Ť EU rechaza una mediación de Jesse Jackson; "no hay nada que negociar": Powell
El talibán ya entregó el mensaje a Bin Laden para que salga voluntariamente de Afganistán
Ť Advierte el mullah que Washington correrá la misma suerte de la ex URSS si se atreve a atacar
REUTERS, AFP, DPA Y AP
Kabul, 27 de septiembre. El gobierno talibán anunció hoy que recién se le pidió a Osama Bin Laden que abandone el país en forma voluntaria, acorde con el mensaje de los clérigos islámicos, pero advirtió que Estados Unidos correrá la misma suerte de derrota que la antigua Unión Soviética si se atreve a atacar Afganistán.
Por su parte, Estados Unidos reiteró que no tiene ninguna intención de negociar nada con los talibán, al rechazar una eventual mediación del reverendo Jesse Jackson, quien tuvo contacto en los últimos días con voceros del talibán que, a su vez, afirmaron haber dejado "la puerta abierta" para cualquier posibilidad de diálogo.
El secretario de Estado, Colin Powell, confirmó
que Washington no tiene planes de entablar ninguna negociación con
el régimen talibán. "Nuestra posición es clara; no
hay nada qué negociar", señaló Powell tras haber conversado
con Jackson en la noche del miércoles y la mañana del jueves,
cuando éste le consultó sobre una eventual mediación.
Aunque el líder estadunidense de los derechos
civiles dijo no tener el "proyecto" de viajar a Pakistán o Afganistán,
Powell anotó que el reverendo es "libre de viajar", pero "no veo
para qué podría servir" dada la posición de Washington
de no transigir en sus demandas.
Resaltó que el gobierno de George W. Bush mantiene inalterable las condiciones formuladas por el presidente el jueves pasado: la "entrega de Osama Bin Laden y sus principales seguidores, erradicar la organización Al Qaeda de Afganistán, destruir sus bases y permitirnos el acceso a ellas para comprobar que han sido destruidas".
Versiones contradictorias
Las versiones eran encontradas, ya que voceros del talibán señalaron que el ofrecimiento de actuar como mediador fue hecho por el propio Jesse Jackson, mientras que el defensor de los derechos civiles estadunidense se declaró sorprendido de que los talibán lo hayan contactado para invitarlo a emprender "una delegación de paz" visitando Afganistán o Pakistán.
Aunque inicialmente Jackson había dicho a medios de prensa estadunidenses que no estaba muy convencido de aceptar, también había considerado la posibilidad de hacerlo si eso podía servir para salvar vidas ante un inminente conflicto militar. Pero, luego de las consultas con Powell, el reverendo dijo no tener el proyecto de viajar a la zona de conflicto.
El ex precandidato presidencial demócrata dijo que un portavoz de los talibán en su embajada en Pakistán, Mohammad Shaheen, fue quien le pidió mediar. Otra petición, añadió, se la hicieron los padres de dos mujeres estadunidenses, empleadas de una organización humanitaria y actualmente detenidas en Kabul.
Ante esto, Jackson había dicho que podría tratarse una misión humanitaria encaminada a lograr la liberación de las estadunidenses Heather Mercer y Dayna Curry, quienes forman parte de un grupo junto con cuatro alemanes y dos australianos, detenidos por el talibán en agosto junto a 16 afganos porque se dedicaban a "propagar el cristianismo", y podrían ser condenados a muerte.
El subsecretario de Estado, Richard Armitage, fue otro de los que reafirmó que no hay interés por negociar con el régimen de Kabul porque, subrayó, las demandas no están sujetas a diálogo. Comentó que ya Powell le explicó a Jackson que las demandas no son negociables, y que al parecer ellos "están tratando de postergar la decisión que deben tomar", difundió la cadena de televisión NBC.
El embajador talibán en Islamabad, Abdul Salam Zaeef, sostuvo en cambio que "no lo hemos invitado, pero ofreció su mediación y nuestro líder el mullah Mohammad Omar aceptó la oferta". Agregó que si Jackson llegaba a Afganistán sería bien recibido.
Jesse Jackson, quien terminó señalando que
"no tenemos suficiente información para ir", estimó que los
talibán "podrían estar buscando una salida" para evitar una
confrontación.
En medio de versiones contradictorias de que otra delegación
paquistaní del gobierno se aprestaba a viajar a Afganistán
para insistir en la extradición de Bin Laden, se conoció
que también una delegación de partidos religiosos paquistaníes
planeaba viajar a Afganistán para tratar con Kabul sobre la posibilidad
de negociar la situación de Bin Laden.
