Luis Villoro
Regreso a la barbarie
El conflicto actual no puede calificarse de ''guerra'', tampoco es un atentado ''contra la civilización''. Es un acto atroz de un grupo de criminales contra un Estado cuyas políticas ellos consideran igualmente criminales.
?El terrorismo no tiene ninguna justificación posible. La única vía para evitarlo en definitiva tiene un comienzo: entender sus causas y motivaciones. Entender no es justificar.
?¿Por qué un grupo de hombres está dispuesto a sacrificar su propia vida con tal de matar? La desesperación no conduce a la razón; conduce a la aniquilación. Tiene un origen: la sensación de haber sido humillados, dañados por los prepotentes, sin protección ninguna, por muchos años.
?Frente al crimen irracional hay una respuesta racional: someterlo a la ley, castigarlo conforme a justicia y reparar el daño que lo causó.
?La respuesta que ha habido hasta ahora ha sido tan irracional como el crimen: destrucción de todos los que yo designe como culpables y de quienes los protejan. ''El que no está conmigo está contra mí''.
?Un Estado que se dice ''de derecho'' no puede declarar a nadie culpable sin aportar pruebas. En derecho se considera inocente a cualquiera mientras no se demuestra lo contrario. Tampoco puede aplicar la ''justicia'' a su arbitrio.
?Los ulemas, representantes de una cultura juzgada ''premoderna'', se han mostrado ahora más civilizados que los ''civilizados'': condenan el terrorismo y aceptan que Bin Laden sea juzgado, si se aportan pruebas y si es sometido a juicio por un tribunal imparcial.
?A un crimen nefando se ha respondido con la voz de la venganza. En nombre de Alá se matan inocentes; en nombre de una ''justicia infinita'', que sólo compete a Dios, se amenaza con arrasar países enteros. Los viejos demonios despiertan. La barbarie regresa.
?Sólo la ley detiene la barbarie. El regreso de los demonios ha sido posible por nuestra gran falla. No hemos sido capaces de erigir los instrumentos que garanticen un orden de justicia internacional que pueda contener los intereses particulares: reglas consensuadas por todos, igualdad entre las naciones, tribunales y medios de coacción internacionales. Contra el terrorismo, pero también contra las agresiones de los poderosos que lo provocan.
?Todas las naciones que apoyen tanto el terrorismo como las acciones arbitrarias de una guerra santa promovida por los Estados poderosos, son cómplices del regreso a la barbarie.