Un soldado de la revolución cubana
El mexicano Kid Vanegas, quien acaba de morir, fue protagonista de la saga del Granma y entrenó aquí a Fidel Castro y el Che Guevara
MERRY MAC MASTERS Y CARLOS HERNANDEZ
Dos banderas, la cubana y la mexicana, cubren el féretro
de Arsacio Vanegas Arroyo. Mucho antes, sin embargo, de que el Kid Vanegas,
como era conocido en el ámbito de la lucha profesional, entrenara
físicamente a los integrantes del Movimiento 26 de Julio, ya había
vínculos familiares con Cuba. El abuelo de Arsacio, Antonio Vanegas,
editor del grabador aguascalentense José Guadalupe Posada, conocía
al libertador José Martí e imprimía ''las hojas de
los mambises", es decir, los independentistas cubanos, de acuerdo con Juan
Carlos Vanegas, sobrino del promotor.
De allí que en la corona floral que se alza detrás
del féretro se hayan colocado cintas blancas con inscripciones como:
Arsacio Vanegas Arroyo, amigo verdadero y leal. Comandante en jefe Fidel
Castro Ruz; A Arsacio Vanegas. General del Ejército Raúl
Castro Ruz Ministro F.A.R Cuba, y Arsacio Vanegas de sus compañeros
del yate Granma. Hace dos días el ''soldado de la revolución
cubana" fue vencido por los embates de la enfermedad, a los 79 años.
Ya pasan de las diez de la mañana cuando de repente Juan Carlos, emocionado, comenta que acaba de llegar una misiva de Fidel Castro. Carta en mano, se acerca al féretro para leérsela a su tío. Acaba con lágrimas en el rostro.
Un retrato del patriarca de la familia Vanegas Arroyo preside el velorio realizado en la casa de Penitenciaría 27, colonia Morelos, que no sólo alberga herramientas de trabajo, sino guarda recuerdos de los días en que fue refugio de los exiliados cubanos. En la pared también hay un cuadro de Blas, padre de Arsacio, Joaquina, Irma y Blas; este último se fue a Cuba después del triunfo de la revolución y se quedó 25 años.
''Aquí estuvieron casi la mayoría de los muchachos -afirma Joaquina-: el Che, Julito Díaz El Musa, Calixto, Montañé, Chucho Reyes, Arsenio García, Aldama. Del aeropuerto se vino para acá Guillén Celaya. Les dábamos de comer. Los ayudábamos cuando más lo necesitaban". Lo primero que le interesó a Fidel Castro fue la existencia de un tórculo para imprimir. El enlace, platica Juan Carlos, fue la cubana María Antonia González, casada con Dick Medrano, luchador y compañero de Arsacio: ''Estaban en Ciudad Juárez cuando María Antonia comentó que tenía que ir a la ciudad de México porque llegaba un hermano de Cuba. Entonces, todos se regresaron juntos. María Antonia llegó a la casa de Emparán 49 (uno de los campamentos de exiliados cubanos).
''Fidel todavía estaba preso; después llegó a la casa de María Antonia que le comentó, en presencia de Arsacio, 'mira, él es la persona que nos puede ayudar'. Y se salieron a platicar a la calle. Empezaron a caminar. Fidel era alto y daba unas zancadas que Arsacio no podía llevarle el paso. Lo primero que le interesó a Fidel fue que les imprimiera los bonos del Movimiento 26 de Julio para venderlos en Estados Unidos y recabar fondos.
''Más adelante -prosigue Juan Carlos Vanegas- le encargó a mi tío la preparación física (de los compañeros) porque supo que era luchador. Después, se imprimieron el primer y segundo manifiesto al pueblo de Cuba. Ya (Arsacio) era parte del cuartel de ellos.''
Un aspecto del entrenamiento consistía en subir el cerro de Chiquihuite. Rodar y después caminar hacia atrás tiene un grado de dificultad, pero hacerlo hacia arriba y sobre piedras, pues, todavía era más difícil. Otra parte era ir al campo de tiro a practicar.''
Che Guevara, el alumno
Respecto de las idas al gimnasio para aprender defensa personal, Juan Carlos cuenta una anécdota que protagonizó Ernesto Guevara:
''Estaban en la lucha, cuerpo a cuerpo, cuando el Che dijo: 'no voy a ser maromero'. Mi tío le dijo, ven, y se pusieron en posición de lucha. Le aplicó una llave y le dijo, 'te zafas o te rompo el brazo'. Reaccionó el Che: 'ya entendí de qué se trata. Cuando estamos desarmados y hay lucha cuerpo a cuerpo, tengo los elementos para defenderme o atacar' al enemigo.''
CARTA DE FIDEL CASTRO
REPUBLICA DE CUBA
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTADO Y DEL GOBIERNO
La Habana, 27 de septiembre de 2001.
A los familiares de Arsacio Vanegas Arroyo.
México, D.F.
He conocido con profundo pesar la noticia del fallecimiento de Arsacio Vanegas, y deseo hacerles llegar mi más sincero sentimiento de condolencia.
Vanegas fue un firme y leal colaborador del grupo de
revolucionarios cubanos que en México nos dimos a la difícil
tarea de preparar la etapa definitiva de la lucha por la libertad de nuestra
patria. Los múltiples y muy valiosos servicios que, con el más
absoluto desinterés y con plena identificación con la causa
de la Revolución Cubana, prestó durante los largos meses
de preparación de la expedición del Granma, lo hicieron acreedor
de nuestra perenne gratitud y del reconocimiento de todo el pueblo cubano,
que siempre lo consideró como uno de sus hijos y como otro de sus
combatientes.
Reciban ustedes el testimonio de mi más sentida
pena y mi mayor aprecio.