DOMINGO Ť 30 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

EU, EN PIE DE GUERRA

Ť Casi 5 mil personas marcharon en Washington por la avenida Pennsylvania

Rechazan estadunidenses la "nueva guerra" contra el pueblo afgano

Ť Revaluar la política de EU en Medio Oriente y otras partes del mundo, exigían manifestantes

Ť Hubo enfrentamientos de la policía con grupos anarquistas, y de patriotas contra los pacifistas

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 29 de septiembre. Miles de manifestantes antiguerra marcharon por las calles principales de esta capital, algunos con el "uniforme" del Bloque Negro y otros disfrazados de palomas de la paz, en protesta contra la "nueva guerra" como respuesta a los atentados en Nueva York y Washington.

"Nuestro pesar no es un grito por la guerra", declaraba una pancarta portada por manifestantes en una marcha de casi 5 mil personas que se apoderó de la avenida Pennsylvania, la vía principal entre la Casa Blanca y el Capitolio. Otros llevaban mantas que decían "la guerra es terrorismo", "encojan al imperio" y "no hagan guerra contra el pueblo de Afganistán".

Estas protestas, en gran medida pacíficas, fueron diseñadas, señalaron en sus discursos algunos participantes, para demostrar que aún hay gente en este país que se opone a los preparativos para la guerra y cree que además de presentar ante la justicia a los responsables de los ataques del 11 de septiembre, Estados Unidos debería revaluar sus políticas en Le-vante y otras partes del mundo.

Hubo algunos momentos de tensión durante las manifestaciones. Policías con equipo antimotín en-frentaron esta mañana a un grupo de unos mil 500 anarquistas vestidos con su tradicional ropaje ne-gro, cuando éstos empezaron a avanzar desde el Capitolio hacia las sedes del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas reuniones anuales -ahora canceladas- estaban citadas para este fin de semana.

Esta marcha, organizada por la Convergencia Anticapitalista en Washington, finalmente llegó a un acuerdo con la policía para permitir que continuara, la cual estaba encabezada por una enorme manta que declaraba "anticapitalistas contra la guerra, el racismo, terror y pobreza". Pero los enfrentamientos no amainaron.

Golpes, persecuciones y consignas

attacks_capital_protestLa policía antimotines, cuyos in-tegrantes cargan hasta 30 kilos de equipo, marcharon en formación de ambos lados de los manifestantes al cruzar por el centro de Washington. Pero los agentes, muchos de los cuales parecían no estar en buenas condiciones físicas, a ve-ces no podían mantener el paso, de repente veloz, de los marchistas.

En determinado momento, en reacción a un silbatazo, los manifestantes aceleraron el paso y va-rios agentes no podían mantener esa velocidad a pie.

Uno de ellos, cuando corría, perdió su clip de municiones sin darse cuenta (el cual fue después recogido por un manifestante, como re-cuerdo), y otro dejó caer su bote de gas pimienta.

En otra cuadra, dos vehículos de la policía fueron rodeados y los manifestantes empezaron a treparse en ellos, ante lo cual los agentes empezaron a rociar con gas pi-mienta y golpearon a algunos ma-nifestantes con sus garrotes especiales de un metro de largo.

Después las dos patrullas policiales fueron, eventualmente, li-beradas, y la marcha continuó.

Cuando llegaron los manifestantes frente a los edificios del BM y el FMI, a media cuadra de la em-bajada de México, la policía rodeó al grupo y trajo a agentes montados para atrapar a los manifestantes dentro de un pequeño parque.

Aunque técnicamente no estaban detenidos, la policía antimotines mantuvo a los manifestantes atrapados durante varias horas, al parecer para impedirles que ingresaran a una segunda manifestación que iba de la Casa Blanca al Capitolio. Finalmente sólo fueron arrestados 11 estadunidenses.

Los participantes se identificaron ante La Jornada como representantes de diversas agrupaciones del país, desde el Centro de Paz en Montana a la Organización de Paz y Justicia de Florida hasta un Grupo de Apoyo Palestino y varios miembros de un comité pro zapatista de Virginia (compuesto en su mayoría por inmigrantes mexicanos de esa región).

La mayoría había planeado ve-nir a Washington hace meses para participar en una protesta masiva durante las reuniones anuales del BM y el FMI, que fueron canceladas a raíz de los atentados del 11 de septiembre.

De hecho, la policía de esta ca-pital federal esperaba hasta 100 mil activistas para esta gran movilización, pero la mayoría de las agrupaciones contra la globalización empresarial cancelaron también esta protesta.

Sin embargo, los que acudieron señalaron que ahora es urgente combinar el mensaje antiglobalización capitalista con el ahora ur-gente llamado a evitar la guerra.

protest_washingtonLos manifestantes que marchaban por la avenida Pennsylvania hacia el Capitolio se enfrentaron brevemente con un pequeño gru-po de unos 75 patriotas con banderas estadunidenses y mantas que señalaban "bienvenidos, los amantes de Bin Laden", "apoyen a nuestras tropas" y "paz a través de la victoria, no por rendirse".

Pero fue sólo una distracción momentánea y los miles de manifestantes regresaron a su enfoque sobre los peligros de una muy próxima "nueva guerra".

"Para detener el terrorismo, de-jen de aterrorizar", señalaba una manta, que según uno de los ma-nifestantes se refería a la necesidad de los estadunidenses de en-frentar la interrogante de por qué este país despierta tanta furia en su contra en el mundo.

Entre los que hablaron en el mi-tin, un mexicano que lo hizo por un comité zapatista en esta capital se disculpó en nombre del pueblo "de mi país" por el apoyo que ha ofrecido el presidente Vicente Fox a la campaña bélica del gobierno de George W. Bush.

Otros insistieron en que a pesar de lo ocurrido, los integrantes del movimiento antiglobalización em-presarial deberían mantener su enfoque sobre la mundialización en marcha de la economía.

"El Banco Mundial y el FMI po-drán haber cancelado sus reuniones del fin de semana, pero no lo han hecho con las políticas que siguen empobreciendo y matando a la gente", dijo una activista.

Sin embargo, la mayoría de los participantes parecían estar enfocados en repudiar la guerra.

Una agrupación de cientos de personas bailó en un enorme círculo durante casi una hora, mientras otras escuchaban los discursos y prestaban su atención a una obra de teatro antiguerra, en tanto que en cada esquina el son de tambores anulaba el rítmico golpetear de los bastones de la policía contra el pavimento.