MIERCOLES Ť 26 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Su filme El sueño del caimán compite en Donostia

En México hay talento, pero es duro entrar al cine, señala Beto Gómez

JUAN JOSE OLIVARES

El sueño del caimán es la cinta del mexicano Beto Gómez -novel cineasta que tiene en su haber el filme El agujero, proyectado en la Muestra de Guadalajara de 1998- que se exhibirá mañana en el Festival de San Sebastián, dentro de la categoría Nuevos Realizadores.

El largometraje (de producción independiente), filmado en blanco y negro en escenarios de Jalisco y el País Vasco, por Roberto Cobo, Patricia Reyes Spíndola y el fallecido Paco Rabal, cuenta ya con distribuidora en España, Alta Films, una de las más importantes, según comentó a La Jornada, desde Madrid, el director sinaloense.

-ƑCómo te relacionaste con distribuidores y con personas de San Sebastián?

-México es un país que llama la atención del resto del mundo. En España tienen interés por nuestras historias y por nuestra sensibilidad y arte. No les importa si hay grandes explosiones, sólo quieren conocer una buena historia. Esta cinta, pese a ser pequeñita, artesanal y técnicamente sencilla, cuenta un relato. Tuve suerte desde la primera cinta (El agujero, estrenada en San Sebastián) que rodamos en Pátzcuaro.

El cine independiente, riesgo total

Admirador del cine nacional desde Buñuel hasta las cintas de luchadores clase B, Alberto Gómez considera que no obstante rodarla en blanco y negro, con lo que los costos se elevan más, su película es ''un homenaje a ese cine'' que vio de niño.

''Lo que me importa es que si llega a un pequeño público me doy por satisfecho, pero lo mejor es que en tu país vean el esfuerzo. Este rodaje no se puede comparar con uno de Alfonso Cuarón o Guillermo del Toro -por el gasto en la producción- porque nosotros hacemos un cine muy marginal; lo digo por toda la gente talentosa de México, a la cual no dejan asomarse.

''La cosa está tan difícil para hacer cine en México; de alguna manera tratamos de levantar el proyecto, pero al ver que no se abrían las puertas decidimos correr el riesgo de reunir a un grupo de amigos y tratar de sacarlo adelante. Es una cinta pequeñita al igual que la primera, que se mostró en Guadalajara y estuvo en algunos festivales internacionales, con los cuales recuperamos capital. Pero lo más importante es que en Europa hubo personas que se interesaron en mi trabajo y tuvimos la suerte de contar con actores de gran trayectoria.''

-ƑPor qué se cierran las puertas a los realizadores mexicanos?

-Hay talento, pero es duro tratar de entrar. Además que nos cuesta saber hacer equipo. Con los dos proyectos traté de encontrar apoyo en los jóvenes y en la vieja guardia, pero es difícil. Hacer cine independiente es un riesgo total, pues hay que pensarlo más con el corazón que con la cabeza.

-ƑCómo se consiguen buenos actores sin dinero?

-Algunos actores buscan involucrarse en proyectos que les deje algo. Patricia Reyes Spíndola, a quien no le podía pagar ni el hotel ni el pasaje, me dijo: ''Beto: la televisión es mi marido, el teatro, a veces me da o yo le doy, pero el cine es mi padrote, a éste yo le pongo''.

-ƑCómo te acercaste a Paco Rabal?

-Lo conocí en San Sebastián. Le hizo gracia mi ópera prima. Le comenté de El sueño...; le dije que me gustaría que actuara con Roberto Cobo, intérprete de El Jaibo en Los olvidados. Me comentó que estaba viejo y que pagaba por no hacer cine, pero que si le gustaba el guión hablaríamos. Le gustó el papel aunque era pequeño y aceptó por el gran cariño que le tenía a México.

El cineasta espera que por medio del festival de San Sebastián consiga distribuidor en México, aunque ''en la mayor parte de las salas se distribuya sólo cine de Estados Unidos''.