno de los países más cercanos a Washington: Arabia Saudita, que expresó su renuencia a la solicitud de la Casa Blanca para usar un recién construido Centro de Operaciones Aéreas Combinadas.

Los estrategas del Pentágono, reportó el Washington Post, desean utilizar esa sofisticada base como sede de planeamiento central para la nueva guerra, porque gran parte del equipo en esa base es estadunidense.

Sin embargo, la oposición interna de Arabia Saudita, así como de otros países de la región, al uso de territorio árabe para lanzar acciones militares estadunidenses, es un factor político de gran preocupación. Aunque en el pasado Washington ha utilizado bases en ese país para acciones militares, éstas frecuentemente se han realizado en secreto para no provocar a los saudiárabes.

En esta coyuntura, Estados Unidos desea que Arabia Saudita exprese públicamente su plena cooperación con la "guerra contra el terrorismo", como ejemplo para otros países de la región y animarlos a sumarse a esta lucha. Aparentemente, el país aún no está convencido de esta lógica.

De la búsqueda a la recuperación

En Nueva York, el esfuerzo alrededor de las Torres Gemelas está por pasar de una operación de búsqueda y rescate a la de recuperación. Con más de una semana sin encontrar sobrevivientes, las autoridades están cambiando el enfoque del esfuerzo, a uno de "recuperación". Sin embargo, insisten en que se procede de manera cautelosa al no descartar por completo un milagro.

Hasta el día de hoy se han transportado de la zona más de 90 mil toneladas de escombros y materiales. El número de desaparecidos en el área de las Torres Gemelas continúa en 6 mil 333, con 261 muertos confirmados, de los cuales se ha logrado identificar a 194. En las listas oficiales se sigue manejando la cifra de 16 a 17 mexicanos entre los desaparecidos.