MARTES Ť 25 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť La televisión dejó de ser metáfora para volverse metástasis de lo cotidiano, señala

Ya no gozamos con el arte, sino con la idea del arte, dice Jean Baudrillard

Ť El filósofo francés comenzó una serie maratónica de actividades académicas en México

Ť Basta con transformar lo real en inútil para convertirlo en objeto artístico, sentencia

RENATO RAVELO

El arte dejó de ser el operador mágico de la desaparición de la realidad para asimilarse a ella misma, afirma el filósofo Jean Baudrillard para quien la televisión se convirtió ''en el epicentro de la metástasis que ya no metáfora'' de la vida cotidiana. El pensador francés, considerado una de las mentes más influyentes de la segunda mitad del siglo pasado, se encuentra en nuestro país para participar en el seminario Diálogos del nuevo siglo, el barroco y la posmodernidad.

Organizado por el Programa de Posgrado de la Ciencias Políticas y Sociales, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Embajada de Francia en México, el seminario contó en su primer día con la participación de Jaime Labastida, para quien la posmodernidad no puede ser considerada barroca ''porque no tiene esa simetría en los excesos de las formas, sino que es ecléctica, caótica''.

También participó el sociólogo Michel Maffesoli, para quien así como Descartes inauguró la modernidad, para el siguiente salto cualitativo de la humanidad debe contarse con una palanca que particularmente ubica en lo arcaico y el tribalismo.

El arte se trata como desecho

Fue el pensador Baudrillard quien se llevó la mañana con su discurso provocador, siempre productor de imágenes: ''La modernidad está dominada por la eliminación del mundo natural. Todo el arte contemporáneo participa en este proceso, ilustrando como desecho todos los residuos del orden natbaudrillard_seminario2ural: el cuerpo, la figura, las formas, los colores. El arte se trata asimismo como desecho''.

El autor de La izquierda divina explicó que desde el siglo XIX, de hecho, ''el aire se reivindica como algo inútil. Es lógico que el arte tenga una predilección por los desechos que también son inútiles. Basta con llevar cualquier objeto a la inutilidad para hacerlo un objeto de museo. Basta con transformar lo real en inútil para convertirlo en arte. Lo mismo sucede con las cosas antiguas que con el desfase del pasado adquieren una aureola de prestigio, como de nostalgia''.

Podríamos extrapolar, agregó, ''ese proceso a la producción de las cosas materiales en su conjunto, donde ya no se cambia contra nada en términos de riqueza o de finalidad social la producción material. Se convierte en especie de gigantesco objeto surrealista, atrapada en una estética devorante, en una suerte de museificación.

''A través de los los desechos, la figuración abstracta el arte intenta ponerse en escena como algo inútil, con su valor de intercambio. Pero la inutilidad no tiene valor en sí misma, es un síntoma secundario, una cualidad negativa.''

Baudrillard, que hoy dará una conferencia magistral en la Facultad de Ciencias Políticas, explicó: ''El arte se percibe en una especie de gratuidad inútil. Es un poco lo que sucede con la nulidad, de la cual existe un complejo en el arte. ƑQué quiere decir esto?: pretender aspirar a la carencia de sentido, a la banalidad, a la desaparición y la ausencia.

''Pero esta dimensión es irremediable desde que con el efecto ready made, el arte anexó la banalidad misma y toda nuestra vida cotidiana se volvió estética. Por eso ya no hay propiamente hablando ni arte ni vida cotidiana.

''Bajo el concepto de lo parecido con algo, cualquier cosa en la que quisiera convertirse el arte contemporáneo no hace sino consolidar y reforzar ese carácter abominablemente estético.

''Volver a ser de nuevo un objeto cualquiera y conservar la singularidad, parece algo imposible. El arte siempre se ha negado de sí mismo, pero lo hacía a través de lo exceso exaltándose con el juego de su desaparición.

''El arte tendría una dimensión barroca. Actualmente se niega por default y no por deceso, niega su propia muerte, se fuga en la realidad, se confunde, la copia, en vez de ser de alguna manera el agente del asesinato simbólico de esta realidad; el operador mágico de su desaparición.''

El pensador es autor de otra decena de libros, buena parte publicados en México por Anagrama, en los que explora el imaginario, la función de las cosas:

''Conforme más se acerca el arte en esta confusión con la banalidad y la realidad, más resulta que el arte está sobrevaluado al punto, como dijo Canetti, ''estamos en el punto en que ya no hay ni lo brutal ni lo bonito''. Esto también forma parte de una posmodernidad, la confusión de los géneros, esta mezcla.

Espejo de nada

''Ya no hay línea de demarcación, ni trascendencia. Sin saberlo -prosigue Baudrillard- fuimos más allá de un punto ciego, más allá del cual no podemos sino perseverar en la destrucción del arte. En el marco de este tomar al mundo cual es, el arte deviene una especie de contra-transferencia negativa.

''Es al mismo tiempo un marco de realización definitiva de la realidad y una contratransferencia negativa, donde aparece y crece el objeto en la modernidad. La novela, los géneros literarios, a diferencia de la tragedia desde el siglo XIX muestran el surgimiento de ellos mismos en su banalidad viscosa. Cuando los objetos se levantan en el horizonte de la percepción a la vez literaria y mental de la conciencia colectiva es para perseguirnos.

''De alguna manera los objetos se vuelven hacia nosotros. Si nos fijamos en la nueva novela los objetos tienen una presencia definida, pero son al mismo tiempo un espejo de nada.

''La verdadera democracia está no en el acceso a todos al goce del arte, sino en el advenimiento de un mundo objeto donde, según la fórmula de Warhol, cada objeto tendría sus 15 minutos de gloria. Para él esa era la democracia, todo mundo es genial.

''Ya no hay miradas, rostros, distancias, cuerpos; sólo hay órganos sin cuerpo, flujos, moléculas. La relación con la obra, pero también con los sucesos tiene que ver con el contagio. Nos absorbemos como sucede con los flujos y las redes. Ya no gozamos con el arte, sino con la idea del arte.''