DOMINGO Ť 23 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Seleccionó 23 textos para la tercera versión de lo mejor del género en México
Pese a su calidad, el cuento está marginado porque exige más al lector, afirma Jacobs
Ť Incluye relatos de Juan Villoro, Gerardo de la Torre y José de la Colina, entre otros
ARTURO JIMENEZ
El cuento se encuentra marginado en el mundo editorial pese a ser el primer género de la literatura cultivado a través de la llamada tradición oral, consideró la escritora Bárbara Jacobs, quien sin embargo agregó que en México este modo narrativo siempre ha estado ''vivito y coleando", pues somos un país de cuentistas.
Y acerca del sacrificio primero del cuento a la hora de jerarquizar lo ''publicable" en tiempos de carestía de papel, comentó:
''Lo que sucede es que el cuento, quizá como el poema, exige más del lector y entonces la cuestión no es un problema económico sino de valores. Al lector se le ha acostumbrado a no pensar mucho, y las novelas le dan mucho tiempo y no le exigen tanto.
''En cambio, un cuento es como una bomba, no le da tiempo al lector más que de sentir, de deshacerse, de pensar cosas que jamás se le habían ocurrido. En el cuento sucede todo lo contrario de las novelas de gran éxito, porque es tan intenso, recoge tanto en tan poquito, que Ƒquién quiere ser bombardeado?"
Bárbara Jacobs presentó la noche del jueves la tercera versión de Los mejores cuentos mexicanos. Edición 2001 (Joaquín Mortiz-Planeta), cuya selección e introducción son de su autoría.
Calidad pegajosa
Se trata de una recopilación de 23 narraciones cortas y más o menos cortas con una ''variedad en todos los sentidos": temas, géneros, estilos y formas, publicadas durante el año 2000 en revistas, diarios y suplementos culturales. Por ejemplo, en cuanto a género, Jacobs mencionó que hay cuentos históricos, del absurdo, fantásticos e intimistas, entre otros.
Los textos fueron escritos por 23 autores de diferentes generaciones, algunos conocidos y otros poco o nada conocidos: José Joaquín Blanco, Juan Villoro, Gerardo de la Torre y José de la Colina entre los primeros; Eduardo Boné y Cristina Rivera Garza entre los últimos.
Otros autores sólidos pero jóvenes son Guillermo Fadanelli, Enrique Serna y Alberto Chimal.
''Se trata de una muestra representativa de la vigorosa salud literaria del cuento en México", como señaló Jesús Anaya, editor de Planeta.
Para hacer esta selección, Jacobs leyó y releyó unos cien cuentos de los muchos que Alberto Arriaga recopila desde hace tres años de entre decenas de suplementos culturales y revistas de todo el país, algunas de ellas de escasa circulación. Fue tanto el material de calidad, comentó la escritora, que le hubiera gustado hacer cuatro volúmenes.
En los cuentos que revisó, expresa Jacobs, buscaba una ''calidad pegajosa", que los leyera y aun después siguieran diciéndole algo. Y esos 23 textos fueron de los que no se le resbalaron y siguieron habitándola. Para ello, como indica en su prólogo, comparaba los trabajos nada menos que con el cuento Tachas, de Efrén Hernández (Guanajuato, 1904-DF, 1958).
''La variedad de todo me interesó mucho porque al mismo tiempo que estoy diciendo que en el conjunto vemos reflejada el alma de México, quiero hacer notar que es un alma no estereotipada. La producción y la imaginación activa del país es muy variada y muy rica."
País difícil para la literatura
Por su parte, Jesús Anaya recordó que estas ediciones de cuentos mexicanos se realizan siguiendo la idea de la recopilación estadunidense de los mejores relatos de cada año, la cual ya tiene casi un siglo de existencia.
Acerca de la reducida publicación de libros de cuentos, reconoció que es en las revistas y suplementos culturales donde el género tiene la mejor circulación. No obstante, señaló que suman ya tres ediciones de Planeta: la de 1999, a cargo de Hernán Lara Zavala; la de 2000, de Enrique Serna; y la de 2001, de Jacobs.
Anaya consideró que este es un trabajo que, de manera lenta, ''va dando frutos" en la difusión de la literatura mexicana. ''Estos libros van teniendo, poco a poco, mejor éxito de ventas. Este es un país difícil para literatura.''
José de la Colina, quien tiene el récord de haber sido incluido en las tres antologías, preguntó en broma a Jacobs si su esposo, el escritor Augusto Monterroso, presente en el acto, le había ayudado en la selección, y ella respondió en el mismo talante, que él se limitaba a cocinar el desayuno o a contestar las llamadas telefónicas.
Fue una presentación a la que asistieron la mayoría de los 23 escritores incluidos, excepto algunos que estaban de viaje y Francisco Tario (1911-1977), cuyo cuento Jacinto Merengue fue calificado por Alberto Arriaga como la ''mayor sorpresa" de la antología. Por cierto, en su epílogo, Arriaga invita a disfrutar ''el sabor amargo, la nostalgia y el juego" de esta tercera selección.