LUNES Ť 24 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Festival de San Sebastián
La zona gris, nuevo enfoque de horrores del nazismo: Blake
CESAR GÜEMES ENVIADO
San Sebastian, 23 de septiembre. No vinieron Steve Buscemi ni Mira Sobrino ni Natasha Lyonne ni David Arquette, que participan en La zona gris. Pero vino su director, el todavía joven Tim Blake, y el lobo de todas las caperuzas, Harvey Keitel, actor y coproductor del largometraje.
Desde temprana hora en San Sebastián la prensa se dio cita a las afueras de un céntrico hotel adonde habría de llegar Keitel. Muy en su sitio, ataviado siempre con un saco de cuero negro y pantalones ajustados, supo al mismo tiempo ser caballero y tener a raya a cuanto sujeto o sujeta quiso acercársele demasiado.
La charla es con ambos, quienes sin pose alguna acceden a la conversación.
-Seguramente no es sencillo acercarse a temas como el que abordan en la cinta, el nazismo entre ellos.
Blake: Cuando abordamos temas que han tratado muchos cineastas, novelistas y poetas, lo mejor que puede uno hacer es intentar un enfoque relativamente nuevo. Cuando examinamos los horrores de la historia es muy claro que todo el mundo los ha visto antes, aunque espero que con La zona gris se vea una nueva forma de observarlos.
Keitel: Creo que no hay posibilidad de hacer comparación entre una interpretación y otra respecto de lo que el nazismo fue. Todo lo que surge después de la Segunda Guerra Mundial requiere ser dicho y vuelto a decir. Nuestro papel es aportar al menos una de la múltiples respuestas que se dan.
Fuera del tono local
-Entendemos que la cinta está basada en una obra de teatro: Ƒcuál fue el interés de llevarla a la pantalla?
Blake: Ciertamente fue una obra de teatro que también escribí, es algo a lo que me dedico de forma usual. Casi siempre mi temática está enfocada a lo que pasa en el sur de Estados Unidos y quería escapar en este caso de ese tono local. Es por eso que traté de contar cómo escapó mi familia materna del holocausto. Pasé al menos un año investigando y luego lo dejé todo de lado, lo aparté porque parecía la historia de cualquier superviviente por más importante que fuera para mí. No quise contar la misma historia. Pero después retomé la idea a partir del estudio que hice de los comandos especiales, quienes se enfrentan a un dilema moral que me resultó muy interesante.
-Señor Keitel, diga cuál fue la razón de incluir esta cinta en su filmografía.
-Esa pregunta abre la puerta a una discusión muy larga, pero trataré de ser concreto: la razón del teatro empezó cuando los seres humanos se sentaron frente a una hoguera a contar sus conflictos. Y pienso que el cine de Tim Blake viene desde ahí. Participé en la cinta a a partir de la simple pregunta de qué haría yo si tuviera que enfrentarme a lo que se enfrentaron los judíos de mitad del siglo XX. Es algo de verdad alucinante y llega el momento en que uno debe formularse la pregunta para encontrar la respuesta.