DOMINGO Ť 23 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Que alguien "sereno" aconseje a Washington no lanzarse contra enemigos difusos, pide

Cuba rechaza el terrorismo y la guerra, afirma Fidel Castro al esbozar una salida a la crisis

Ť Las operaciones militares cobrarían víctimas en miles de millones de pobres del Tercer Mundo

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 22 de septiembre. El presidente cubano Fidel Castro trazó hoy el perfil de una tercera posición en la crisis mundial en curso, al rechazar la disyuntiva de tomar partido a favor o en contra de Estados Unidos y asegurar que Cuba "está contra el terrorismo y está contra la guerra".

También alertó sobre el impacto de la campaña estadunidense en el Tercer Mundo: "Sean cuales fueren las acciones militares que se desaten, las primeras víctimas serán los miles de millones de habitantes del mundo pobre y subdesarrollado, con sus increíbles problemas económicos y sociales, sus deudas impagables y el precio ruinoso de sus productos básicos".

Castro habló ante decenas de miles de cubanos reunidos en la localidad rural de San Antonio de los Baños, 30 kilómetros al suroeste de aquí, en la habitual Tribuna Abierta de la Revolución, un mitin de exalcastro_attack_s22rytación patriótica que cada sábado se celebra en provincia.

En respuesta al mensaje del presidente George W. Bush ante el Congreso estadunidense el jueves pasado, Castro dijo que ahí "se diseñó la idea de una dictadura militar mundial, bajo la égida exclusiva de la fuerza, sin leyes ni instituciones internacionales de ninguna índole".

El líder cubano leyó un discurso de unos 20 minutos, que fue el tercer pronunciamiento oficial de La Habana sobre la crisis abierta el pasado martes 11, tras los ataques terroristas en Washington y Nueva York. En declaraciones previas, Cuba condenó los atentados, manifestó su solidaridad con el pueblo de Estados Unidos y abogó por evitar la campaña militar estadunidense.

Con citas del discurso de Bush, Castro dijo que "todos hemos recibido la orden de aliarnos con el gobierno de Estados Unidos o con el terrorismo". Pero Cuba, "con la moral que le otorga haber sido el país que más ataques terroristas ha recibido durante más tiempo, cuyo pueblo no tiembla ante nada, ni hay amenaza o poder en el mundo capaz de intimidarlo, proclama que está contra el terrorismo y está contra la guerra".

El líder cubano estuvo acompañado por su hermano menor, Raúl, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, quien habitualmente preside los mítines sabatinos y rara vez aparece en actos junto al mandatario.

Castro reiteró la condena cubana al terrorismo y la extendió por encima de cualquier origen o consideración: "Cualesquiera que fuesen las causas profundas, los factores de orden económico y político y los grandes culpables que lo trajeron al mundo, nadie podría negar que el terrorismo constituye hoy un peligroso fenómeno, indefendible desde el punto de vista ético, que debe ser erradicado".

Garantizó que no permitirá el uso de territorio de la isla para "acciones terroristas contra el pueblo" estadunidense y que Cuba hará "todo cuanto esté a nuestro alcance... para evitar acciones de ese tipo". Dijo que los atentados en Estados Unidos benefician a la extrema derecha, a las fuerzas más retrógradas y a los interesados en "aplastar la creciente rebeldía mundial y arrasar con todo lo que quede de progresista en el mundo: fue un enorme error, una colosal injusticia y un gran crimen, sean quienes fueren los organizadores y los responsables".

Pero criticó también la réplica belicista estadunidense: "Al meditar sobre las partes reales o imaginarias de esa extraña guerra santa, que está a punto de iniciarse, pienso que es imposible distinguir de qué lado hay más fanatismo". En alusión irónica a Justicia Infinita, el título del despliegue militar estadunidense, añadió que "no se debe utilizar la tragedia para iniciar irresponsablemente una guerra que en realidad podría convertirse en una matanza infinita de personas también inocentes".

Habló del peso que tendrá la evolución del conficto en los países pobres, ya montados en una crisis económica, que "al hacerse insoportable para la inmensa mayoría de los pueblos, traerá caos, rebelión e ingobernabilidad por todas partes" y pidió que "algún amigo objetivo y sereno" aconseje a Washington que no lance a sus soldados a una guerra incierta contra enemigos difusos.

La referencia del mandatario a las consecuencias en el Tercer Mundo son el primer mensaje del más alto nivel gubernamental a los cubanos, aunque tácito y general, sobre la eventualidad de que la isla tenga que pagar una factura por la nueva situación. Las bajas en el turismo, en el envío de remesas en efectivo desde Estados Unidos, en las cotizaciones de productos como el níquel y el alza en el petróleo, son dardos envenenados en el corazón de la economía local.