VIERNES Ť 28 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Insta el presidente a los estadunidenses a vencer el temor y viajar en aeronaves

Otorga Bush a dos generales de la fuerza aérea el poder de ordenar el derribo de aviones civiles

Ť Moviliza a la Guardia Nacional para dar protección temporal a los aeropuertos del país

REUTERS, AP Y AFP

Chicago, 27 de septiembre. El presidente George W. Bush instó hoy a los estadunidenses a viajar en avión, al anunciar la movilización de la Guardia Nacional para brindar protección temporal en los aeropuertos de los 50 estados del país mientras se implementan nuevas y estrictas medidas de seguridad en el sector de la aviación.

El gobernante también otorgó a dos generales de la fuerza aérea el poder de ordenar el derribo de aviones civiles que parezcan amenazar ciudades de Estados Unidos, confirmaron funcionarios del Pentágono.

Este cambio en las reglas para el derribo de aviones es parte de las nuevas normas de la aviación comercial tras los atentados del pasado día 11, dijo un portavoz del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD, por sus siglas en inglés).

Ese día 19 hombres secuestraron cuatro aviones de pasajeros y estrellaron dos de ellos contra las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, y una tercera aeronave impactó un ala del Pentágono, en las afueras de Washington, mientras otro avión cayó en una zona rural de Pensilvania.

Para que la orden de derribo se cumpla "tendría que ser una circunstancia extraordinaria de vida o muerte a sólo segundos de que se concrete un ataque", dijo el coronel Michel Perini, director de asuntos públicos del NORAD.

Durante la guerra fría este organismo conjunto de Estados Unidos y Canadá debía detectar y proteger a Estados Unidos de misiles y de la llegada de un vuelo secuestrado en el extranjero y que se dirigiera a Estados Unidos, pero en sus escenarios no contemplaba un secuestro doméstico o un vuelo interno que se estrella contra un blanco pocos minutos después de despegar.

Antes del 11 de septiembre no existían re-glas formales sobre cómo podrían actuar los militares ante una situación con un avión secuestrado que volara en cielos estadunidense con pilotos suicidas.

Las nuevas normas sobre derribo siguen a las revelaciones del vicepresidente Dick Cheney, de que en las horas que siguieron a los ataques en Nueva York y Washington Bush ordenó interceptar y derribar cualquier avión comercial que no acatara órdenes de mantenerse alejado de la capital.

Tras recibir advertencias de que aviones comerciales se habían apartado de su curso normal, aparatos militares recorrieron el espacio aéreo de Massachusetts y Virginia el día de los ataques terroristas, pero no pudieron responder a tiempo, dijeron fubush_attacks_airline_se_p4ncionarios del Departamento de Defensa.

El secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, precisó que diseñó las nuevas reglas con el general Henry H. Shelton, presidente del Estado Mayor Conjunto.

Cuando en conferencia de prensa los re-porteros preguntaron qué seguridad tendrían los pasajeros de que no habrá equivocaciones, Rumsfeld respondió: "Las reglas de combate están diseñadas sobre una base de continuidad y con gran cuidado".

"No tengan la impresión de que cualquiera que esté volando por allí tiene un dedo listo para apretar el gatillo", agregó por su parte Shelton.

Las nuevas regulaciones dan a dos generales de rango medio la facultad de ordenar el derribo de aparatos comerciales en el territorio continental de Estados Unidos y sobre la región de Alaska sólo como último recurso y si no hay tiempo para consultar al presidente, precisó el New York Times.

Por su lado, Bush visitó hoy el aeropuerto internacional O'Hare de Chicago, donde al referirse a la crisis en el sector de la aviación comercial tras los atentados dijo que "una de mis preocupaciones es que este te-rrible incidente ha dejado demasiados estadunidenses en casa. Una de las claves de la recuperación económica será la vitalidad de la industria de las aerolíneas".

En este sentido, llamó a sus compatriotas a que "utilicen (las aerolíneas) y vuelvan a lo que es la vida diaria de Estados Unidos", y añadió: "Todo aquel que se presentó aquí a trabajar en esta importante industria está tomando una posición clara, que el terrorismo no se saldrá con la suya".

En un intento por apaciguar el temor a volar, Bush dijo que "aumentará dramáticamente" el número de guardias armados en los vuelos comerciales.

Anunció también que el gobierno pagará por el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en las estaciones de inspección de los aeropuertos, mientras se ponen en función las nuevas medidas de seguridad.

En un informe publicado antes de la visita de Bush a Chicago, la Casa Blanca dijo que el mandatario utilizará 500 millones de dólares de los fondos federales para hacer más seguras las cabinas de mando de los pilotos y garantizar que el mecanismo que permite el rastreo de la aeronave funcione aun durante una emergencia.

El informe también precisó que el mandatario trabajará con el Congreso para que el gobierno federal quede a cargo de la seguridad de los aeropuertos y de los servicios de inspección.

Si bien la seguridad estará a cargo de un personal conjunto estatal y privado, el personal federal uniformado administrará las operaciones y mantendrá una presencia vi-sible en los 420 estados comerciales de Es-tados Unidos.

Entre otras medidas, el gobierno establecerá nuevos estándares para la seguridad de los aeropuertos, para la supervisión de pa-sajeros, el control de los equipajes y la prueba, entrenamiento y verificación del personal de seguridad.

Por lo pronto, varios policías del cielo en-trenan ya su puntería en campos de tiro acondicionados para simular la cabina de pasajeros de un avión, para neutralizar a los aeropiratas sin alcanzar a los pasajeros.

"Si disparamos en medio de una multitud, no podemos errar el blanco", afirmó uno de los agentes federales que demostraron ante un grupo de periodistas, en el centro técnico de la Administración Federal de Aviación, tácticas contra secuestros aéreos.

Las autoridades se niegan a precisar el número de guardias que trabajan ahora en esas tareas y cuántos volarán en aviones ci-viles, luego que el organismo aumentó su reclutamiento para ampliar la plantilla. Hasta el 23 de septiembre 150 mil personas habían solicitado cubrir los puestos.

Por último, un hombre presentado por la cadena ABC como un desertor de la organización de Osama Bin Laden, identificado con el nombre de Max, declaró haber reconocido a uno de los secuestradores de los aviones utilizados en los atentados del 11 de septiembre como integrante de la red del principal sospechoso de los ataques.

El hombre afirmó que el plagiador "estaba en Afganistán en los campamentos milicianos. Estaba en el mismo momento (que él). Integraba el mismo grupo" que realizaba un entrenamiento militar.

"Puedo reconocer su rostro. Es originario de Arabia Saudita", agregó antes de señalar la fotografía de Majed Moqed, y afirmó que abandonó las filas de Al Qaida, la organización guerrillera de Bin Laden, tras permanecer dos años en ella.