Ť En tedioso encuentro, la UNAM se impuso 1-0 a los Tigres
Regresó Hugo Sánchez a CU y los Pumas ganaron con gol de suerte
Ť Christian Ramírez sintió un calambre, se resbaló y anotó casualmente al minuto 89
MARLENE SANTOS A.
En medio de un silencio expectante, en el que la afición auriazul parecía guardar el último aliento para expirar en la rechifla reprobatoria, el defensa local Christian Ramírez se fue al frente sin tener muy clara su intención. De pronto sintió el aguijonazo de un calambre, en el gemelo derecho, y resbalándose alcanzó a conectar el esférico en el ángulo superior derecho de la meta defendida por Oscar Dautt.
Así, de milagro o por fortuna, Pumas venció 1-0 a Tigres con gol al minuto 89, cuando la cara de Hugo Sánchez ?en su regreso al timón de la UNAM? era el vivo reflejo de la preocupación.
Los festejos estallaron en la poblada tribuna local. El papel picado voló, el humo en azul y amarillo pintó el aire. Surgieron las goyas vibrantes, mientras Christian se levantaba del césped, cojeaba penosamente y de inmediato fue sustituido.
Tras el silbatazo final el ex puma David Oteo se desahogaba con enojo en un rincón de la cancha: "¡Fue churro, fue churro... no puede ser!" En su área técnica Hugo Sánchez empuñaba ambas manos, las elevaba al cielo, gritaba feliz y corrió al vestidor para celebrar con sus jugadores.
De los minutos anteriores sólo valió la pena la ceremonia de los himnos, el Nacional, acostumbrado en el mes patrio, y el de Pumas. Ambos, curiosamente, saludados con el puño derecho al frente y en alto, al estilo nazi.
Tigres y Pumas se enredaron en la media cancha, entorpecieron el tráfico y llegaron poco al marco enemigo. La UANL estuvo cerca de abrir el marcador al minuto 18, con disparo de Irineo Soares, e hizo avances de peligro aprovechando la lentitud de Joaquín Beltrán y Miguel España, así como los titubeos de Joao Batista.
Entre sus movimientos principales, el Pentapichichi dejó en la banca a Marcelino Bernal y al chileno Mauricio Donoso, y retrasó a José Luis Parejita López. Además, en los cambios, los jugadores entrantes recibían primero las instrucciones tácticas del auxiliar Sergio Egea y luego las palmaditas y frases de aliento del entrenador.
Pero en la cancha nada memorable ocurría. La lucha principal se libró en el mediocampo y por momentos el tedio provocó sonoras silbatinas. El portero de casa, Jorge Campos, tuvo un segundo tiempo casi de descanso. Enfrente, a Oscar Dautt le bastaba con estar atento.
Había más acción e interés en las tribunas. Una manta decía: "Mister Hugo, te cambiamos a nuestras viejas por el campeonato". La controvertida porra Rebel exhibió otra que simplemente decía: "Hugol". Estrenó un canto que ensalsaba al técnico y arremetió contra los ex pumas Olalde, Sancho, Oteo y Suárez. La porra Plus, de plano, daba la espalda a la cancha para encarar a los comentaristas de Televisa con mentadas e insultos.
El gol de Christian borró el gesto de decepción que ya se reflejaba en los rostros.