LUNES Ť 24 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
CLASE POLITICA
Ť Miguel Angel Rivera
A PESAR DE QUE la aspiración de sus militantes y dirigentes consiste en recuperar el poder federal, el PRI asume a cada paso la actitud beligerante de un partido de oposición. Esa agresividad se dirige hacia los otros partidos, pero también contra los "de casa".
ESTO SE VIO CON claridad durante los días recientes. El viernes el ex gobernador de Nayarit y presidente de la Comisión de Honor y Justicia del tricolor, Celso Humberto Delgado, dio entrada a una demanda de militantes de Hidalgo que solicitan la expulsión de José Guadarrama Márquez, y ayer domingo el secretario de Elecciones del CEN del PRI, Felipe Solís Acero, informó de dos denuncias, una contra el PAN y la segunda contra el PRD.
EL AHORA CONSIGNADO JOSE Guadarrama Márquez tiene una larga trayectoria partidista, desde que al terminar su preparación como profesor, se convirtió en el más joven de los presidentes municipales del país y luego ha sido diputado, senador, delegado en varios estados y, finalmente, responsable del trabajo electoral de su partido en las pasadas elecciones presidenciales.
GUADARRAMA NO HA PODIDO materializar el que probablemente sea su más grande deseo: gobernar su estado natal, Hidalgo. En ese empeño ha entrado en frecuentes conflictos, sobre todo con los dos más recientes mandatarios: Jesús Murillo Karam y Manuel Angel Núñez.
POR ELLO NO EXTRAÑA su consignación ante la Comisión de Honor y Justicia, órgano que no tuvo trabajo durante la mayor parte de la existencia del PRI, al grado que durante mucho tiempo ni siquiera se nombró a sus integrantes. Pero al cambiar las circunstancias nacionales, su trabajo se ha tornado muy importante, pues entre los consignados para su expulsión se ha incluido hasta a un ex presidente de la República: Carlos Salinas de Gortari.
POR COINCIDENCIA, UNO DE los estados que dieron fama -buena dentro de su partido, negativa entre la oposición- a Guadarrama Márquez es Michoacán y precisamente una de las denuncias presentadas por el secretario de Elecciones, Felipe Solís Acero, se relaciona con el proceso para elegir gobernador en ese estado, que culminará con las votaciones del 11 de noviembre.
EL ACUSADO ES ARMANDO Machorro, durante mucho tiempo vocero de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y ahora de Lázaro Cárdenas Batel, candidato del PRD al gobierno michoacano. Los priístas encontraron que mientras trabaja en la campaña del partido del sol azteca aparece como empleado de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular es el michoacano Leonel Godoy.
LA SEGUNDA DENUNCIA PRIISTA es contra el PAN y está vinculada con la competida elección en Ciudad Juárez, Chihuahua, que fue anulada por el Tribunal Electoral del estado y que actualmente está a revisión en el tribunal federal electoral (TEPJF), a petición del PAN, que trata de rescatar la victoria de su candidato, Jesús Alfredo Delgado.
UNA DE LAS CAUSAS de la anulación fue la denuncia de que el alcalde panista saliente, Gustavo Elizondo, pagó anuncios en la televisión de Texas para ser transmitidos cuando las leyes chihuahuenses los prohibían. Ahora, por denuncias de diarios locales se ha descubierto que el mismo alcalde pagó anuncios con dinero del ayuntamiento.
LOGICAMENTE, LOS PRIISTAS PRETENDEN aprovechar este descubrimiento para consolidar su denuncia ante el tribunal electoral federal.