JUEVES Ť 27 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ť Nuevo aeropuerto: cuestión de horas
Ť Aparente ventaja de Tizayuca
A partir de hoy se cuenta por horas el tiempo en el que las autoridades federales deberán hacer pública la decisión que ubique, de una vez por todas, el lugar donde habrá de construirse el aeropuerto alterno de la ciudad de México.
Política o técnica, la opción ya está tomada y los acontecimientos en Estados Unidos sirvieron para solventar algunos puntos duros que ni los intereses de grupo ni las acciones políticas habían podido disolver.
El punto está en el peligro que representa ante un supuesto atentado la cercanía de la ciudad al campo aéreo. Es decir, aquello que en algún momento se pensó podría ser la mayor ventaja para Texcoco: la cercanía con el monstruo urbano, hoy es la gran desventaja.
Para las autoridades internacionales de aviación una de las nuevas normas para la construcción de aeropuertos, señalan con fuerza, deberá ser su ubicación lo más alejada de los centros urbanos de gran densidad demográfica.
Aunque no está muy claro el porqué de esta norma, parece que las medidas de seguridad amplían su margen de garantías para la prevención de algún tipo de atentado, que, por otro lado, hoy resulta impensable en la ciudad de México.
Y no parece ser el único factor; también se ha tenido en cuenta la necesidad de dar empleo a gran número de trabajadores que hoy enfrentan los problemas del desempleo y, desde luego, a la industria en general, que pudiera tener por allí una posibilidad de aminorar los efectos de la recesión inevitable.
En este renglón también parece irrefutable una decisión a favor de Tizayuca, donde los campos susceptibles de transformarse en áreas de servicios, como hoteles y centros de diversión, darían empleos temporales y fijos a muchos miles de personas que hoy no encuentran lugar de trabajo.
Todos estos factores o alguna indiscreción estallaron ayer al mediodía en el gobierno del estado de Hidalgo, donde muchos funcionarios ya empezaron a celebrar la decisión a favor de Tizayuca, aunque el gobernador Manuel Angel Núñez Soto ha pedido tranquilidad y cordura, porque aún no se ha dicho, según él, la última palabra.
Sin embargo también en Toluca, la capital de la que depende Texcoco, algunos funcionarios que no quieren darse por vencidos aseguran que las mayores posibilidades siguen estando del lado del estado de México.
Allá en Toluca no hay festejos, pero tampoco se podría hablar de un clima de derrota. Los más mesurados piden esperar y apelan a las supuestas virtudes de su propuesta para pedir paciencia a quienes hoy se mostraron un tanto alarmados por el supuesto fallo en contra.
Pero algo más se sabe en el ámbito del Gobierno del Distrito Federal, porque la amenaza de José Francisco Ortiz Pinchetti respecto de refutar en el ámbito legal una posible decisión a favor de Texcoco, no podría darse por la mera ocurrencia del secretario de Gobierno.
La advertencia parece indicar que en el gobierno de la capital hay indicios, cuando menos, de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes podría haber resuelto el problema en el sentido de favorecer la oferta en Texcoco.
Esa opción, según gobierno y legisladores de todos los partidos en el DF, no es aceptable, por lo que las acciones para rechazarla brotarían casi de inmediato y en todos los sectores políticos de la ciudad.
Y hay que decir aquí que los políticos en la capital tampoco han hecho una abierta defensa de la opción de Tizayuca, más bien rechazan Texcoco y, cuando menos abiertamente, no han apoyado ninguno de los proyectos.
A ese respecto hay quienes aseguran que el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador ha guardado con sigilo una propuesta que podría solucionar la disputa y que no causaría grandes inversiones.
Se trata de una tercera vía, es decir, de una tercera pista dentro del campo aéreo que conocemos, con la que se resolvería el problema del tráfico aéreo, que hasta hace poco era el factor que hizo pensar en una nueva central aérea.
La oferta, que según se dice ya está junto con los estudios de factibilidad en la misma Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pudiera ser considerada como la opción menos dispendiosa y de mayor rapidez para salvar, cuando menos de momento, el conflicto no sólo aéreo, sino político interestatal que significa optar por alguno de los dos contendientes conocidos hasta ahora. Sea como sea, la decisión ya está tomada.