Ť La cinta de Luhrmann fue un regalo para cazadores de autógrafos en Donostia
Fuera de concurso, Moulin rouge atrajo la mayor cantidad de espectadores y periodistas
Ť Mañana se darán a conocer los nombres de los galardonados con la Concha de Oro
CESAR GÜEMES ENVIADO
San Sebastian, 27 de septiembre. Por extraño que parezca ante la enorme oferta cinematográfica que se ha dado en el Festival Internacional de Cine de Donostia, la cinta que mayor cantidad de espectadores y periodistas movió entre la noche de ayer y la tarde de hoy fue Moulin rouge, dirigida por Baz Luhrmann. El hecho, además de que es una película comercial, tiene el agregado de que no concursa. Es sólo un filme de exhibición, una especie de regalo para los cazadores de autógrafos y de imágenes.
A propósito del trabajo desempeñado en Moulin rouge, Luhrmann accedió a mantener un encuentro con la prensa y afirmó: ''Para determinar las canciones incluidas realizamos un trabajo previo en el que nos quedó claro que el público tenía una relación con ellas desde antes. Luego, utilizar música contemporánea en una película de época no es del todo nuevo. A partir de esto decidimos que era necesario ofrecer música contemporánea para conectar con el público. Es algo que se permite, se usa en el cine y nos ha funcionado muy bien. Hicimos un repaso de la música de los cien años más recientes y poco a poco realizamos nuestras elecciones".
Presente se encontraba, también, el actor Ewan McGregor, protagonista de Moulin rouge, quien respecto de la suavidad de su personaje en la cinta, a diferencia de los que ha interpretado en su joven aunque prolífica trayectoria, puntualizó: ''Aquí esa responsabilidad del cambio de carácter recayó directamente en Baz, porque no sólo coordina sino que exige a su personal que se comporte de cierta forma a fin de que el resultado sea lo más cercano a lo que él espera. En cuanto al actor, creo que esto es lo mejor posible porque una postura de mando así te hace trabajar más, permite desarrollarte. En cuanto a cantar o bailar, nunca pensé que esos rubros fueran amenazantes para mí. Cuando terminé de rodar las personas cercanas me preguntaban si temía que haber realizado un papel semejante podría ser peligroso para mi carrera. Pensé que iba a ser divertido y la verdad es que tuve razón".
El debut cinematográfico de Aute
Hoy se presentó la esperada cinta Un perro llamado dolor, dirigida, escrita, musicalizada y sobre todo dibujada por Luis Eduardo Aute, quien ha destacado desde hace un par de décadas como compositor, pero dentro de la cinematografía tiene ya un sitio, así sea como parte de un equipo o como realizador en el área de cortometraje, y otro tanto en lo que se refiere a su desarrollo en las artes plásticas.
Un perro llamado dolor es fruto de un trabajo que comenzó hace por lo menos cinco años, fecha en que el compositor-pintor inició los dibujos que la conformarían, un total de 4 mil, que de manera posterior han sido trabajados con técnicas de animación de doble y tercera dimensión. El trabajo de Aute, que debuta como director de un largometraje, explora las muy distintas relaciones que existen entre personajes pintores y sus modelos, tal es el caso de Goya, Picasso, Sorolla, Duchamp, Romero de Torres, Rivera, Dalí, Velázquez y Frida Kahlo. Es preciso señalar que curiosamente un perro propiedad de Kahlo, a quien ella bautizó con el nombre de Dolor, fue lo que motivó a Luis Eduardo Aute a ponerle ese título a su cinta.
Finalmente, luego de que la fiesta cinematográfica está a punto de concluir en San Sebastián, fue dado a conocer el volumen Utopías y realidades: el cine latinoamericano de los noventa, que acompaña a la sección Made in Spanish con los ensayos realizados por Jorge Ruffinelli, Samuel Larson, Alejandro Ricagno, Orlando Senna y Juan Antonio García Borrego.
La duda central y el propósito del libro aparecen firmados por Ruffinelli, quien afirma: ''Disponerse a ver decenas de películas de América Latina de hoy y de siempre no aclara el panorama, por lo menos en la medida que uno quisiera. La diversidad es grande, las lenguas son variadas, las culturas regionales y locales resultan diferentes. Se podría pensar en América Latina no como aquella unidad ideada por Bolívar, San Martín o Artigas, sino como un conglomerado rico y contradictorio de visiones del mundo. No es nuevo decir que en nuestro continente hay edades históricas y culturas conviviendo en simultaneidad; lo maravilloso es comprobar cómo se comunican unas con otras, con cuánta fluidez intercambian sus lenguajes, sus poéticas, sus ansiedades y sus aspiraciones".
El sábado por la noche se dará a conocer el resultado de la Concha de Oro y a partir de ese día se acaba el cine en San Sebastián, al menos en lo que al festival donostiarra compete. Y a partir del domingo, el que se quedó, se quedó.