Ť Contra mujeres, ocho de cada 10 casos de agresión en adultos, según estudio del BM
Violencia familiar, causa de 50% de partos prematuros
Ť En México se le tipifica como delito debido a que dejó de ser un problema privado: Ssa
CAROLINA GOMEZ MENA /I
En México, así como en diversos países, la violencia familiar está tipificada como delito debido a que ha dejado de ser un problema de índole privado para convertirse en uno de salud pública, ya que se ha comprobado que sus consecuencias escapan al núcleo familiar, al tener "repercusiones graves en la economía y la salud de los individuos, y por ende en las naciones", refirió la doctora Victoria Viloria Varela, coordinadora nacional del Programa Regional de Prevención y Atención de la Violencia Familiar, de la Secretaría de Salud (Ssa).
En entrevista con La Jornada, Viloria Varela agregó que estudios del Banco Mundial (BM) revelan que este fenómeno provoca la "pérdida de uno de cada cinco días de vida saludable de toda la población, que de cada 10 casos de violencia en adultos, ocho ocurren en mujeres, que cerca de 50 por ciento de las mujeres con antecedentes de parto prematuro y alrededor de 15 por ciento con aborto previos refieren violencia". También se sabe que los productos de madres agredidas durante el embarazo tienen alta posibilidad de presentar bajo peso al nacer, incluso al ser bebés de término, así como experimentar riesgo neonatal de muerte cuatro veces mayor que el de productos con una gestación libre de violencia. "Y es que, aunque parezca inconcebible, en el caso de las embarazadas, tristemente vemos que el agresor tiende a dar los golpes en el abdomen", comentó la funcionaria.
Estrategias de prevención
En México, desde 1989 la Ssa comenzó a definir estrategias para prevenir, atender y denunciar los casos de violencia, al firmar un acuerdo de colaboración en materia de salud y justicia con la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, y en 1999 signó un convenio internacional de asistencia con el Banco Interamericano de Desarrollo y con El Colegio de México, en apoyo y seguimiento a la política operativa sobre la mujer en el proceso de desarrollo, establecida en cumplimiento a los acuerdos de 1994 en El Cairo, aplicando el Programa Regional de Prevención y Atención de la Violencia contra la Mujer. Ese mismo año elaboró la norma oficial mexicana 190-SSA1-1999 sobre la elaboración de criterios de atención médica, y en 2000 estableció el Programa Nacional contra la Violencia Familiar (Pronavi).
En ésta se definió como nomenclatura correcta violencia familiar, y ya no intrafamiliar, debido a que esta última limitaba la acción de la justicia, puesto que si el agresor demostraba que no vivía con las víctimas se anulaban las denuncias, porque no correspondían a ese tipo de agresión.
En virtud de esta nueva concepción de violencia familiar, se le definió como el acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia, en relación con el poder ?en función del sexo, la edad o la condición física? en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra.
Existen cuatro tipos de violencia familiar: sicológica, física, sexual y patrimonial, y todas ellas están tipificadas como delitos. No obstante, debido al escaso nivel de denuncias, motivado por el miedo; el desconocimiento de los derechos de cada uno de los miembros de la familia, y la falta de denuncia del personal médico que atiende a las víctimas, la mayor parte de las veces este delito queda impune, refirió la experta.
Pero la violencia en general ha existido desde el principio de la humanidad, y muy probablemente fue una de las manifestaciones más importantes del instinto de conservación. Así, ésta, que en un "principio parecía justificada, continúa hasta nuestros días ampliada y perfeccionada en gran medida por el deseo de poder y control sobre otros, para lograr beneficios secundarios. Todo esto es originado por la ignorancia, la pobreza, las limitadas fuentes de trabajo y posibilidades de progreso, el inadecuado manejo de las rupturas interpersonales, la paternidad irresponsable, el abandono, la dependencia y las adicciones, entre otros, dándole un contexto multifactorial y multicausal".
Una de las formas "más aberrantes de múltiples y graves repercusiones individuales y sociales es la violencia familiar, de ahí que se le denomine como una enfermedad social". Asimismo, por desgracia, "a lo largo de las distintas etapas de la vida -menor, adolescente, adulta y adulta mayor- y de las condiciones sociales -hija, novia, esposa, madre, abuela, trabajadora, indígena-, la mujer ha sido el mayor blanco de las agresiones, poniendo en peligro su seguridad, integridad y salud".
En México, entre 30 y 60 por ciento de las mujeres dicen haber sido víctimas de algún tipo de violencia, identificando a la pareja como el principal victimario.