MIERCOLES Ť 26 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Promover la paz y el respeto a derechos humanos, propone Samuel Ruiz García
Atentados, respuesta a un poder ciego: Raúl Vera
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San Cristobal de las Casas, Chis., 25 de septiembre. Los obispos Samuel Ruiz García y Raúl Vera López llamaron a construir una "cultura de la paz y de respeto a los derechos humanos" en tiempos en que una nueva guerra amenaza a la humanidad.
Vera López, titular de la diócesis de Saltillo, Coahuila, dijo que el atentado terrorista ocurrido el 11 de septiembre en Estados Unidos "es un anuncio y una respuesta verdadera a lo que no ha podido hacer un poder ciego, a lo que no ha podido hacer una idea de bienestar".
Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, sostuvo que frente a las repercusiones que tiene Chiapas en el mundo, desde las comunidades indígenas de esta entidad se da "un aporte alternativo a ese sistema que genera las cosas que estamos ahora padeciendo", por lo que es el momento oportuno de contribuir a la construcción de una paz verdadera.
Ambos prelados estuvieron la noche de este lunes en San Cristóbal para participar en la presentación de la Carpeta Básica de Derechos Humanos, titulada La lucha interminable, elaborada por el Centro Fray Bartolomé de las Casas.
Raúl Vera, quien fue obispo coadjutor de esta diócesis de octubre de 1995 a diciembre de 1999, señaló: "Con lo sucedido en el país vecino el 11 de este mes, a todos nos ha despertado una conciencia de la responsabilidad que tenemos, y aunque este no es el momento para echar culpas nada más, todos tenemos que asumir compartidamente nuestra responsabilidad. A partir de estos atentados, todos nos hemos puesto a pensar acerca de qué hombre hemos hecho, qué ser humano hemos hecho y qué es la vida humana en este momento para los seres humanos."
Ante decenas de personas que se congregaron en una céntrica cafetería, el obispo de Saltillo agregó: "Así como cuando el primero de enero de l994 hubo una conmoción en la que nos dimos cuenta que los hermanos indígenas existían en México, también el 11 de septiembre va a quedar como la expresión de 'a qué hemos contribuido'. Y tenemos que asumir todos nuestra responsabilidad."
Criticó la constante violación a los derechos humanos por parte del gobierno de Estados Unidos así como la "cultura de pasar por encima de la persona con la mayor tranquilidad, creando estructuras que se sabe que van a dañar a los seres humanos". Al respecto, ejemplificó: "En la frontera norte se ponen vallas a nuestros hermanos migrantes sabiendo que van a morir, y sin embargo se mantienen (...) se ponen los operativos Guardián en el río Bravo, sabiendo que (los migrantes) van a morir, porque les dejan solamente el paso a ver si aguantan el desierto, a ver si pasan del río."
Este tipo de cultura, subrayó, en la que se juega con la vida humana, o un sistema económico como el que tenemos en el que se está jugando con la vida humana, tienen que ser superados por la cultura de la vida, de la dignidad de la persona, que pasa por el respeto a sus derechos y por la promoción de todo aquello que lleve a la persona a su realización completa. "Cuando llega a ser tal el desprecio por el ser humano y se le tiene en la orilla, llegan a este tipo de expresiones, como una reacción terrible ante la que no podemos quedarnos en el qué y en el para qué", dijo.
A su vez, Samuel Ruiz García manifestó que en el caso de los derechos humanos no sólo se trata de difundir su conocimiento y acrecentarlo, "sino descubrirlo también porque aún no hay el conocimiento pleno de las garantías individuales y colectivas de las personas y de los pueblos, y hay que animar a que los pueblos conozcan, sepan definir mejor los derechos que existen y sus obligaciones, lo cual es correlativo".
Aseguró que actualmente hay un proceso de descubrimiento, pues antes no se hablaba de los derechos colectivos, sino sólo de los individuales o sociales, pero no de comunidades, étnicas o pueblos. "Eso es una adquisición reciente. Este camino no es utópico", expresó.
Por otra parte, ante la pregunta de un reportero acerca de los pocos cambios en el país luego de la caída del PRI el año pasado, el obispo afirmó: "No es un misterio que nadie esperaba de una forma muy seria y a corto plazo una transformación de nuestro México."