El régimen talibán dijo que tras la entrega del mensaje de los ulemas al saudiárabe para que se marche del país, se sabe que Bin Laden aún permanece en territorio afgano.
El ministro afgano de Información, Qudrutullah Jamal, declaró que un mensajero entregó personalmente al multimillonario saudita el edicto o fatwa de los clérigos, en que se le pide que abandone el país voluntariamente, pues dijo que era imposible que se le hubiera hecho llegar por teléfono o por fax por no tener esas facilidades.
"No se trata de que nosotros podemos levantar el teléfono y hablar con Osama, o enviarle un fax. El no tiene esas facilidades, así que todo tiene que ser enviado por medio de un mensajero, al que probablemente le tomó algún tiempo encontrarlo", explicó.
También el embajador talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaeef, dijo que ahora el principal sospechoso de los atentados terroristas en Estados Unidos recibió las recomendaciones del Consejo de los Ulemas y su aprobación de parte del Amir ul Momineen.
El diplomático, quien subrayó que "no perdimos a Osama pero está fuera de la vista pública", rechazó que su gobierno buscara algún compromiso sobre Bin Laden para evitar un posible ataque de Estados Unidos, al apuntar que "no, no es tradición de los musulmanes hacer concesiones".
Sin embargo, no hubo referencias sobre cuál había sido la respuesta del hombre más buscado por Washington.
En Islamabad, el gobierno paquistaní desmintió reportes previos oficiales de que se aprestaba a enviar una nueva delegación a la ciudad afgana de Kandahar, donde se halla el liderazgo talibán y de Bin Laden, tras un primer infructuoso intento por hacer que la milicia talibán extradite al saudiárabe.
Advertencia a la Casa Blanca
Al cumplirse hoy cinco años de que la milicia talibán entró triunfante a Kabul tras derribar al gobierno prosoviético de la época, el máximo líder mullah Mohammad Omar aseveró que "si se produce una intervención en Afganistán, no habrá diferencias entre Rusia y Estados Unidos", en alusión a la invasión de la ex URSS en 1979 a territorio afgano y que al cabo de 10 años se convirtió en una humillante derrota para Moscú, que tuvo que retirar sus tropas en 1989.
En ese sentido, advirtió contra los afganos que pretendan tomar el poder con el apoyo de Washington. "El estatuto de los afganos que quieren volver al poder en Afganistán con la ayuda de las fuerzas estadunidenses es el mismo que el de los afganos que quisieron tomar el poder con el apoyo de Rusia".
Omar hizo énfasis en que "los afganos traídos por los estadunidenses serán combatidos como los comunistas" en su momento, en referencia a los crecientes informes de que Washington estaría buscando como punta de lanza a los rebeldes opositores de la Alianza del Norte, además de sondear al ex rey afgano Mohammad Zaher Shah, depuesto en 1973 y exiliado desde entonces en Roma.
Mientras, la Alianza del Norte se ha visto más activa últimanente. Aun cuando controla sólo 10 por ciento de una zona norteña del país, ha insistido en reclamar el apoyo de Washington para derrocar a los talibán. Además, se sabe que fuerzas especiales británicas y estadunidenses estarían ya en esa zona preparando los planes de ataque, o de búsqueda de la guerrilla de Bin Laden.
El ex rey Zaher Shah, de 83 años, hizo saber en Roma que apoya una acción militar de Estados Unidos en su país y que se aceptaría la asistencia extranjera para ayudar a las fuerzas afganas opositoras a desalojar al régimen fundamentalista talibán.
En paralelo, corrió la versión de que el talibán estaría sufriendo deserciones de varios de sus comandantes en las regiones de Paktia, Nangahar, Laghman y Kunar, al este y sur de Kabul, debido a las amenazas estadunidenses y a la grave crisis económica interna. Tales informes fueron difundidos por supuestas fuentes afganas en la ciudad paquistaní de Peshawar.
En París, el gobierno afgano en el exilio afirmó a su vez que las milicias del talibán estaban "secuestrando" a hombres de todas las edades para enrolarlos a la fuerza en sus filas y eventualmente transformarlos en "escudos humanos".
Naciones Unidas, que dijo tener indicios de que los talibán estaban haciendo reclutamientos a la fuerza en Herat y enviaba refuerzos al norte para enfrentar a los opositores, indicó a través de su enviado a la zona, Francesc Vendrell, que el movimiento talibán podría desempeñar algún papel en un futuro nuevo gobierno afgano.